Cuando el deseo de sabores intensos y reconfortantes se apodera de nosotros, la opción indiscutible es dirigirse a un buffet o restaurante de comida china. Entre sus menús interminables, seguro encontrarás el pollo almendrado que es uno de los platillos favoritos.
La comida china, que ha sabido adaptarse magistralmente a nuestros gustos occidentales, nos brinda recetas equilibradas que fusionan proteínas y verduras. Desde clásicos como el teriyaki, pollo a la naranja hasta el inigualable chop suey, estos platillos se han convertido en tentadoras opciones que queremos dominar en casa para disfrutar de comidas saludables y deliciosas.
Si te encuentras indeciso entre preparar alguna de las recetas mencionadas o aventurarte con el pollo almendrado, permíteme convencerte de que esta última elección será una experiencia culinaria inolvidable. Dos ingredientes se alzan como los protagonistas de esta receta: las almendras y la jícama. Ambos ingredientes aportan una textura excepcional a este platillo, elevándolo a un nivel de exquisitez único.
Cómo hacer pollo almendrado, al estilo Cantonés
En el día de hoy, compartiré contigo nuestra versión de esta receta que, como muchas de las delicias chinas, ha sido adaptada más bien en los barrios chinos de Estados Unidos. Además, cabe destacar que esta receta tiene un distintivo estilo cantonés, una variante culinaria que añade aún más autenticidad y sabor a esta deliciosa experiencia gastronómica.
Ingredientes:
- 2 pechugas de pollo
- 2 zanahorias
- ½ cebolla
- ½ jícama
- 1 vara de apio
- 3 cucharadas de salsa soya o salsa de soja
- 2 cucharadas de fécula de maíz
- 2 dientes de ajo
- 1 cucharada de azúcar
- ½ cucharada de consomé de pollo
- 1 taza de caldo de pollo
- 1 taza de almendras
Procedimiento:
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- Comienza cortando las pechugas de pollo en tiras delgadas. Coloca el pollo en un bowl y añade salsa de soya, ajo triturado, azúcar, fécula de maíz y consomé de pollo. Mezcla bien y refrigera mientras preparas los demás ingredientes.
- Pica la zanahoria y la jícama en cubos medianos. Corta el apio en rebanadas no muy delgadas y la cebolla en cuartos.
- Pica las almendras toscamente para obtener trozos de diferentes tamaños, aportando diversas texturas al plato.
- En un wok o sartén profundo, fríe las almendras con suficiente aceite hasta que estén doradas, removiendo constantemente para evitar que se quemen. Luego, retíralas y escúrrelas bien.
- En el mismo wok, saltea los vegetales en el siguiente orden: cebolla, zanahoria, apio y jícama. Saltea por unos minutos y retira del wok.
- En el mismo wok, saltea el pollo marinado hasta que esté bien cocido. Luego, incorpora las verduras y añade el caldo de pollo.
- Cubre la cacerola y lleva la mezcla a ebullición.
- Sirve el plato con las almendras doradas por encima.
Tip Animal
- Experimenta añadiendo diferentes vegetales como pimientos, calabacines o setas para variar la receta.
- Además de almendras, puedes utilizar otros frutos secos como anacardos (nuez de la india) o cacahuates para darle un toque personalizado.
Antes de seguir, te dejamos una serie de consejos para que tu pollo queden crujientes y jugosos
Para garantizar que los trozos de pollo mantengan su jugosidad y sabor al máximo durante la fritura, sigue estos tips expertos:
Prefiere una fritura rápida y caliente:
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- Freír los trozos de pollo entre 1 y 2 minutos en una sartén bien caliente. Dale la vuelta para asegurarte de que se cocinen uniformemente. El objetivo es lograr un dorado perfecto que realce el sabor de la carne.
- Temperatura Ambiente: Saca la carne del refrigerador al menos 1 hora antes de cocinarla. Si el pollo está demasiado frío al momento de freírlo, puede disminuir bruscamente la temperatura de la sartén, provocando la pérdida de jugos. Así, en lugar de dorarse, la carne se cocerá, resultando en una textura seca y dura.
Fríe en tandas pequeñas:
- Prefiere freír los trozos de pollo en varias tandas en lugar de cocinarlos todos al mismo tiempo. Esta estrategia evita que la temperatura de la sartén disminuya drásticamente, asegurando un dorado perfecto en cada bocado.
Pon la sal al último momento:
- Añade la sal justo antes de finalizar la cocción. Si salas la carne al principio, los jugos se liberarán durante la cocción, resultando en una carne más seca. Opta por un toque final de sal para conservar la jugosidad y el sabor original de cada pieza.
Siguiendo estos consejos, conseguirás trozos de pollo fritos irresistiblemente jugosos y llenos de sabor en cada bocado