“Nueva normalidad” y el pago de la energía eléctrica y el agua potable en los hogares
Iván Leo Tepatzi Ramírez
Llevamos 100 días de que se confirmó el primer caso positivo en México por COVID-19; 20 días después, el 20 de marzo para ser exacto, se implementó por parte del gobierno federal la jornada de Sana Distancia, el famoso “Quédate en Casa”, programa bajo el cual nos recomiendan una serie de medidas precautorias como la sana distancia, el uso de cubrebocas, gel desinfectante, estar en cuarentena, el cierre de grandes, medianas y pequeñas empresas, cierre de negocios fijos y semi fijos; quitaron vendedores ambulantes, payasitos, limpia parabrisas, etc. A éstos los desalojaron a la buena a unos, pero también a punta de garrote, a otros. Y ahora, el gobierno federal ya dio por concluida la Sana Distancia el pasado 31 de mayo a sabiendas de que todos los estados de la República Mexicana están en semáforo rojo, pero así y todo, dio inicio con la tan traída y llevada “Nueva Normalidad” que arrancó el pasado 1 de junio y que hoy cumple ya una semana con cifras de verdad alarmantes, ya que de acuerdo con la estadística que da el Doctor Hugo López Gattell en sus conferencias, hay 117 mil 103 contagios acumulados, y de esta cifra, 19 mil 629 se mantienen activos, mientras que se contabilizan 13 mil 699 muertos al día de hoy y se confirma que solo en las últimas 24 horas se dio un incremento de 3 mil 484 casos nuevos.
100 días, y el gobierno federal morenista y el gobierno estatal panista de Chihuahua no han implementado programas que estén dirigidos a la población más desprotegida, a la que no tiene un sueldo fijo, a la que tiene que ir a trabajar con pandemia o sin pandemia, porque si no, pues no come; a la que. si se queda en casa para pasar la cuarentena, no come, o aquellos miles de trabajadores maquileros y empleados de comercio que descansaron y les pagaron al 50% o que los corrieron con una serie de artimañas.
Urge que se implemente un programa nacional y estatal de distribución de alimentos sin distinción de partido, y ahora más que nunca, urge un programa para subsidiar a fondo perdido servicios básicos como la energía eléctrica y el agua potable, ya que los recibos de luz durante la “Sana Distancia” y la “Nueva Normalidad” se incrementaron en un 30% en su consumo porque las casas se convirtieron en escuelas, oficinas y demás, y eso no lo digo yo, sino lo menciona Carlos Morales, asistente técnico del Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica (FIDE), en una nota del sitio web esnoticiahoy.com.
Y por otra parte, el recibo de agua potable que al igual que el de la luz eléctrica llega de manera muy puntual sin decir con pandemia o sin pandemia, ya que a finales del año 2019 la Junta Central de Agua y Saneamiento de Chihuahua (JCAS) nos informaba que para este año 2020 la tarifa de cobro del agua potable se iba a incrementar debido a la inflación, si de por sí en 2019 hubo un incremento para Ciudad Juárez de $3.53 pesos los 10 m3 o sea que el servicio pasó de $176.22 a $179.75; en la capital del estado el incremento fue de 5.94% es decir a $6.34 los 10m3 de agua potable: el cobro del servicio pasó de $136.96 a $143.30. Ahora en 2020 el incremento de la tarifa de agua potable se incrementó desde $5, $15, $21, $22, $35 a $40 pesos y revisando algunos recibos de agua potable de colonos pobres al sur de la ciudad capital, me encontré con que en este 2020 pagaban al inicio del año $143.30 y ahora con pandemia, sana distancia, nueva normalidad, les llegó su recibo con $178.30 a pagar contantes y sonantes, o sea, $35.00 de incremento.
¿Dónde quedaron esas frases de campaña y de gobierno “Primero los Pobres”, “Unidos con Valor”? Urge que los diferentes gobiernos volteen a ver en serio la miseria, el desempleo y la desolación de
las familias desprotegidas. Quedan advertidos de que el pueblo no olvida y de que en las elecciones se las van a cobrar.