México vive una de las tradiciones más representativas con el Día de Muertos , en donde la ofrenda tiene un papel relevante, pues, de acuerdo a las creencias que han pasado de generación en generación y a las diferentes cosmovisiones, se decide a quién dedicársela. Una de las dudas que han prevalecido es si se pone o no a los recién fallecidos en el altar . A continuación, te detallamos si es posible.
¿Se pone altar de muertos a una persona recién fallecida? ¿Se coloca a los que murieron recién nacidos en la ofrenda?
No, ya que de acuerdo con la leyenda del Mictlán, aquellas personas que murieron después del mes de agosto del presente año no deben considerarse para la ofrenda , puesto que su muerte es tan reciente que aún se encuentran camino hacia su encuentro con el señor de la muerte Mictlantecuhtli y la diosa Mictlancihuatl. Dicho camino dura cuatro años atravesando obstáculos que miden la fortaleza de nuestro espíritu hasta llegar al descanso eterno. La leyenda también hace referencia al lugar donde van los recién nacidos que fallecieron y que se llama e
l Chichihuacuauhco, en donde un gran árbol los amamanta hasta el momento de nacer nuevamente. Derivado de la pluriculturalidad y lo pluriétnico de las costumbres que prevalecen en nuestros días, esta celebración es resultado de la mezcla de la cultura prehispánica con la religión católica, por lo que se ha definido, por ejemplo, si se pone en el altar a los recién nacidos. El 1 y 2 de noviembre son los días señalados por la Iglesia católica para celebrar la memoria de Todos los Santos y de los Fieles Difuntos. “Las ánimas llegan en forma ordenada. A los que tuvieron la mala fortuna de morir un mes antes de la celebración
no se les pone ofrenda, pues se considera que no tuvieron tiempo de pedir permiso para acudir a la celebración , por lo que sirven solamente como ayudantes de otras ánimas”, detalla la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo . El texto “El altar de muertos, detalla que el 30 y 31 de octubre son días dedicados a los niños que murieron sin haber sido bautizados (limbitos) y a los más pequeños, respectivamente; mientras que el 1 de noviembre , o Día de Todos los Santos, es la celebración de todos aquellos que llevaron una vida ejemplar, dedicado igualmente a los niños .
Además, se acostumbra que los féretros de los niños sean de color blanco, que refleja la pureza.