Peter Bergen
Nota del editor: Peter Bergen es analista de seguridad nacional de CNN, vicepresidente de New America, profesor de prácticas en la Universidad Estatal de Arizona y presentador del podcast de Audible «In the Room with Peter Bergen», que también se puede escuchar en Apple y Spotify. Erik German es el productor principal de «In the Room». Las opiniones expresadas en este comentario son suyas. Puedes leer más artículos de opinión en cnne.com/opinion.
(CNN) — Un exfuncionario del Pentágono —impulsado, dice, por su deber con la verdad— hace pública una acusación explosiva. Frente a una multitud de cámaras de televisión y miembros del Congreso, este funcionario afirma que el gobierno de EE.UU. ha mantenido en secreto naves extraterrestres estrelladas durante décadas.
Parece el argumento de una película de Hollywood. Pero el año pasado, los estadounidenses lo vieron en las noticias. El exfuncionario del Pentágono, David Grusch, había sido oficial de inteligencia de la Fuerza Aérea. Dijo a un comité del Congreso que se había enterado de un programa del Pentágono de décadas de duración centrado en la «recuperación de accidentes y la ingeniería inversa» de ovnis de otros planetas. Grusch también dijo que los restos encontrados en los lugares donde se estrellaron las naves espaciales eran «biológicos no humanos».
David Grusch (Crédito: BRENDAN SMIALOWSKI/AFP via Getty Images)
Así es. Naves espaciales alienígenas estrelladas y extraterrestres muertos, ahí mismo en el Registro del Congreso. Si no fue la cosa más salvaje jamás transmitida en C-SPAN, debe haber estado cerca. Alguien debería investigar esto, ¿verdad?
Resulta que alguien ya lo había hecho. En 2022, el Pentágono contrató a un veterano científico y oficial de inteligencia llamado Sean Kirkpatrick para crear una nueva oficina encargada de investigar los avistamientos de ovnis por parte del ejército estadounidense. Bautizada por el Departamento de Defensa de EE.UU. como la Oficina de Resolución de Anomalías en Todos los Dominios, Kirkpatrick nos dijo que su equipo investigó casos de ovnis y entrevistó a miembros del servicio de EE.UU. que dijeron tener conocimiento de encuentros con ovnis.
Kirkpatrick se jubiló recientemente de su trabajo en el Pentágono y habló con nosotros para el podcast de Audible «In the Room».
Kirkpatrick y su equipo investigaron todos los avistamientos de ovnis del gobierno estadounidense desde Roswell, en la década de 1940, y plasmaron sus conclusiones en un informe que probablemente se hará público este mes.
En la entrevista más extensa que ha concedido a los medios de comunicación, Kirkpatrick expuso de forma convincente que las historias que han circulado durante décadas sobre el supuesto encubrimiento por parte del gobierno de los ovnis relacionados con extraterrestres pueden haber sido alimentadas en gran medida por verdaderos creyentes dentro del gobierno de EE.UU. o con estrechos vínculos con él.
Un informe sin precedentes sobre los ovnis y otros momentos de 2023 que podrían compararse con la ciencia ficción
Desde que se acuñó por primera vez el término «platillo volador», gran parte del pensamiento conspirativo sobre los ovnis ha sido generado por personas que han visto aviones estadounidenses altamente secretos y quieren respuestas. Y cuando el gobierno no da respuestas, la imaginación del público toma el relevo.
Pero de hecho, según Kirkpatrick, su investigación descubrió que la mayoría de los avistamientos de ovnis son de tecnología avanzada que el gobierno de EE.UU. necesita mantener en secreto, de aviones que naciones rivales están utilizando para espiar a EE.UU. o de drones y globos civiles benignos.
«Hay entre un 2 y un 5% de todos los informes de ovnis que son (…) lo que llamaríamos verdaderamente anómalos», afirma Kirkpatrick. Y cree que lo más probable es que las explicaciones para ese pequeño porcentaje se encuentren aquí mismo, en la Tierra.
El incidente de Roswell
Así es como Kirkpatrick y su equipo explican el incidente de Roswell, que desempeña un papel destacado en la historia de los ovnis. Y es que, en 1947, un comunicado de prensa del ejército estadounidense afirmaba que un platillo volador se había estrellado cerca del Campo Aéreo del Ejército de Roswell, en Nuevo México.
Un día después, el ejército se retractó y dijo que el objeto estrellado era un globo meteorológico. Los periódicos publicaron el titular inicial sobre el platillo, siguieron con el desmentido oficial y el interés por el caso se fue apagando. Hasta 1980, cuando un par de investigadores de ovnis publicaron un libro en el que afirmaban que se habían recuperado cuerpos extraterrestres de los restos de Roswell y que el gobierno estadounidense había ocultado las pruebas.
Kirkpatrick afirma que su oficina investigó a fondo el incidente de Roswell y descubrió que a finales de la década de 1940 y principios de la de 1950 ocurrían muchas cosas cerca del aeródromo de Roswell. Había un programa de espionaje llamado Proyecto Mogul, que lanzaba largas ristras de globos metálicos de formas extrañas. Estaban diseñados para monitorear pruebas nucleares soviéticas y eran altamente secretos.
Al mismo tiempo, el ejército estadounidense realizaba pruebas con otros globos de gran altitud que transportaban maniquíes humanos equipados con sensores y metidos en bolsas del tamaño del cuerpo para protegerlos de los elementos. Además, al menos un avión militar se estrelló en las inmediaciones con 11 víctimas mortales.
Haciéndose eco de investigaciones gubernamentales anteriores, Kirkpatrick y su equipo llegaron a la conclusión de que los globos Mogul estrellados, las operaciones de recuperación de los maniquíes de prueba derribados y los atisbos de las consecuencias carbonizadas de ese accidente aéreo real probablemente se combinaron en una única narrativa falsa sobre una nave espacial extraterrestre estrellada.
