La Pascua Judía conmemora la salida de ese pueblo de Egipto y de la esclavitud. Animarse a ser libre y qué hacer con el tirano que tenemos dentro son cuestiones que la festividad plantea, más allá de la religión.
PorPablo Nachtigall
Estamos iniciando Pesaj, una de las festividades mas importantes en la que conmemoramos la salida del pueblo judío de su estado de esclavitud en Egipto hace más de dos mil años, hacia un nuevo estado de libertad que lo condujo a la tierra prometida.
Esta festividad dura ocho días y durante dos noches se cuenta la leyenda que remite a la historia milenaria del pueblo judío, su sufrimiento bajo la tiranía del faraón Ramsés de Egipto, así como también su despertar y travesía desde la amargura de su esclavitud, su salida de Egipto, la transición por el desierto.
Mas allá del relato bíblico, Pesaj tiene una connotación espiritual profunda con mensajes poderosos para nuestra vida, sin importar si eres judío, católico, musulmán, budista o ateo. En esta festividad milenaria todos nosotros podemos extraer tres lecciones profundas y transformadoras para nuestra vida personal y en pareja. Te invito a recorrerlas a través de los tres actores principales de la trama histórica: el pueblo judío, el Faraón y Moisés.
¿Cuáles son las 3 lecciones poderosas que podemos aprender de estos tres actores principales de Pesaj para aplicarlo a nuestro crecimiento personal y en pareja (aunque seas una persona solterta, viuda o divorciada)?
<b>1) El pueblo judío</b>
Según el relato, en el antiguo Egipto los judíos eran un pueblo esclavo y oprimido bajo el yugo del reinado del faraón Ramsés. Eran un pueblo que vivía sufriendo y trabajando las 24 horas del día para complacer los caprichos de sus amos. Dicha tiranía llevaba siglos y había creado una generación de judíos que pensaban y se sentían esclavos. Si bien sufrían y se quejaban amargamente de su suerte, estos judíos se negaban a salir de su tierra conocida ya que les daba miedo y resistencia.
Explican ciertos historiadores y maestros cabalistas que en el momento que Moisés inició el proceso para forzar al faraón Ramsés a liberar al pueblo judío, hubo una gran parte de los esclavos judíos que no quisieron salir de Egipto. De hecho se estima que solo ha salido por voluntad propia un sexto del total de los cientos de miles de judíos esclavos que sufrían y eran maltratados diariamente. Así como también que la travesía por el desierto duró aproximadamente 40 años y se realizo por el camino más largo ya que era necesario que gran parte de esos judíos esclavos diesen paso a una nueva generación de judíos que naciera en el desierto con una mentalidad libre y guerrera, que les permitiese sentirse capaces de conquistar la tierra prometida.
Desde la mirada psicológica profunda, este dato histórico nos habla de que en todos nosotros cohabita un aspecto que desea crear abundancia y vivir una vida plena, libre y feliz, pero también coexiste otro aspecto que se niega a vivir la vida que realmente nos merecemos disfrutar. A este aspecto, podríamos llamarlo “la resistencia” y se nutre de las creencias, mandatos y modelos que hemos internalizado a lo largo de nuestra vida, que en ciertas ocasiones pueden mantenernos en un estado de limitación, sufrimiento y apego a situaciones tóxicas.
Tan solo imagínate aquellos momentos de tu vida en los que te has estado acostumbrado/a durante años a un trabajo que no te gustaba pero te proporcionaba un sueldo y ciertas condiciones de comodidad… ¿Qué clase de emociones te despertaría la idea de dejarlo?
Ahora podemos hacer este ejercicio reflexivo en relación al amor. Miles de parejas se acostumbran a un vínculo tóxico, conflictivo, machista, aburrido, carente de placer y diálogo adulto, y pese a ese sufrimiento y dolor, siguen apostando a permanecer juntos. A lo largo de mi consulta psicológica he atendido cientos de personas inteligentes, atractivas y capaces que se negaban a salirse de vínculos amorosos tóxicos… ¿Te resulta conocida esta situación? ¿Has permanecido en un vinculo amoroso o un trabajo insatisfactorio que te causa malestar y aburrimiento crónico, y aún así te sientes apresado e impotente para cambiar dicha situación?
