La columna
POR CARLOS JARAMILLO VELA
· Carlos Loret de Mola: ¿víctima del autoritarismo político?
· Conflicto CAM “Santo Niño”: ¿insensibilidad y precipitación?
La reciente salida de Televisa por parte del connotado periodista Carlos Loret de Mola, parece haberse efectuado en buenos términos entre éste y su empresa, aunque se desconocen con certeza las motivaciones que hay detrás del inesperado retiro. Resultó desconcertante el despido de Loret De Mola, cuando éste se halla en el clímax de su carrera profesional en virtud del liderazgo, influencia, credibilidad y popularidad de los que goza debido a su estilo crítico e imparcial para opinar y cuestionar sobre temas políticos. Luego de 18 años de desempeñar un papel protagónico en la realización, organización, coordinación y dirección de los más importantes programas de noticias en Televisa, el exitoso Carlos Loret de Mola se aleja de las pantallas de ese emporio televisivo, sin aspavientos ni estridencias de su parte, agradecido con los directivos y sus compañeros de la empresa, y quizá con una considerable indemnización económica.
Pero el retiro de Loret no se encuentra exento de controversias. En el centro de la polémica desatada por la sorpresiva noticia del fin de la era Televisa-Loret de Mola se hallan algunas conjeturas especulativas que apuntan hacia una posible reacción gubernamental frente a las constantes censuras que el periodista suele hacer al actual gobierno de México, y a su titular, el presidente Andrés Manuel López Obrador. Incluso, hay quienes comparan la salida de Loret con lo acontecido durante el sexenio anterior a su colega Carmen Aristegui, quien por presiones políticas fue despedida de la estación MVS Radio, viéndose orillada a interponer recursos legales, luego de los cuales la Suprema Corte de Justicia de la Nación consideró que el despido de la comunicadora había sido ilícito, injustificado y violatorio de su derecho a la libertad de expresión.
En el caso “Loret de Mola-Televisa” todo indica que no habrá litigio ni discordias entre el célebre periodista y su ahora ex patrón, Emilio Azcárraga, pues al parecer ambos llegaron a un buen arreglo para evitar un buen pleito, sin embargo, persiste la duda: ¿La despedida de Loret es el resultado de un acto autoritario contra la libre expresión, sutilmente orquestado desde el gobierno de la Cuarta Transformación?
El parque deportivo de la colonia “Santo Niño”, que semanas atrás fuera demolido por el Gobierno del Estado de Chihuahua, para iniciar ahí la construcción de un Centro de Atención Múltiple (CAM), continúa siendo la manzana de la discordia entre los vecinos del lugar y la administración estatal, pues aquéllos han mantenido la manifestación de protestas públicas y acciones ante la polémica decisión gubernamental. En días recientes los irritados vecinos impidieron el acceso al lugar a los trabajadores de la empresa constructora encargada de la obra, y paralizaron el avance de la edificación del CAM. Incluso, para fortalecer su
postura de rechazo a la obra emprendida por el gobierno estatal, los residentes de la colonia “Santo Niño” argumentan a su favor expresiones que respecto a la protección de parques deportivos vierte en su discurso político el primer mandatario nacional, Andrés Manuel López Obrador.
Antes del inicio de la construcción del inmueble educativo hubo algunos encuentros sostenidos por funcionarios del Gobierno del Estado y vecinos de esa tradicional colonia de la capital, con el fin de obtener la aprobación vecinal para el proyecto, pero los habitantes del sector siempre se opusieron a que el CAM se construyera en el parque de la colonia, y propusieron a la representación gubernamental que se considerara otro sitio para su edificación. La postura vecinal fue lógica, pues trataron de defender el citado parque, al que consideran como patrimonio deportivo y urbano suyo, y del resto de la comunidad.
No obstante la renuencia ciudadana a tal proyecto, los representantes del gobernador terminaron por anunciar que la decisión ya había sido tomada y la obra se tenía que realizar. Un aspecto que quizá no se discutió durante las reuniones entre funcionarios y ciudadanos es el relativo a la evidente presión que para el titular del Poder Ejecutivo del Estado representan las críticas generalizadas hacia su gobierno, por la escasa obra pública realizada durante su ejercicio gubernamental, así como por los subejercicios presupuestales que han obligado al gobierno de Chihuahua a devolver recursos a la federación, por no haberlos aplicado. El proyecto del CAM se financió con recursos estatales y federales, por lo que la inaplicación oportuna de estos últimos implicaría su devolución al Gobierno Federal.
Había, pues, en el caso “Santo Niño”, desde la perspectiva oficial, no solo urgencia, sino tal vez también desesperación, para realizar la polémica obra. Esta premura llevó al gobierno de Chihuahua a actuar con arrebato, y a dejar de lado el cuidado de las formas, el tacto y la sensibilidad, generándose así en la colonia “Santo Niño” un conflicto social. Reza un sabio adagio que solía decir mi padre: “Con precipitación nunca harás una buena operación”.