Kirkpatrick también expone argumentos convincentes de que algo similar está ocurriendo hoy en día. Afirma que la nueva tecnología que está volando ahora podría ayudar a explicar gran parte de la era moderna de avistamientos de ovnis desde principios de la década del 2000. No se trata solo de tecnología secreta del gobierno. Muchos observadores se quedan perplejos cuando ven drones de última generación e incluso globos de aspecto extraño.
«¿Qué es más probable?» preguntó Kirkpatrick. «¿El hecho de que haya una tecnología de punta que se esté comercializando en Florida y de la que tú no sepas nada, o que tengamos extraterrestres?», dijo. «Y me genera más perplejidad cuando les enseñas ‘aquí está la empresa de Florida que construye exactamente lo que has descrito’. Y su respuesta es ‘bueno, no, no, no, tienen que ser extraterrestres, y lo estás encubriendo'».
No obstante, los ovnis siguen siendo una auténtica preocupación para la seguridad nacional, principalmente porque constituyen un peligro para la aviación. Como dijo Kirkpatrick, «los pilotos militares que vuelan a más de Mach 1, si se topan con un globo con una cuerda, les arrancará un ala».
Desde 2020, el Pentágono ha normalizado, desestigmatizado y aumentado el volumen de informes sobre ovnis por parte de los militares estadounidenses. Kirkpatrick dice que esa es la razón por la que el globo espía chino fue avistado en primer lugar el año pasado. El incidente demuestra que la política del gobierno estadounidense de tomarse en serio los ovnis está funcionando.
Los que verdaderamente creen en los ovnis
Así que, frente a la evidencia real, ¿por qué hay gente dentro y alrededor del gobierno que promueve la idea sin fundamento de invasores extraterrestres encubiertos por el gobierno de EE.UU.?
«Los verdaderos creyentes no están solo fuera del gobierno, muchos de ellos están dentro del gobierno», nos dijo Kirkpatrick, incluido el difunto senador estadounidense Harry Reid, el demócrata de Nevada que fue líder de la mayoría del Senado. Otro actor clave fue Robert Bigelow, multimillonario de Nevada y propietario de una empresa llamada Bigelow Aerospace, amigo de Reid de larga data y con quien compartía un prolongado interés por los ovnis. Kirkpatrick dice: «El senador Harry Reid era un verdadero creyente y pensaba que ‘eh, el gobierno está ocultando esto a la supervisión del Congreso'».
En 2007, el senador Reid consiguió financiación para un programa de la Agencia de Inteligencia de Defensa estadounidense que pagó US$ 22 millones a la empresa aeroespacial de su colega Bigelow, dinero que la empresa gastó en investigaciones sobre fenómenos paranormales. Entre otras investigaciones, el equipo de Bigelow estudió los avistamientos de ovnis por parte de personal militar estadounidense y propuso crear laboratorios para estudiar los supuestos restos físicos de naves extraterrestres. (En el programa «60 Minutes» de mayo de 2017, Bigelow dijo estar «absolutamente convencido» de que los extraterrestres existen y de que los ovnis han visitado la Tierra).
Reid dijo a un reportero en Nevada en 2021 que, aunque se trataba de un programa secreto para investigar los ovnis, Bigelow no se benefició de «algún trato de favor (…), se sacó a licitación». Reid también dijo a The New York Times: «No estoy avergonzado o apenado o arrepentido de haber puesto esto en marcha (…). Creo que es una de las cosas buenas que hice en mi servicio en el Congreso».
Sin embargo, señala Kirkpatrick, «nada de eso se manifestó realmente en ninguna prueba» de naves extraterrestres. Pero las historias sobre estos programas secretos se difundieron dentro del Pentágono, se adornaron y recibieron el impulso ocasional de los miembros del servicio que habían oído rumores o vislumbrado tecnología o aeronaves aparentemente de ciencia ficción.
Y Kirkpatrick dice que sus investigadores finalmente rastrearon estos movimientos hasta menos de una docena de personas.
«Todo se remonta al mismo núcleo de personas», afirma Kirkpatrick. Esto es tan extraño como irónico. Porque, durante décadas, los verdaderos creyentes en los ovnis nos han estado diciendo que existe una conspiración del gobierno estadounidense para ocultar pruebas de la existencia de extraterrestres. Pero, si se cree a Kirkpatrick, la verdad más mundana es que estas historias están siendo alimentadas por un grupo de verdaderos creyentes en los ovnis dentro y fuera del gobierno.
Lamentablemente, para todos los amantes de los ovnis, esa puede ser la mayor conclusión del informe de Kirkpatrick al Congreso, que se espera que se publique a finales de este mes. Mucha gente de fuera ha especulado durante mucho tiempo sobre si los programas del Pentágono centrados en los extraterrestres no estaban dando resultados y quizás se estaban autoperpetuando de forma sospechosa.
Pero ahora, personas de gran credibilidad dentro del Pentágono -con autorizaciones de seguridad de muy alto nivel- dicen por fin que han examinado todas y cada una de las pruebas secretas sobre supuestos ovnis alienígenas. Y por lo que pueden decir, son enteramente humanas.
Aunque Kirkpatrick concede que a aquellos que realmente creen que hay visitas extraterrestres aquí en la Tierra, poco les convencerá de lo contrario: «No hay absolutamente nada que yo vaya a hacer, decir o presentar como prueba que vaya a hacer que los verdaderos creyentes se conviertan (…). Es una creencia religiosa que trasciende el pensamiento crítico y el pensamiento racional».