La dieta rica en plantas ayuda a mantener bajo control los niveles de colesterol
POR JUAN LEYVA
Necesitamos el colesterol para vivir, es cierto, pero cuando este se encuentra en grandes cantidades en el organismo puede causar estragos en el corazón y otros órganos vitales. Generalmente el colesterol que produce el hígado es suficiente para las necesidades del cuerpo para ayudar a formar las membranas celulares y para producir hormonas.
El cuerpo necesita algo de colesterol para producir vitamina D y sustancias que le ayuden a digerir los alimentos. El colesterol también se encuentra en alimentos de origen animal, como yemas de huevo, carne y queso
Si al colesterol que se produce en el cuerpo se le agrega el colesterol que se consume, se generan problemas de salud. Existen dos tipos de colesterol:
- LDL: es un tipo de colesterol de lipoproteínas de baja densidad, ese generalmente es conocido como colesterol malo. Es necesario pero en cantidades limitadas pero si se acumula a niveles altos pueden aumentar su riesgo de enfermedades cardíacas.
- Colesterol HDL: llamado colesterol bueno, o lipoproteínas de alta densidad, ayuda a eliminar el colesterol LDL.
Si se consumen alimentos ricos en grasas saturadas, colesterol y grasas trans como los lácteos, huevos, carnes y otros alimentos de origen animal pueden aumentar los niveles de colesterol y con esto aumentar las posibilidades de sufrir un infarto. El consumo excesivo de este tipo de alimentos también ocasionan que el hígado produzca más cantidades d e colesterol del que realmente necesita el cuerpo.
Sin embargo, una dieta basada en plantas funciona de manera contraria al no tener grasas saturadas ni colesterol. Este tipo de alimentos contienen gran cantidad de fibra soluble, esta sustancia ayuda a eliminar el colesterol en el cuerpo, se recomiendan alimentos como frijoles, la cebada, la avena y determinadas frutas y verduras son excelentes fuentes de fibra soluble.
De acuerdo a la Fundación del Corazón, los alimentos que pueden ayudar a disminuir los niveles de colesterol en la sangre son: frutas, verduras y cinco raciones de hortalizas al día; hortalizas; cereales integrales (pan, pasta, arroz); legumbres (tres raciones a la semana); pescado azul (al menos, tres raciones a la semana (atún, sardina, boquerón, salmón…); frutos secos (nueces, almendras) y aceite de oliva virgen.
Si esta dieta se combina con otros alimentos bajos en grasa, se realiza ejercicio y no se tienen hábitos habituales perjudiciales se puede revertir el riesgo de enfermedad cardíaca.
Si tiene demasiado colesterol en la sangre, puede combinarse con otras sustancias en la sangre para formar placa. La placa se pega a las paredes de sus vasos sanguíneos. Esta acumulación se llama arterioesclerosis. Puede provocar enfermedad de las arterias coronarias, la que puede estrecharlas o incluso bloquearlas.
La causa más común del colesterol alto es un estilo de vida poco saludable. Esto puede incluir:
- Hábitos alimenticios poco saludables, como comer muchas grasas dañinas. Un tipo, la grasa saturada, se encuentra en algunas carnes, productos lácteos, chocolate, productos horneados y alimentos procesados y fritos. Otro tipo, la grasa trans, se encuentra en algunos alimentos fritos y procesados. Comer estas grasas puede elevar su colesterol malo (LDL)
- Falta de actividad física, con mucho sedentarismo y poco ejercicio. Esto reduce el colesterol bueno (HDL).
- Fumar, lo que reduce el colesterol bueno (HDL), especialmente en las mujeres. También aumenta su colesterol malo (LDL)
Por lo general, no hay signos o síntomas de que tenga colesterol alto. Hay un análisis de sangre para medir su nivel de colesterol. Cuándo y con qué frecuencia debe realizarse esta prueba depende de su edad, factores de riesgo e historia familiar. Las recomendaciones generales son:
Para personas de 19 años o menores:
- La primera prueba debe ser entre los nueve y 11 años
- Los niños deberían hacerse la prueba nuevamente cada cinco años
- Algunos niños pueden hacerse esta prueba a partir de los dos años si hay antecedentes familiares de colesterol alto, ataque cardíaco o derrame cerebral
Para personas de 20 años o mayores:
Los adultos más jóvenes deben hacerse la prueba cada cinco años
Los hombres de 45 a 65 años y las mujeres de 55 a 65 años deben hacérsela cada uno a dos años