Pátzcuaro (del purépecha: Pꞌatskuarhu ‘/Pʰáskʷaɽo/’) es una localidad del estado mexicano de Michoacán y cabecera del municipio homónimo. En la antigüedad era parte del señorío de los uacúsechas, la tierra de los indígenas que los españoles llamaron tarascos y que ahora se denominan purépechas. Pátzcuaro forma parte del programa turístico Pueblos mágicos.
Su nombre aparece registrado en la Relación de Michoacán como Tzacapu-Hamúcutin-Pásquaro, con el significado de «Donde están las piedras (los dioses) a la entrada de donde se hace la negrura». Su interpretación morfológica es la siguiente: Tzacapu, ‘piedra’; Hamúcutin, ‘puerta o entrada’; y Pásquaro, término formado por pás- (radical del verbo páscani) ‘teñir de negro’; -qua- (radical de -quare-, actualmente escrito -kuarhe-) es una partícula que se incorpora en los verbos antes de la terminación del infinitivo para hacerlo reflexivo; y -ro, sufijo determinativo de lugar, con el significado de ‘lugar donde se hace la negrura’.
Recordemos que los michuaques consideraban a los lagos la puerta de entrada a su cielo ‘el inframundo’ a donde iban las almas de los muertos, conducidos por un perro (una nutria, llamada también el perro del agua), a reencontrarse con la divinidad. Su interpretación morfológica «Donde están las piedras (los dioses) a la entrada de donde se hace la negrura», podemos por extensión darle también la interpretación de «La puerta del cielo» o bien «La entrada al paraíso». (Interpretación morfológica de Salvador Garibay Sotelo)
Historia[editar]
Pátzcuaro fue una de las primeras ciudades que fundaron los purépechas, hacia el año 1300. La tradición cuenta que fue fundada por Curatame y que luego fue convertida en el centro religioso y ceremonial del pueblo purépecha por Tariácuri. En 1522, al momento de la llegada de los españoles, la capital se había trasladado a Tzintzuntzan, y subsistían en Pátzcuaro solamente un centro ceremonial escasamente poblado.
Según la tradición, a Pátzcuaro arribó el enviado de Hernán Cortés, Cristóbal de Olid, y tuvo lugar el sometimiento del cazonci Tangáxoan Tzíntzicha. Años más tarde se otorgó el gobierno de la Nueva España al presidente de la Primera Audiencia, Nuño Beltrán de Guzmán, quien realizó repetidas exigencias de tesoros, puso en prisión, juzgó sumariamente y finalmente ejecutó al último cazonci, Tangáxoan Tzíntzicha. Los hechos trascendieron y llegaron a oídos de las autoridades en España. Como consecuencia, en 1533 fue enviado como visitador el oidor Vasco de Quiroga, quien en 1537 sería nombrado obispo de Michoacán. Este personaje supo hacerse con la situación y entender a los habitantes, y se dedicó a ayudarles con sentido de justicia y con inteligencia. De esta manera pudo salvarles de la situación en que se hallaban. Ayudó a los niños especialmente, y además fundó poblados nuevos, enseñando en escuelas a desarrollar y promocionar sus artesanías vernáculas y tradicionales. Los nativos supieron enseguida que contaban con alguien en quien poderse fiar y comenzaron a llamarle con el apelativo cariñoso de Tata Vasco.
En 1539 Quiroga trasladó la capital civil y la sede episcopal de Tzintzuntzan a Pátzcuaro, ocupándose asimismo de reconstruirla y repoblarla. Su estatua se encuentra en la Plaza Grande o principal. Al trasladarse la capital, Pátzcuaro tomó el título de Ciudad de Mechuacán, originalmente expedido para Tzintzuntzan y posteriormente disputada con Valladolid. En 1553, Pátzcuaro obtuvo la confirmación del título de ciudad y un escudo de armas. Dada su importancia, aquí se construyeron conventos de franciscanos y agustinos, el colegio de la Compañía de Jesús (1575) así como el Colegio de San Nicolás Obispo, auspiciado por Quiroga. En la ciudad también se encontraban las residencias de los principales encomenderos y pobladores españoles, así como de la nobleza indígena.
Después de la muerte de Quiroga inició la decadencia progresiva de Pátzcuaro. Las autoridades civiles se trasladaron a Valladolid en 1575, y en 1579 y 1580 hicieron lo mismo el Obispado y el Colegio de San Nicolás. De forma nominal, Pátzcuaro siguió siendo la capital provincial hasta la creación de las intendencias, en 1786.
En 1766 y 1767 Pátzcuaro fue el centro de la rebelión encabezada por Pedro de Soria Villarroel, gobernador indígena de Pátzcuaro, quien se opuso a la creación de milicias provinciales, el incremento de impuestos y la expulsión de los jesuitas. La rebelión fue reprimida por el visitador general José de Gálvez y Gallardo, quien ejecutó a Soria Villarroel y a otros rebeldes.
En la plaza de San Agustín puede verse la estatua de Gertrudis Bocanegra, un personaje histórico de gran trascendencia para la gente de Pátzcuaro. Fue una mujer criolla que se unió junto con su marido a la causa de la Independencia de México. Gertrudis se introdujo como espía en un grupo de seguidores realistas, con resultados importantes para la causa. Su labor fue muy eficaz. Una vez descubierta fue ejecutada por un pelotón de soldados.
Después de la independencia, en 1824 Pátzcuaro pasó a ser cabecera del Distrito XII del Departamento Oeste. El 10 de diciembre de 1831 fue elevada a la categoría de municipio.
Durante la Guerra de Reforma, Pátzcuaro fue una ciudad dominada por los conservadores y se pronunció a favor del Segundo Imperio Mexicano en 1867. El general liberal Nicolás Régules atacó y tomó la ciudad el 4 de enero de ese año.
A fines de siglo, bajo los sucesivos gobiernos de Porfirio Díaz, Pátzcuaro pasó por un proceso de modernización. En 1886 se inauguró el ferrocarril Morelia-Pátzcuaro, y el 5 de mayo de 1899 comenzó el alumbrado eléctrico.
Atardecer en el lago de Pátzcuaro desde un embarcadero
En la Revolución Mexicana, los revolucionarios encabezados por Salvador Escalante tomaron Pátzcuaro en 1911. A raíz del golpe de Estado de Victoriano Huerta, las fuerzas al mando del revolucionario Gertrudis G. Sánchez entraron el 21 de abril de 1913 y la ocuparon por breve tiempo. La ciudad pasó posteriormente a ser controlada por el gobierno de Huerta. El general Joaquín Amaro Domínguez trató de recuperar Pátzcuaro el 9 de agosto, pero fracasó y tuvo que retirarse. La ciudad también fue atacada por José Inés García Chávez.
En 1920, se inició la reconstrucción de la ciudad, procurando mantener su atractivo patrimonial y turístico.
El Primer Congreso Indigenista Interamericano se realizó en Pátzcuaro en 1940, aprobando recomendaciones que fueron recogidas en la creación del Instituto Nacional Indigenista (hoy Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas) e instituciones afines en otros países latinoamericanos.
En 1951 se fundó el Centro Regional de Educación Fundamental para América Latina (CREFAL, actualmente Centro de Cooperación Regional para la Educación de Adultos en América Latina y El Caribe), por parte de la UNESCO, dedicado a la promoción de la educación en ámbitos sociales rezagados, particularmente el rural.7
Actualmente los pobladores de Pátzcuaro basan su economía en la pesca, la agricultura y la artesanía, famosa en todo el país, produciendo una bella alfarería, cestería y artículos lacados, así como en el comercio, los servicios públicos y el turismo.