Chicos sin Internet y los riesgos de la vida online: «Privar a los niños del acceso a la red tendrá efectos negativos a largo plazo»
El debate contiene las dos miradas, la cuestión es atravesarlo. Los niños y el tiempo que pasan expuestos frente a las pantallas es una cuestión que divide a los padres y a los especialistas que comparten diferentes perspectivas. Privarlos de las pantallas puede restringir el conocimiento sobre el mundo que los rodea y a la vez la sobreexposición genera vulnerabilidad. Cuáles son los efectos de que los niños naveguen online
Desde que nacen y por su situación de indefensión, los niños son cuidados y protegidos por sus familias. Se les enseña desde muy pequeños a no circular por la cocina cuando se preparan las comidas, a no comer comida que haya estado en el piso y a no hablar con extraños, entre otras cosas.
Sin embargo, llega un momento del crecimiento en el cual los padres no pueden estar presentes y al tanto de todo lo que sus hijos hacen las 24 horas del día, y el acceso a internet, los celulares y las redes sociales lo hacen todo aún más difícil.
Mientras que algunos argumentan que permitir que los niños pasen horas en sus dispositivos digitales como teléfonos inteligentes, tablets y computadoras portátiles es perjudicial para su bienestar general, otros agradecen los beneficios educativos y de desarrollo que estos dispositivos pueden ofrecer a las mentes más jóvenes.
En esta nota no nos referiremos a los graves problemas que hoy también ocurren en Internet y abarcan al público infantil, como grooming, pornografía infantil , acoso virtual, entre otros. Nos referiremos a aspectos puntuales en el vínculo entre los chicos y las pantallas: ¿acceso sí o acceso no? ¿Cuánto tiempo? ¿Qué hacer con la sobreexposición? Aquí algunas de las preguntas disparadoras que planteamos a los expertos .
«Los adultos deberían dejar ir de la idea de que el pasado fue mejor: los juegos de antaño, las formas de lectura y los tiempos de espera. El mundo ha cambiado y nos encontramos frente a nuevas formas de conocernos, informarnos, educarnos y vincularnos», indicó en diálogo con Infobae Sonia Almada, psicoanalista directora de Aralma, especialista en infancia y adolescencia.
Para aquellos que creen que los riesgos son exagerados y en realidad superados por las ventajas educativas y sociales, el acceso a Internet ofrece a los niños una serie de actividades similares a las que podrían estar haciendo sin conexión y prohibirlas podría infringir su desarrollo sociológico.
«Si bien no se conocen estudios que prueben las secuelas emocionales en niños que hayan sido privados del acceso a Internet, se puede inferir que tendrán efectos negativos a largo plazo que obstaculicen el desarrollo socio-cultural de un joven que quedó fuera del circuito», advirtió Almada.
De manera contraproducente, quienes lo prohíben, lograrán que frente a la prohibición los niños busquen aún más insertarse en el mundo virtual. «Ni padres ni educadores podemosir en contra de la tecnología, ciencia que ofrece otras posibilidades, que además son acordes a los intereses de los más chicos. Los términos ‘privar’ y ‘prohibir’ se alejan de la educación actual», sugirió a Infobae la licenciada María López de Bertomeu, psicóloga y orientadora escolar.
Instrumentos didácticos que tienen por objetivo el aprendizaje y práctica de funciones cognitivas en nativos digitales
«Los dispositivos forman parte de la realidad, y más aún de la realidad de las nuevas generaciones. Evidentemente, pueden ser un instrumento didáctico y existen aplicativos quetienen por objetivo el aprendizaje y práctica de determinadas funciones cognitivas», explicó en diálogo con Infobae Diego Luparello, psicoanalista y ex-presidente del Claustro de Analistas en Formación de la APA.
Cuando Lopez de Bertomeu sugiere el apoyo de algunos contenidos en los hogares, lo hace pensando en niños que estuvieron ocho horas en el colegio, y recomienda el uso de computadoras y páginas portadoras de juegos de matemáticos, por ejemplo, para que los niño estudien sumando elementos lúdicos.
Los estudiantes de la actualidad son todos «hablantes nativos» del lenguaje digital de los ordenadores, los dispositivos móviles, los videojuegos, e Internet. Marc Prensky, un escritor americano y conferencista sobre educación, decidió que la designación más útil para ellos sería la de «nativos digitales».
«El término acuñado por Prensky en 2001, emerge como el grupo demográfico dominanteen el mundo. El concepto describe un cambio generacional en el que las personas son definidas por la cultura tecnológica con la que están familiarizadas», explicó Almada.
Entre otras cosas, el autor llevó a cabo el enfrentamiento del alumno tecno-competente o nativo digital y el inmigrante digital, es decir la escuela tradicional, para mostrar que la simple reproducción de los métodos que funcionaron con éxito en el pasado seguro fracasará, y provocará únicamente el desinterés.
Prensky sugiere apoyarse sobre el potencial que percibe en el uso de los videojuegos en contexto de aprendizaje, resalta su capacidad de motivar a los jóvenes, y hacerlo activo aprovecha un modo de aprendizaje que refuerza la autonomía y el pensamiento reflexivo.
