El epidemiólogo y ex director del Programa Mundial de Malaria de la Organización Mundial de la Salud, Pedro Alonso, advierte de que “tendremos que convivir con la covid-19 para siempre”, mientras que sobre la viruela del mono, pese a crecer, cree que no tendrá un impacto “explosivo” en el número de contagios
En una entrevista con Efe, Pedro Alonso explica que la covid-19 no es un problema que se vaya a acabar de un día para otro, sino que “posiblemente vayamos a convivir con él toda nuestra vida”.
“Reforzar los sistemas de información para que se conviertan en tiempo real, la aceleración de los procesos de desarrollo de nuevas vacunas y garantizar el acceso equitativo sería importante. Tenemos que pensar a largo plazo porque vamos a convivir con la enfermedad durante muchos años”, ha abundado.
Asimismo, Alonso critica que “los países occidentales hayan priorizado vacunarse primero y luego, cuando han alcanzado cifras considerables de vacunación, han distribuido dosis a otros países, lo que deja claro que el lugar donde uno nace determina las posibilidades de vivir durante los siguientes años”.
La covid en África
Alonso, que hace pocos días participó en el acto de celebración del 25 aniversario del Programa de Cooperación Internacional de la Fundación La Caixa, recalca que, según algunos estudios, un 80 % de la población africana ha estado expuesta a la covid, aunque sin un gran número de casos severos y de muertes, a excepción de Sudáfrica.
Esta diferencia respecto a Europa se debe a que la población africana es, de media, 25 años inferior a la europea, y además tiene menos comorbilidades -la presencia de una o más enfermedades además de una enfermedad o trastorno primario, como la diabetes u obesidad, por ejemplo-, lo que reduce el porcentaje de cuadros graves.
“Sin embargo, esto no quita que haya una desigualdad en el acceso a las vacunas”, denuncia el epidemiólogo, quien asegura desconocer cuál debe ser la estrategia internacional para vacunar a los países en vías de desarrollo “porque las cepas van cambiando y hay vacunas que dejan de ser efectivas”.
El epidemiólogo hace hincapié en “la necesidad de encontrar y desarrollar vacunas y otros remedios contra muchas otras enfermedades que tienen un impacto en la mortalidad prematura en África”, como la neumonía, primera causa de mortalidad infantil en el mundo.
Esta infección respiratoria acaba cada año con la vida de un millón de niños en los países en vías de desarrollo, la mitad de las cuales se podrían evitar a través de medidas de bajo coste como promocionar la lactancia materna, medir la respiración de los menores y hacer accesibles las vacunas y antibióticos, según el médico.
“El mundo desarrollado tiene la obligación moral de superar estas brechas, porque si no se superan, a ellos [los países en vías de desarrollo] les va a ir mal, pero a nosotros también”, subraya.
La viruela del mono
Sobre la viruela del mono, de la que en España se han diagnosticado ya más de 1.200 casos, el epidemiólogo recuerda que esta enfermedad ya se detectó hace 40 años en África, y lamenta que se haya puesto el foco en ella “cuando ha aparecido en los países occidentales”.
Alonso, fundador y exdirector del Instituto de Salud Global (ISGlobal), señala que la tasa de reproducción rápida de la viruela del mono -conocida como la tasa R0-, es decir, el número de casos que se generan a partir de un caso primario, es aún baja, por lo que no augura, por ahora, un rápido crecimiento de la cifra de contagios.Aun así, señala que la aparición de casos de viruela del mono en niños provocará que se convoque por segunda vez el comité de expertos que asesora sobre la posible declaración de una emergencia internacional “porque en la primera reunión se decidió que aún no se reunían las condiciones para ello”.
Un mosquito de la especie Anopheles gambiae, responsable de transmitir los parásitos causantes de la malaria, es fotografiado mientras extrae sangre. Stephen Morrison