Desde hace siglos la humanidad se pregunta si existe vida en otros planetas. En los últimos lustros, la comunidad científica ha catalogado esto como algo de facto e incluso el tema ha dado pie al surgimiento de disciplinas científicas como la astrobiología. De esta manera, ese cuestionamiento ha mutado y ahora se trata de si aquella vida inteligente ha visitado nuestro planeta y, de ser así ¿A qué vendría una civilización avanzada a la Tierra?
AGUA
EXISTE EVIDENCIA DE AGUA EN MARTE, LA LUNA Y OTROS ASTROS |
Antes de la era espacial y los poderosos telescopios como el Hubble (en órbita desde 1990), se pensaba que el agua era un recurso único. También se creía que solo se encontraba en la Tierra, por lo cual, la vida era monopolio de este planeta. Pero gracias a las observaciones de poderosos telescopios y registros de sondas espaciales, ahora sabemos que el agua es común en el universo y que existe en varios satélites como Encélado (Saturno) y Ganimedes (Júpiter). Estudios de diversas organizaciones como la NASA, teorizan que hace unos 4 mil millones de años el planeta Marte poseía un vasto océano de unos 20 millones de kms cúbicos. Se postula que la mayor parte de esa agua se evaporó y se perdió en el espacio, y el agua restante se depositó en los casquetes polares del planeta, en especial, en las llanuras del norte. Se concluye, entonces, que no es necesario viajar hasta la Tierra en búsqueda de agua, ya que se encuentra en la mayoría de planetas, lunas, cometas y otros astros siderales.
MINERALES
EXTRACCIÓN DE MINERALES DE UN ASTEROIDE |
Si lo que se busca es oro, este se puede encontrar en la Tierra, en Marte y otros planetas. Una civilización avanzada podría capturar un cometa o asteroide para extraer de él valiosos minerales como oro, cobalto, hierro, manganeso, molibdeno, níquel, osmio, paladio, platino, renio, rodio, rutenio y tungsteno. Pero así como con el agua, no es necesario viajar muy lejos para obtener estos metales si es que la civilización en contexto los agotó en su planeta de origen y solo bastaría dar una mirada a los astros vecinos para encontrar lo que se necesita.
ENERGÍA
En 1964 el astrofísico ruso Nikolái Kardashov propuso una escala para medir el grado de evolución tecnológica de una civilización. Dicha escala se fundamentaba en la cantidad de energía utilizada y el grado de colonización del espacio con lo que estableció tres categorías. En términos generales, una civilización de Tipo I es aquella que logra el dominio de los recursos de su planeta de origen. La de Tipo II ha consumido los recursos de su sistema planetario y la de Tipo III, los de su galaxia. El ya desaparecido Carl Sagan, calculó en 1973 que la humanidad es una civilización 0.7, mientras que el físico teórico Michio Kaku sugiere que los seres humanos podríamos alcanzar el Tipo I en 100-200 años, el Tipo II en algunos miles de años y el Tipo III en un millón de años. Esto apunta a que una civilización avanzada no necesitaría viajar hasta la tierra para obtener energía ya fuera de volcanes o plantas nucleares, sino que sería capaz de obtener toda la energía directamente de su propia estrella o al dominar otros métodos como la fusión nuclear, la antimateria o la energía despedida por agujeros negros o cuásares. TERRITORIO
Una civilización Tipo II o III estaría en la capacidad de solucionar grandes problemas relacionados con su propia evolución demográfica y tecnológica. Sin embargo, ante un cataclismo, tendría que abandonar su planeta y la mejor opción sería colonizar el astro más cercano e incluso cambiar su atmósfera para hacerlo habitable. En algunas décadas, seguramente la humanidad tendrá colonias en la Luna y Marte, y en algunos siglos, contará con tecnología para terraformar Marte, dominar la fusión nuclear y obtener energía de una manera más eficiente que hoy día. De esa manera, la humanidad será una civilización Tipo I y además de obtener energía limpia, será capaz de descontaminar el planeta, reparar la capa de ozono, eliminar lo gases de efecto invernadero, etc.
Una civilización Tipo II o III no necesitaría invadir el distante y contaminado planeta Tierra para obtener recursos o vivir en él. Este planeta solo les sirve a los humanos y cualquier otra civilización necesitaría condiciones muy diferentes a las que existen en él. Dicho de otra manera, sería más fácil transformar un planeta de su sistema solar o de otro cercano que viajar cientos o miles de años luz para tener que hacer de todas formas las mismas reparaciones en otro planeta. Incluso, una civilización avanzada podría vivir en naves gigantes donde habiten millones de individuos y viajar hasta llegar el planeta más cercano con posibilidad de transformarse y encontrar condiciones atmosféricas similares a las de su extinto hogar.
