Por: Agencia Reforma Ciudad de México.- Un día como hoy, 2 de octubre pero de 1968, México fue marcado con uno de los sucesos más trágicos de la historia, la matanza de Tlatelolco.Hoy martes de conmemora el 50 aniversario de la represión estudiantil que culminó en una masacre en la Plaza de las Tres Culturas.
Estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma del México (UNAM), el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y otras instituciones fueron brutalmente reprendidos por el gobierno del expresidente Gustavo Díaz Ordaz y orquestada por el ejército.
Gerardo era un niño de 11 años y jugaba en el camellón de Río Consulado. «Cuando empezó la masacre en Tlatelolco, mis compañeros se fueron a sus casas. Dejaron de pasar los carros, se empezaron a oír las balas. Desde entonces soy de izquierda… perdonen», alcanza a decir entre sollozos, antes de quebrarse con el llanto y colgar el teléfono.
María del Carmen hacía sus prácticas de enfermería en Lecumberri. Recuerda las crujías repletas de estudiantes, y algunos muchachos le pedían a gritos: «Amiga, por favor, hable con mis padres, éste es mi teléfono». Por miedo, y ante la amenaza de ser expulsada de la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia de la UNAM, no apuntó ninguno.
«Todavía me pesa, me arrepiento y siento sentimientos de culpa de no haber podido ayudar en nada», cuenta. «La verdad, salí temblando de miedo, de culpa, y a mis 68 años, siento mucho haber sido tan cobarde».
Radio UNAM ha recabado más de cien testimonios de ciudadanos sobre sus vivencias en el 68, entre ellos las voces de Gerardo y María del Carmen.
La emisora abrió en mayo pasado un buzón de voz que puso a disposición de sus radioescuchas para que, en no más de tres minutos, dejaran su testimonio. Es otra manera de contar el 68: la emoción de quienes estuvieron ahí.
«Son nuevas voces contra el olvido», define Benito Taibo, director de Radio UNAM.
Estos testimonios, que han salido al aire en promocionales, estarán disponibles en el repositorio digital que albergará el Centro Cultural Universitario Tlatelolco (CCUT) de la UNAM y en la página «M68. Voces contra el olvido», de Radio UNAM, que será lanzada a más tardar a finales de octubre, explica Jaime Casillas, subdirector de Producción.
Se alojará también en ese repositorio la serie en 13 capítulos Voces contra el olvido, que recrea los acontecimientos relacionados al movimiento estudiantil del 68 con testigos presenciales de los hechos, y que sigue el desarrollo cronológico de los acontecimientos.
La emisora prepara además una programación especial, en vivo, para conmemorar hoy los 50 años de aquel 2 de octubre, y que arranca con el programa Primer movimiento.
Regresarán también a la radio de aquella época con producciones especiales como Combate musical, competencias radiofónicas con teléfono abierto con los éxitos que se escuchaban a fines de septiembre y principios de octubre de 1968.
Además, a partir de las 8:00 horas, cada media hora, se insertarán cápsulas de tres a cinco minutos con narraciones en primera persona de cinco personajes que confluyen en la Plaza de las Tres Culturas, sitio de la masacre de estudiantes.
A través suyo, el público conoce cómo fue ese día desde el amanecer hasta la hora de la matanza.
A partir de las 18:00, durante una hora, se recreará la cobertura radiofónica de los sucesos: un locutor en cabina se comunicará con un reportero que está cerca deTlatelolco y desde allí informa sobre la presencia de una gran cantidad de soldados. Y se conocerá también el desenlace de personajes interpretados por Luisa Huertas, José María de Tavira, Roberto Sosa, Marcela Castillo, José Ángel García y Gabriel Pingarrón, quienes interactuarán con la escritora Juana Inés Dehesa.
La programación especial concluirá en la Sala Julián Carrillo de Radio UNAM con la lectura dramatizada, Patria Fosa Común, a 50 del 68, dirigida por Eduardo Ruiz Saviñón a partir de textos de José Emilio Pacheco, Rosario Castellanos, Juan Bañuelos, Jorge Aguilar Mora y María Rivera, entre otros.
Y el programa Panorama del Jazz dedicará su emisión al 68, un año catártico que la radiodifusora no olvida.