Osvaldo Principi
El desquite que esta noche de sábado sostendrán el ucraniano Olexsandr Usyk, campeón mundial Pesado (CMB–AMB–OMB) y el inglés Tyson Fury, ex titular de la categoría, no logró elevar el nivel de expectativas dilucidadas por los organizadores en un primer momento.
Mas allá de toda la opulencia promocional y del aumento en las bolsas que el jeque saudí Turki Alalshikh otorgó a los púgiles, 190 millones de dólares a repartir de este modo: 55% Usyk y 45 % Fury; el combate de 12 rounds, a realizarse hoy –aproximadamente a las 19 hs- en el majestuoso Kingdom Arena de Riad, en Arabia Saudita, no constituirá la máxima atracción de esta temporada. Será emitido para la Argentina por DAZN, sistema de streaming pago con un costo de 19,99 dólares.
El cotejo anterior fue ganado justicieramente por Usyk, en una absurda decisión dividida en el mismo escenario, el 18 de mayo último.
¿Por qué no superará esta revancha las expectativas sobre el match anterior? En la pelea pasada la estrategia y la elaboración fueron excesivas. Y recién tuvieron estallido en el noveno round, cuando Fury fue a la lona. Tampoco seduce la repetida danza de los millones a merced de los boxeadores más allá del aumento suculento de sus bolsas. En “Fury-Usyk (I)” la remuneración total fue de 145 millones (100 para Fury y 45 para Usyk). También, el paso del tiempo y el avance de la guerra entre Rusia y Ucrania mermó la sensibilidad y el asombro de la opinión publica por la entrega y colaboración con sus tropas ofrendadas por el campeón nacido en Crimea
La suma de estos factores aliados a los sucesos de otros púgiles como el japonés Naoya Inoue, el estadounidense Terrence Crawford y los rusos Artur Beterbiev y Dmitry Bivol, también cooperaron para estancar el crecimiento de este desafío.
El match adosa un acertijo interesante: el debut como referí en mundiales pesados del puertorriqueño Roberto Ramirez (h). Para todos resultó una sorpresa. Él tendrá también su gran prueba sobre el cuadrilátero.
“El fantasma del noveno round”
El inglés Lennox Lewis, ex campeón mundial pesado (1992–2003) dio una de las pistas más claras sobre esta revancha: “Fury boxeará todo el tiempo pensando en la caída que tuvo en el noveno round y la cercanía a su derrota por KO. De su trabajo mental dependerá su recuperación y él lo sabe. Olexsandr tiene la fórmula de cómo combatirlo y cómo dañarlo.”
Usyk, de 37 años, campeón olímpico en Londres 2012, cuyo récord profesional legitimo incluye 28 victorias consecutivas (15 KO) y es poseedor del mundial crucero entre 2016 y 2018, es considerado favorito con escalas mínimas de ganancias, pero en modo generalizado (casino y casas de apuestas). Deberá sobrellevar –otra vez- su desventaja de altura y alcance: 1,91 metros contra 2,06 metros del gigante británico. De tomar la iniciativa con prudencia e inteligencia, sin dejar lanzar golpes en larga distancia del retador, podrá conseguir nuevamente los mejores resultados.
Fury, de 36 años, exponente de la cultura gitana de Manchester, tiene 34 victorias (24 KO), un revés y un empate. Pese a la pomposa descripción de sus riquezas cercanas a los 140 millones de dólares certificada por la publicación “Celebrity Net Worth”, deberá recuperar la velocidad, puntería y eficacia que lo llevaron a ser –hasta no hace mucho- un campeón admirado y considerado en lo más alto.
Será un combate interesante y atractivo. Cerebral y estratégico que tendrá en sus momentos de estallidos el margen para marcar las diferencias. En el pleito anterior esos detalles fueron para Usyk, que fundamenta volver a tener las mejores chances cuando suene la campana entre el lujo y los misterios que encierra el Kingdom Arena de Riad.