El pueblo judío en su estado de esclavitud en Egipto nos muestra que, por momentos, todos podemos situarnos en estados emocionales que nos limitan y conectan con la impotencia, culpa, amargura e insatisfacción crónica, contribuyendo a victimizarnos.
El peligro de permanecer en el estado de una víctima es que nos sentimos sin fuerzas, opciones ni capacidades para crear la vida que realmente queremos. Dicho estado puede llevarnos a una vida de infelicidad, depresión y conflictos recurrentes a los cuales paradójicamente nos aferramos. Una manera potente de reconocer este aspecto en nuestra vida y comenzar a manejarlo eficazmente es preguntarnos: ¿Qué aspecto en mí no quiere tener una vida de placer, salud, prosperidad y vínculos afectivos saludables? ¿Cuáles son las creencias y mandatos que he internalizado de mi familia y entorno que me llevan a sentirme esclavizado de situaciones tóxicas que me causan infelicidad y dolor?
Y en el amor, ¿Cuáles son mis miedos y resistencias que me llevan a apostar por vínculos desequilibrados de pareja? ¿A qué personas de mi entorno familiar estoy siendo fiel cuando me niego a disfrutar saludablemente del amor? La claridad es esencial para reconocer nuestro “Esclavo interno” y comenzar a manejarlo en vez que este nos maneje.
<b>2) El Faraón</b>
En tiempos de este relato, se cree que Ramsés era el regente de Egipto, amo y señor de su pueblo y los judíos. Su voluntad era acatada y nadie osaba desafiarlo por temor al castigo. Desde una mirada psicológica y empresarial, Ramsés encarna el estilo de liderazgo autoritario, violento, rígido y omnipotente que a veces podemos manifestar con nuestra familia, empleados, colegas y pareja. Así como también podemos estar en sistemas familiares, sociales y organizacionales donde existe una persona estilo “Ramsés” que cree que tiene la verdad absoluta y se niega a escuchar, intercambiar y trabajar de manera cooperativa.
Lamentablemente estamos asistiendo al triste evento de la invasión rusa a Ucrania, donde un líder dictatorial como Putin, una suerte de Ramsés contemporáneo, se siente un faraón omnipotente y está obsesionado con conquistar y atacar miles de civiles ucranianos.Faraones. Una figura que también es interior. EFE/EPA/KHALED ELFIQI/Archivo
Así como sucede en la coyuntura internacional, podemos identificar estos personajes en nuestra vida. Un personaje al estilo faraón Ramsés suele generar temor y obediencia, cuando estamos situados emocionalmente en un estado de “judíos esclavos”, creyéndonos que no valemos lo suficiente ni tenemos el derecho profundo de vivir una vida plena.
Aunque el faraón- vale aclarar- en muchos casos se encuentra en nuestro interior, a través de esa voz interna criticona, juzgona y desvalorizante que nos susurra continuamente frases que dejamos que nos incapaciten e inmovilicen en un estado conocido de frustración, impotencia, baja autoestima y esclavitud emocional. En sentido muchas personas viven esclavizadas de su propio faraón interno, sin realizar un trabajo personal que les permita sacudirse de ese yugo.
Si pretendemos comenzar a vivir una vida plena y abundante en todos los aspectos de nuestra vida, resulta de vital importancia reconocer nuestro “faraón interno”, aquella voz incapacitante que nos hechiza por momentos, y aprender a detenerla, confrontarla y reemplazarla por un diálogo interno que nos empodere y estimule a enfrentar nuestros desafíos diarios, tal como le ha tocado realizar al pueblo judío cuando decidió salir de Egipto hacia su tierra prometida.
Por ello la segunda lección de Pesaj es reflexionar… ¿Cuáles son las personas que permites que actúen como faraones en tu vida y que estás dispuesto a hacer para romper su hechizo y sentirte libre? ¿Qué estás dispuesto/a a hacer para comenzar a manejar tu voz interna criticona y desvalorizadora que te lleva a sentirte una victima impotente?
<b>3) Moisés</b>
Cuenta el Antiguo Testamento que Dios convoca a Moisés, un judío que había sido criado en la corte del faraón, para que sea quién se encargue de liderar el proceso liberador del pueblo judío y conducirlo hacia la tierra prometida.
