Aunque existe una diferencia entre el día de San Valentín y el Día del amor y la amistad esta radica particularmente en las fechas, pues el Día del amor y la amistad se celebra en varias partes del mundo en diferentes fechas.
No obstante, la celebración del 14 de febrero recibe ambos nombres, mientras que el resto solo es conocida como Día del amor y la amistad. Sean peras o sean manzanas, el 14 de febrero tiene una historia que va de lo religioso a lo mediático.
Tiene su origen en el III en Roma, cuando el emperador Claudio III prohibió las bodas entre personas jóvenes, pues consideraba a los hombres de esa edad los más aptos para ser soldados y quería que estos no tuvieran lazos ni ataduras.
A esta historia llega el sacerdote Valentín de Roma, que se opuso a la orden de Claudio III y oficiaba en secreto bodas desafiando las reglas del imperio, convirtiéndose en el santo patrono de los enamorados. Fue decapitado un 14 de febrero del año 270 por desobediencia. Aunque se ha discutido mucho su existencia, fue canonizado como un santo mártir.
Otra festividad que tiene relación con esta fecha es la Lupercalia, que ocurría entre el 13 y el 15 de febrero, donde los sacerdotes llamados “Lupercos” se reunían en una gruta del monte Palatino donde estaba ubicado el árbol consagrado a la diosa Rumina.
Formaban una procesión de desnudos con correas hechas de piel y azotaban a las mujeres que esperaban en las orillas del camino porque creían que serían “purificadas” por la diosa Rumina y podrían concebir fácilmente. Fue prohibída por la el papa Gelasius I en 496 cuando se instauró la celebración del santo.
La celebración que conocemos ahora en el mundo moderno, tiene varios orígenes que poco o nada tienen que ver con la tradición religiosa. Por un lado en 1840 el 14 de febrero de 1400 en París se abrió la Alta Corte del Amor, que trataba matrimonios, divorcios, infidelidades, denuncias de abusos maritales y toda clase de problemas conyugales.
En ese periodo el Duque Carlos de Orleans escribió una carta a su amada, escrita durante su encarcelamiento en al torre de Londres, donde estaba cautivo después de la Batalla de Agincourt de 1415.
Esa carta es la primera carta de San Valentínde la que se tiene registro, la primera carta de San Valentín de la que se tiene registro y para el siglo XVIII ya se había convertido en toda una tradición de la fecha.
Posteriormente la norteamericana Esther A. Howland comenzó a comercializar tarjetas regalo con motivos románticos en 1840 y al paso del tiempo, la revolución industrial y la era capitalista, se comercializaron más productos con motivo del Día del amor y la amistad.