Hay que tener en cuenta que no solo es cuestión de arrebatarle el planeta a otra civilización. Es necesario, además, encontrar uno con un tamaño similar al de origen, pues de esto depende, entre otras cosas, la gravedad y la protección electromagnética. Estas y muchas otras variables dificultan la tarea. Pero otro punto a tener en cuenta es que es mejor encontrar un planeta sin vida, pues para una especie alienígena es imposible vivir en un planeta donde la vida ha evolucionado, pues cada virus, cada bacteria, cada prion y cada microorganismo sería un potencial enemigo. Esto sin contar que la especie dominante que allí habite, el ser humano en este caso, se defendería de la invasión, lo que podría llevar a la destrucción misma del planeta e incluso de la civilización invasora. Así, la opción de colonizar un planeta como la tierra sería descabellada, por tanto, lo ideal sería encontrar un planeta con características físicas similares y transformarlo con la tecnología disponible y mientras se da el proceso, lo cual podría durar décadas o siglos, podrían vivir en naves nodrizas construidas para tal fin.
CONOCIMIENTO
Si la vida es tan común en el universo como el agua, la civilización alienígena que aquí se plantea no necesitaría viajar muy lejos de su planeta. De igual manera, factores como la gravedad, el electromagnetismo o la materia oscura, pueden ser estudiados sin necesidad de viajar muy lejos de su propio sistema solar. Lo que hay que aclarar en este punto es que las formas de vida encontradas en un planeta no son las mismas de las encontradas en otro, es decir, serían únicas, irrepetibles y, por tanto, dignas de conocer, admirar y estudiar. En el caso de la civilización humana, posiblemente no tendría nada que enseñar a una civilización alienígena avanzada, pero si sería interesante para ella ver nuestro desarrollo. Sería algo similar al caso de los humanos cuando observan la complejidad de un hormiguero y cómo las hormigas son capaces de cazar su alimento o construir un puente con sus propios cuerpos. No obstante, para fines prácticos, viajar hasta la tierra por conocimiento no sería en realidad algo de esperar de una civilización tipo II o tipo III. Entonces ¿Cuál sería la razón para que una civilización avanzada viajara a través del tiempo-espacio para llegar a la Tierra? Se concluye que no sería por agua, minerales, energía, conocimiento u otras causas similares. Así las cosas… ¿Qué explicación nos queda?
CURIOSIDAD
Hay quienes dicen que “la curiosidad mató al gato”. La realidad es que sin la curiosidad el gato no sería lo que es y no sería uno de los mejores depredadores de la naturaleza. Gracias a la curiosidad, el gato encuentra pareja, se reproduce al pasar sus genes a la próxima generación, localiza comida y logra sobrevivir. Se podría decir, entonces, que la curiosidad puede matar algunos gatos, pero permite que el 99,9% de ellos sobreviva, se reproduzca y evolucione. En el caso del hombre, la curiosidad lo alentó a dominar el fuego y gracias a esto pudo cocinar sus alimentos, en especial, la carne. Con ello, logró una mejor digestión, un mejor desarrollo cerebral, un aumento en la inteligencia y en consecuencia, un homínido de la sabana africana se convirtió en la especie dominante del planeta. Actualmente, esa misma curiosidad conduce al ser humano a enviar naves no tripuladas a la Luna, a Marte y a los confines del sistema solar.
