El primer ministro libanés, Hasan Diab, prometió hoy que los responsables de la gran explosión que sacudió hoy Beirut y que ha causado 73 muertos y 3.700 heridos, además de importantes daños materiales, van a «pagar el precio»
Beirut.- Unas 2.750 toneladas de nitrato de amonio estaban almacenadas en el depósito del puerto de Beirut fue lo que provocó una explosión este martes provocando muertos y daños sin precedentes en la capital libanesa, afirmó el primer ministro Hasan Diab.
«Es inadmisible que un cargamento de nitrato de amonio, estimado en 2.750 toneladas, se halle desde hace seis años en un almacén, sin medidas preventivas. Esto es inaceptable y no podemos permanecer en silencio sobre este tema», declaró el primer ministro durante la reunión del Consejo Superior de Defensa, según declaraciones citadas por un portavoz en rueda de prensa. El nitrato de amonio es un fertilizante químico y también un componente de explosivos.
El resultado de la explosión fue devastador
Testigos presenciales han señalado a que hubo rotura de vidrios en viviendas a más de cinco kilómetros de la explosión y que los edificios sufrieron daños de diversa consideración en un radio de más de dos kilómetros, afectando seriamente a los barrios céntricos de la capital mediterránea. Imágenes difundidas en las redes sociales del momento de la explosión muestran una gran nube con forma de hongo elevándose en el cielo y una fuerte onda expansiva provocando numerosos daños materiales.
Incluso algunos miembros de la Fuerza de Paz de Naciones Unidas en el Líbano (FINUL) resultaron gravemente heridos por el incidente, que afectó a uno de sus barcos atracado en el muelle, informó la misión, aunque los españoles que forman parte no han sufrido heridas, indicaron a Efe fuentes cercanas a la FINUL.
Entre los fallecidos está Nazar Najarian, secretario general del partido Kataeb (Falange libanesa) que sucumbió a las heridas por la explosión, confirmó el partido. Diab prometió en un breve discurso televisado que los responsables de la gran explosión van a «pagar el precio», ya que «esta catástrofe no pasará sin responsabilidades».
El presidente del Líbano, Michel Aoun, afirmó que la misión de la célula de crisis creada tras la explosión es «hacer frente a las repercusiones del desastre y coordinar de cerca» con las autoridades.
Beirut, zona catastrófica
El Consejo de Defensa Supremo ha declarado Beirut como «zona catastrófica» así como el estado de emergencia durante dos semanas tras una reunión urgente con los líderes del país. Aoun afirmó al inicio de la reunión que una «gran catástrofe» ha ocurrido en el Líbano, donde apeló a la «necesidad de investigar lo ocurrido y determinar los responsables, especialmente después de que informes de seguridad indicaran que había material explosivo e inflamable» en el puerto.
Según el jefe de Estado, Diab prometió que no descansará hasta encontrar al responsable y «aplicarle el castigo máximo porque no es aceptable que un cargo de nitrato de amonio que pesa 2.750 toneladas esté desde hace seis años en un almacén sin tomarse las medidas preventivas, exponiendo la seguridad de los ciudadanos».
Por su parte, el grupo chií libanés Hizbulá expresó en un comunicado que «la destrucción sin precedente y graves secuelas a nivel humano, sanitario, social y económico requieren que todos los libaneses y todas las fuerzas políticas y actores se solidaricen, se unan y trabajen para superar los efectos de esta desgracia cruel».
Varios países árabes mostraron su solidaridad con el pueblo y el Gobierno libanés, y Catar, Kuwait y Egipto ofrecieron la ayuda que necesite en estos momentos el país de los cedros, que pasa por su peor crisis desde el final de la guerra civil (1975-1990).
Por su parte, la Liga Árabe destacó en un comunicado la importancia de investigar lo sucedido y esclarecer la verdad, para que estos hechos no «exacerben» la crisis que ya atraviesa el país, según un comunicado del organismo con sede en El Cairo.
Este suceso, uno de los peores en la historia del país, llega a unos días de que se conozca esta semana el veredicto final del Tribunal Especial para el Líbano (TEL), encargado de juzgar el atentado con coche bomba que en 2005 acabó con la vida del ex primer ministro Rafik Hariri, el última gran ataque del que había sido escenario Beirut. Ese tribunal internacional acusa del asesinato a varios miembros de Hizbulá, que están siendo juzgados en rebeldía.