La UFC 300 es profundamente increíble en su talento y profundidad.
Varias peleas se anuncian como candidata a la mejor de la noche este 13 de abril en la T Mobile Arena de Las Vegas, pero ninguna puede ser tan sangrienta y brutal como la que prometen Justin Gaethje y Max Holloway por el simbólico y enigmático cinturón del “Baddest Motherfucker’’ (BMF).
Pero lo cierto es que ambos batallan por una relevancia posterior, pues un triunfo acercaría a Gaethje a una pelea por la faja real del peso ligero contra Islam Makhachev, mientras que una victoria de Holloway abriría el camino a un combate contra el rey pluma Ilia Topuria.
“Sé que con una victoria aquí lucho por el cinturón (de peso ligero)‘’, expresó Gaethje en el día de los medios.
“Sé que con una derrota aquí todo eso desaparece. Eso es por lo que estoy luchando. No miro demasiado hacia el futuro. Sinceramente, no tengo ni idea de lo que me depara el futuro. No suelo planear estar vivo al día siguiente de mis combates, así que espero estar allí el domingo’’.
Por otra parte, tampoco existe otro enfrentamiento en esta cartelera histórica que eche un ancla al pasado como la de estos dos gladiadores que llevan más de una década en la élite del mejor circuito de artes marciales mixtas del mundo, reconocidos por su manera de entregarse en el octágono.
De la nómina activa de la UFC y sacando a Dustin Poirier de la ecuación, nadie les ha dado tanto entretenimiento a los aficionados que Gaethje y Holloway, quienes suman entre ambos 22 bonos de premio por sus actuaciones, incluyendo 13 de “Pelea de la Noche’’.
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Lo realmente impresionante es que los dos han sacrificado años de su carrera por entregar combates que levantaron al público de sus asientos y es solo al final que han aminorado, levemente, esta capacidad de producir y recibir castigo, como lo han vuelto a prometer ahora.
Gaethje ya no es aquel salvaje que se insertaba en medio de la tormenta sin importarle nada porque ahora se le ve un plan, una idea, como bien lo demostró en su pelea contra Rafael Fiziev o en la violencia controlada que puso de manifiesto en su choque contra Michael Chandler.
Holloway posee el récord de ser el que más golpes significativos ha conectado -el único que ha superado la barrera de los 3,000- en la UFC, pero también el que más ha recibido en citas memorables y eso lo deja ya todo listo para lo que pudiera suceder este sábado.
“Veremos qué pasa’’, declaró Holloway.
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“En este deporte tener opciones siempre es bueno. Lo primero es Justin Gaethje. Pero hay una pelea divertida ahí abajo y ese hombre sigue hablando, y yo sigo escuchándole. Mi único consejo para (Topuria) es que cuando llegue el contrato firme la línea de puntos. No pongas excusas’’.
Reconociendo la durabilidad de Holloway, Gaethje ha prometido un escenario sangriento, una visión de un rival al que no podrá noquear tan fácilmente, pero al cual le propinará una paliza tan descomunal que solo la intervención del árbitro, asegurando un nocaut técnico, le salvará del abismo.
Sin embargo, en 32 peleas nadie ha podido derribar a Holloway, ni siquiera ponerlo en malas condiciones, y eso a pesar de haber enfrentado a rivales con un alto nivel de pegada como Charles Oliveira, José Aldo, Conor McGregor y el propio Poirier.
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De modo que pelear por el título de BMF (el hombre más malo de la tierra), que actualmente ostenta Gaethje, es lo que mejor reconoce el significado de Holloway y la manera más humana y directa de describir el impacto que la UFC 300 tendrá en la historia de ambos peleadores y de la propia empresa.