Protesta Light; Maru Paga Favores a los Elías, dicen
Eduardo Arredondo Delgado
Un fragmento de la comunidad artística y cultural protestaron en contra de la obra de Alberto Espino, “La Golondrina y su Príncipe. El montaje tiene un costo de poco más de 34 millones de pesos.
Con argumentos probados, los manifestantes dijeron que no hubo una licitación para el musical y criticaron severamente a la Secretaría de Cultura, en cuya dependencia “nunca hay dinero” para otros proyectos. Aunado a la cancelación del Festival Internacional Chihuahua.
El actor Daniel Gimenez Cacho realizó un video- mismo que ya rueda de computadora en computadora y señaló la incongruencia de la administración de María Eugenia Campos y precisó que en el fondo de la situación del contrato de la obra, refleja un mecanismo de corrupción.
Ahí en la Plaza de Armas se conjugaron, creadores y hasta exfuncionarios de cultura y artistas que vivieron del presupuesto de Javier Corral- en la pasada administración. Uno de ellos, David Lauer, fotógrafo que minimizó al gremio cultural por ser esposo de María Teresa Guerrero, extitular de la Comisión Estatal de los Pueblos Indígenas y quienes extrañamente nunca hicieron nada por la cultura, salvo apropiarse de algunos artistas indígenas.
Los casi 35 millones de pesos del valor de la obra es una burla a Chihuahua, explicaron algunos artistas que se reunieron la mañana del pasado viernes.
La relación de Federico Elías y Alberto Espino data de más de treinta años.
La familia Elías fue mecenas de Espino y le ayudó en cada uno de sus montajes y el Partido Acción Nacional vio con buena cara este nuevo trabajo, que ensombrece el carácter democrático de la cultura.
En la campaña de Maru Campos, Federico Elías propietario de la empresa CTU fue uno de los inversionistas preferido de la hoy gobernadora. Le estaría pagando favores, dijeron los manifestantes.
Hay municipios en el estado de Chihuahua que no cuenta siquiera con ese presupuesto anual. En el sitio www.change.org, la petición de esclarecer y cancela la obra ya llevaba más de tres mil firmas, y los manifestantes creen que lograrán que la obra se caiga por presuntos actos de corrupción.