Cuando Moisés es convocado por Dios para sacar a su pueblo del yugo del faraón, su primera reacción fue negarse, aludiendo que tenía problemas en su habla (al parecer tartamudeaba). Sin embargo, Dios lo tranquilizó diciéndole que junto a él también iría su hermano Aarón, que oficiaría de portavoz. Moisés, pese a sus temores y dudas, confió en Dios y encaró su misión al enfrentarse al Faraón, que en aquella época era uno de los gobernantes más poderosos del mundo. Con su iniciativa y persistencia, logró sacar al pueblo judío de Egipto. Por ello ¿Cuál es la tercera lección poderosa que podemos aprender de este personaje bíblico tan humano y cautivador?
Moisés representa aquel aspecto de nuestra psiquis que es capaz de desafiar y sacudirnos de los temores, cadenas y mandatos socio familiares que pueden estar encadenándonos. Si escuchamos este aspecto interno, la voz proveniente de nuestro “corazón valiente”, podemos comenzar a experimentar una vida de plenitud, pasión y energía.
Muchas veces podemos elegir sabiamente un “Moises” externo a través de la figura de un terapeuta, amigo, pareja o familiar que nos escucha, acompaña y estimula a desafiar nuestras cadenas y salirnos de nuestra zona de confort esclavizante.
Inclusive podemos iniciar el proceso de apertura y libertad interna a través de un libro, curso o grupo de crecimiento personal que oficia como un despertador de nuestra alma.
Sin embargo este aspecto interno, nuestro “Moisés interior”, precisamos comprometernos a desarrollarlo y nutrirlo. Nadie nace sabio ni líder aunque esto nos lo hayan trasmitido a través de historias bíblicas milenarias. En mi experiencia clínica y como consultor de empresas, el liderazgo personal y la capacidad de liderar a otros, se entrena y desarrolla por medio del trabajo personal. Esto significa honrar a nuestro Moisés. Y sus frutos pueden ser increíbles ya que nos permite liberarnos de los yugos de faraones externos e internos, sentirnos potentes y capaces de afrontar los desafíos de nuestra vida así como liberarnos de situaciones esclavizantes. Al respecto un trabajo psicoterapéutico adecuado ayuda a la persona a enfrentar sus temores y resistencias, para sentirse más capaz de encaminarse hacia lo que desea y necesita verdaderamente. Por ende, la tercera lección poderosa consiste en preguntarnos…¿Qué actividades precisas desarrollar en este momento para conectar con tu potencial, sentirte vital y aumentar tu confianza en ti mismo? ¿A que personas o “Moisés” externos puedes recurrir como referentes para entrenarte en el arte de experimentar abundancia y autoestima?«Inteligencia emocional en el amor». El último libro del psicólogo Pablo Nachtigall.
Como puedes observar, estas tres lecciones comienzan a partir de formularnos preguntas poderosas que nos lleven a reflexionar cómo podemos salirnos de estados psicoemocionales de victimización e impotencia crónica. Todos podemos entrenarnos en manejar apropiadamente estos tres actores arquetípicos de la trama milenaria de Pesaj, que integran nuestra personalidad.
Con la debida preparación podemos hacerlo, tal como los judíos lo han hecho miles de años atrás. Esto no ha sido algo instantáneo ni mágico, sino mas bien un proceso de transformación gradual que todos precisamos atravesar. Permanecer en un estado de impotencia y sufrimiento en tu vida es una opción. Pesaj nos recuerda que todos podemos y tenemos el derecho espiritual de convertimos en personas con la capacidad de alcanzar nuestras metas y disfrutar de una vida plena y próspera. También nos invita a sacudirnos del estado emocional donde podemos acostumbrarnos a vivir mal, tal como lo hacían los esclavos judíos hace miles de años bajo el la tiranía de Ramsés. Y finalmente nos refresca que en medio del sufrimiento, podemos hacernos responsables y tomar decisiones que nos lleven a sentirnos libres y vivos.
Pablo Nachtigall es psicólogo de adultos y parejas
Autor del libro “Inteligencia emocional en el amor: 34 consejos para construir una relación de pareja equilibrada, saludable y placentera en tu vida”