Por Lorena Ruiz P.
Colaboradora
Con el anuncio de Omar Bazán que busca reelegirse como diputado; verlo renegar porque no le tocó la candidatura para gobernador de Chihuahua; molestarse al tener que aceptar a Graciela Ortiz como la abanderada; dejar la presidencia del PRI en manos de Alejandro Domínguez (cuestionado en tiempos de Duarte); saber que Avril Gómez, excandidata a alcaldesa suplente quien acompañó a Lucía Chavira (PRI) en su esfuerzo contra Maru Campos (PAN) es la nueva Subdelegada del Bienestar en el estado (por parte de Morena) y que La diputada local del PRI, Marisela Sáenz, deja el partido por no estar de acuerdo con las nominaciones, todo indica que el PRI desaparece de Chihuahua este 2021.
Nunca escucharon los análisis que les decían que la única forma de sobrevivir como partido y quitar a Morena de Chihuahua era respetando el acuerdo o pacto nacional entre PRI, PAN y PRD, con las candidaturas de unidad… Pero NO. Corral se empecina en llevar a Madero; Maru sabe que tiene a la gente y mucha popularidad y Omar se enoja porque no le toca a él.
Y se olvidan que la secretaría del Bienestar tiene el dinero y las becas (además de la vacuna COVID), por lo tanto, va a la cabeza en las posibilidades de ganar.
Omar Bazán sigue con la comodidad de representación proporcional, mientras que la diputada Marisela Sáenz Moriel, quien ganó la elección local en Juárez pidiendo el voto en la calle, también se molesta porque es Adriana Fuentes quien se queda en el PRI como candidata a alcaldesa en la frontera. Por lo pronto lo hace renunciando a la bancada y después será al partido.
Mientras tanto, Corral se prepara con su ataque cibernético con el anuncio de la extradición (en años venideros) de César Duarte… y le pone más piedras a Maru Campos.
No hace falta tanto rollo si queremos entender que el PRI estará escuchando las golondrinas este año, y si se descuida, el PAN puede seguirlo en el vuelo.