Chihuahua. Más que un lugar de muerte, algunos panteones encierran historia, arquitectura, arte, información, ecología, reunión, tranquilidad…pasando la puerta, el significado que ofrece es que ahí todos los hombres son iguales, por muy ricos o pobres que hayan sido o por muy majestuosa que sea su cripta.
Ante el bullicio de las ciudades, el estar en el interior de un cementerio cambia la forma de pensar, de sentir, de oler y hasta de tocar. No existe nada sobrenatural. Los muertos descansan lo que en vida sufrieron y vivieron.
En el momento en que inicia el primer respiro se nace con la muerte a un lado. Unos antes otros después, pero todos van por el mismo camino.
En Chihuahua, uno de los cementerios con 104 años de activo, es el panteón de Dolores, ubicado en la colonia San Jorge y en su interior descansan personajes que hicieron historia, tanto en el aspecto, político, intelectual, empresarial, social, militar y religioso.
El 12 de septiembre de 1912 abrió sus puertas el panteón de Dolores con el primer cuerpo de la señorita llamada Jacinta Zea que murió el 14 de septiembre: dos días después de abierto.
El camposanto como le solían llamar religiosamente, tiene una capacidad para más de 80 mil cuerpos, cuando actualmente está casi a la mitad de su espacio de 16 hectáreas.
La administradora y heredera del cementerio, Alejandra Jaurrieta, comenta que constantemente realiza censos para determinar si hay tumbas abandonadas, e incluso personas que dejaron de pagar por el lugar donde descansa su familiar y ya no vuelven a visitarlo.
“Me doy cuenta por las mismas flores que dejan, la limpieza que tienen, si está muy destruida… pero siempre ando revisando”, comenta.
Su padre Enrique Jaurrieta Rodríguez, duró a cargo de la propiedad por 48 años, luego de heredarlo de Manuel Rodríguez Chávez, abuelo de la hoy dueña e iniciador del cementerio.
don Luis Terrazas para que le cediera el terreno para hacer el cementerio. Para lo cual aceptó de inmediato a condición de que le dejara un espacio para él y su propia familia. Al final, don Luis Terrazas fue enterrado en el templo del Santuario de Guadalupe”.
Actualmente el espacio de los Terrazas es de los más conservados y con una arquitectura muy modernista, hacia el lado izquierdo a aproximadamente 100 metros de la entrada principal.
Entre los personajes que descansan en el cementerio son: general Rodolfo Fierro “El carnicero”, mano derecha de Francisco Villa y que murió ahogado en la laguna de Nuevo Casas Grandes y traído para ser enterrado en el de Dolores.
El exgobernador Miguel Ahumada; Miguel Trillo secretario personal de Pancho Villa y que muriera junto con el Centauro en la ejecución de Parral. Los hermanos Navarro, que trajeron la medicina militar a Chihuahua.
Doña Luz Corral de Villa, última esposa del general de División. Pascual Orozco; los también gobernadores Óscar Ornelas y su esposa Leonor y Oscar Flores; el maestro José Fuentes Mares; el padre Maldonado, aunque ya no se encuentra su cuerpo pero sigue siendo la tumba más visitada.
La familia Terrazas, los Vallina, los Stegue, don Manuel Chávez que fuera gobernador en la mitad del siglo pasado. El general Rodrigo M. Quevedo… entre otros.
A principios de su arranque como cementerio, se traían las figuras de cantera de San Luis Potosí, quienes en aquella época, inicios del siglo pasado, tenía los mejores canteros, para luego cambiar al mármol que da mejor imagen de lujo.
En su interior se perciben hermosas imágenes en algunas sepulturas, cuyas figuras están talladas con un arte desarrollado por los mejores artistas de la escultura. Algunas de ellas de tamaño natural y otras hasta más grandes. “Hay como tres esculturas de la piedad que son un verdadero arte”, platica Alejandra Jaurrieta.
Una de las sepulturas que llama la atención es la de un niño que está hincado tapándose los ojos con los brazos que le cubren su cara. Como si estuviera llorando su propia muerte. La figura es de color y se trata de dos niños que fueron enterrados en el lugar.
Otra que hace diferencia es que en la parte de la plancha de la sepultura crearon la figura de una guitarra, dado a entender que la persona que está ahí enterrada era un músico o amante de este arte.
Caso extraño es en la que presenta como una escalera que inicia en el extremo de la sepultura y termina en lo alto: como una figura de pirámide representativa de los Masones. Así también Miguel Trillo, secretario particular de Francisco Villa, abriendo las sospechas de que el general podría haber sido simpatizante o miembro de esta organización que no es una religión, ni mucho menos una secta.
Existen dentro del panteón de Dolores verdaderos monumentos dignos de tomarse en cuenta hechos con los mejores talladores de cantera y mármol, quienes podrían competir con cualquier personaje reconocido a nivel nacional o mundial.
Para Alejandra Jaurrieta y el historiador, Miguel Anguiano, los cementerios como el de Dolores, deben convertirse en un recorrido normal de Turismo, para que conozcan los visitantes quienes descansan en los camposantos. Sobre todo si fueron personajes que han hecho historia en su ciudad o estado, e incluso en el país.
Comparten un mismo espacio, ricos y no tan ricos, famosos y no, empresarios, escritores, militares, revolucionarios, contrarios y amigos, políticos, intelectuales, católicos y masones… todos juntos en un mismos lugar. Quizá en vida nunca pensaron que estarían reunidos en un mismo lugar descansando de la vida y disfrutando de la muerte.
Al final, imagine que salieran todos a platicar sus anécdotas, sus historias, sus recuerdos. Unos más viejos que otros. Niños, hombres, mujeres, adultos y ancianos… pero todos en un mismo lugar.
Qué pensaría el general Fierro estar cerca de la familia Terrazas, a escasos metros de distancia. O el padre Maldonado cerca de un pecador o un cristero que estuvo cerca de quitarle la vida…
En la muerte todos somos iguales. Por Juan Gómez Franco
(Colaboración especial)