El experto en educación subraya además la necesidad de las instituciones escolares de abrirse a otras formas de aprendizaje y a un entorno más motivador y acorde con las capacidades de esta nueva generación.
«Las computadoras, las tablets y los teléfonos se volvieron una extensión de su cuerpo y mente. Todo se decodifica mediante imágenes, clics, hashtags y videos, no existe otra representación posible por fuera del mundo digital», agregó Almada.
Para la psicóloga y orientadora escolar, la tecnología es clave para un abordaje completo en la educación. «Pensaría en una excursión a la rivera para descubrir la fauna y la flora regional, utilizando los teléfonos y las tablets para buscar información sobre las especies y sacar fotos», ejemplificó López.
Un tipo de intercambio social dentro de un gran conjunto de formas de conectarse
Para Luparello, el uso de dispositivos electrónicos como celulares o tablets, no suplanta otro tipo de actividades grupales, y de hecho constituyen un determinado tipo de intercambio social dentro de un gran conjunto de formas de conectarse con el otro.
«Sin embargo, si un adolescente reemplazara todo tipo de vida social por el modo virtual de intercambio nos encontraríamos posiblemente ante una conducta sintomática», agregó el experto. Los juegos en red suelen ser un espacio de intercambio y encuentro para muchos jóvenes. No obstante, para el experto es necesario conservar otro tipo de encuentros no virtuales.
«Distinto es cuando un joven suma a sus distintos tipos de conexión e intercambio la modalidad virtual a través de dispositivos. En este caso, estaría haciendo uso de su capacidad de relacionarse a través de un medio más», explicó.
Intolerancia a la frustración, ciberbullying y grooming, las problemáticas de una era digital
El mundo virtual acostumbra a los niños a la inmediatez en las respuestas y resultados de búsquedas. «A los nativos digitales les cuesta esperar y esto puede provocar ciertaintolerancia a la frustración, desajustes de la impulsividad, intolerancia y en algunos casos ciberadicciones siempre y cuando no existen límites y supervisión adulta», advirtió Almada.
De acuerdo con un estudio realizado por la Universidad de Michigan en 2017, la cantidad de tiempo que un niño pasa frente a las pantallas no es tan importante como la dependencia.
Pasar demasiado usando celulares y tablets se ha relacionado con la falta de sueño, retrasos en el habla y malas habilidades sociales. Sin embargo, la investigación descubrió que la clave está en descubrir si el uso causa problemas en otras áreas de la vida o se ha convertido en una actividad que lo consume todo. Cuando esto sucede, se considera adicción a la pantalla.
Los investigadores desarrollaron una herramienta para medir la adicción a la pantalla en niños de entre cuatro y once años. Los signos clásicos de adicción incluyen la incapacidad de dejar de usar los dispositivos o cuando el uso de esa sustancia comienza a interferir con su vida y sus relaciones.
«Como en muchas otras cosas que los individuos tienen a disposición, el riesgo no está en el objeto en sí, sino en el uso o abuso que se hace de ello», advirtió Luparello.
«El ciberacoso y el grooming afectan a una importante población infanto-juvenil y puede generar trastornos asociados a la violencia sufrida en las redes. De igual manera, la exposición a material sexual y violento en edades inadecuadas puede generardisfunciones emocionales difíciles de procesar», indicó Almada.
Se conoce como grooming a una problemática relativa a la seguridad de los menores en Internet que consistente en acciones deliberadas por parte de un adulto a establecer lazos de amistad con un niño o niña, con el objetivo de obtener una satisfacción sexual mediante imágenes del menor o incluso como preparación para un encuentro sexual.
«Es necesario alertar a los niños acerca de los peligros, cuidar sus accesos, y tiempos de exposición», indicó la especialista.
Algunas pautas para regular los accesos según los expertos
Según la American Academy of Pedriatics, pasar demasiado tiempo frente a las pantallas, podría ser un factor de la obesidad infantil. La AAP recomienda que los niños de dos a cinco años no pasen más de una hora al día frente a las pantallas para fines no escolares. Los niños de seis años o más sí pueden hacerlo, siempre y cuando lo compensen con una hora de ejercicio.
«Es importante para los niños que sus padres compartan con ellos o se introduzcan en sus actividades virtuales, charlen acerca de ellas y estén cerca, sin invadir su privacidad», advirtió Almada.
Como indicación fundamental, los expertos plantean enseñar la importancia de la privacidad e intimidad: no compartir edad, números telefónicos o datos personales que puedan exponerlos y no aceptar solicitudes o contactos de extraños, de la misma manera que no lo harían caminando por la calle.
“El espacio virtual debe pensarse como el nuevo ámbito donde nos movemos, el nuevo mundo donde acontecen diversas situaciones y se generan vínculos y relaciones”, agregó la experta.
Entre otras recomendaciones, la experta sugiere no utilizar los dispositivos en almuerzos, cenas y reuniones familiares, espacio para compartir y cultivar las relaciones interpersonales. Y por último, actualizar los programas de seguridad y activar los sistemas de control parental que bloqueen el acceso de los niños a determinados contenidos.
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