La curiosidad pudo haber hecho el mismo trabajo con la civilización alienígena comentada en este artículo. La impulsó a viajar por el espacio para conocer nuevas galaxias y formas de vida, porque como se dice en la afamada serie Star Trek, el espacio es, en sí mismo, la última frontera. Es en este punto donde se complica el hilo de la historia humana ya que diversas culturas milenarias cuentan historias de dioses que “bajaron de los cielos” y crearon la humanidad o se aparearon con mujeres primitivas para dar lugar a una nueva raza de hombres. Estas historias se pueden tachar de simples mitos de hombres primitivos y supersticiosos…o quizás no. En esta línea, es bien conocida la historia de los Anunnaki, un grupo de deidades sumerias y acadias que están relacionadas con los Anunna y con los Igigi, los dioses menores quienes interfirieron en la evolución humana al tomar un homínido primitivo y mediante ingeniería genética, crear al ser humano. Esta intervención pudo tener un objetivo específico, pero ¿Cuál podría ser? En la historia sumeria, estos dioses crearon la humanidad para que les sirviera, entre otras cosas, para buscar oro, es decir, para que fueran sus esclavos. Pero ¿No sería mejor crear un ejército de androides o robots que no se cansaran, que no necesitaran dormir y comer y que hicieran el trabajo a la perfección sin los errores propios del humano? ¿Para qué tener una carreta tirada por caballos si podemos construir enormes volquetas de acero inoxidable? Es aquí donde aparece una última posibilidad, una más macabra y terrorífica…
LA HUMANIDAD, UNA RESERVA GENÉTICA
Ningún humano puede hacer un trabajo mejor que una máquina. Así que la teoría que plantea que la humanidad se creó para ser esclava de una civilización superior no parece del todo creíble. Sin embargo, hay investigadores que teorizan que el objetivo de haber creado al ser humano no fue otro que poder contar con una entidad biológica que sirviera de banco genético y orgánico, es decir, un animal compatible del cual se pudiera extraer tejido vivo, órganos e incluso sirviera para la reproducción de aquella especie. Tal vez con toda la tecnología de esa civilización no sería posible o tendría muchas dificultades crear un útero mecánico y sería más fácil crear una especie orgánica que sirviera para que los óvulos fertilizados pudieran implantarse y crecer en una hembra de la especie inferior. También podríamos servir entonces como banco de órganos, cuando estos necesitaran uno nuevo. El ser humano ha avanzado mucho en este tipo de ciencia. En 1978, gracias al desarrollo de la ingeniería genética, se consiguió sintetizar insulina mediante biotecnología al utilizar una bacteria como fábrica en miniatura para producir cadenas de dicha enzima. Adicionalmente, científicos argentinos han creado vacas transgénicas que producen leche enriquecida en pro-insulina humana, así como también se ha modificado el cártamo para que produzca insulina humana en sus semillas
En la actualidad existen investigaciones para crear animales genéticamente modificados. Entre estos se cuenta con cerdos, de los cuales podemos extraer órganos compatibles con el ser humano y así no tener que depender de los pocos disponibles de donantes que deben estar en muerte cerebral para ser extraídos. Entonces esta posibilidad se hace muy viable y plausible. Si nuestra civilización Tipo 0.7 es capaz de lo anterior ¿Qué cosas podrá hacer una civilización Tipo II o III? En términos más simples, esta última teoría postula que los humanos sólo somos un experimento genético, un animal transgénico, un cultivo del cual se cosecha según la necesidad y esta sería la base de las abducciones de las cuales se habla. Para finalizar, queda una respuesta a la pregunta de este artículo la cual se ha plasmado en el cine varias veces como, por ejemplo, en la película Depredador…
LA TIERRA, UN PARQUE TEMÁTICO
Como en alguna famosa película, una propuesta es que los extraterrestres utilizan la tierra como parque temático. Se dice que abducen el ganado y seres humanos por entretenimiento y que viajan a la tierra como si de un safari se tratara. Esta es una respuesta trivial y poco científica, pero en ocasiones la respuesta más simple es la correcta. Quizá no vienen a la tierra a fertilizar mujeres y engendrar la próxima generación de alienígenas, pero es posible que lo hagan porque les gusta la vista y de paso, por qué no, abducir algún humano por diversión. Puede ser algo como lo que se ve en canales como NatGeo o Discovery Chanel, donde un hombre viaja miles de kilómetros a buscar una serpiente o un marsupial, solo para encontrarlo, levantarlo, observarlo, tomarle fotos, hacerle un video, y finalmente, dejarlo en el mismo sitio donde lo encontró.
Definitivamente las teorías abundan. Ahora bien, si existe una raza alienígena avanzada, o varias, podrían acudir a la tierra por diversos motivos, unos más razonables que otros, pero ninguno descartable. Quizás el viaje, si es real, se realice por diferentes motivaciones y no por una en especial. Quizás dicho viaje se realizó hace miles de años o se esté haciendo en este tiempo. Posiblemente todas las historias sobre ovnis y extraterrestres sean solo una invención de los EE.UU., para enmascarar ensayos militares de nuevas aeronaves como sucede en el Área 51, o tal vez todo sea un invento de nuestra maravillosa mente, la misma que ha inventado dioses, hadas, gnomos, fantasmas, unicornios y chupacabras, entre otros. Nuestra curiosidad nos llevará a los más recónditos lugares del universo en busca de la verdad para algún día poder terminar de conocernos.