El planeta nos está dando una probadita de lo que nos espera en el infierno y la ola de calor que se extiende a lo largo de cuatro continentes se ha convertido en un cataclismo que deja a su paso lamentables pérdidas humanas, pero también irreparables daños a la naturaleza.
Glaciares derretidos, sequías, incendios forestales y marcas históricas en los termómetros, son una muestra del cambio climático por el que atraviesa nuestro planeta.
En México, nos consta que cuando calienta el sol, no siempre es por obra y gracia de Luis Miguel, o la famosa canícula, conocida así por ser los 40 días más calurosos del año, que arrancó el pasado 18 de julio y aún nos esperan 33 días más para soportar la racha de calor extremo. Un ejemplo: se espera que la zona norte del país supere los 45 grados centígrados.
En los Alpes Suizos, los turistas están teniendo sus propias vacaciones del terror. El intenso calor está derritiendo el hielo a lo alto de la cordillera, dejando al descubierto varios cadáveres de alpinistas que desaparecieron en las montañas desde hace varias décadas. Incluso, hace unos días hallaron los cuerpos de una pareja que se había perdido desde la Segunda Guerra Mundial y en junio pasado, la condensación glaciar, dejó expuesto los restos de tres hermanos que habían desaparecido desde 1926; a través de pruebas de ADN, su familia los encontró casi 90 años después.