by ANDRÉS VILCHIS
En el cine, la TV y diversos medios del entretenimiento, hay villanos que tienen cierto encanto. A pesar de sus acciones moralmente cuestionables e indeseables, los fans se sienten atraídos por estos personajes… Y en algunos casos, uno se siente más afín al ‘malo’ que al protagonista de buen corazón.
Algo así como lo que sucede con Harley Quinn, quien en su historia personal dentro del universo de DC, sabemos que era la psiquiatra del Joker y de a poco se fue enamorando de él a pesar de ser un criminal. Entonces, ¿de dónde viene todo ese afecto que llegamos a sentir por un antagonista?
Más allá de una cuestión de simple afecto o de gusto por un personaje, todo se trata de que nos sentimos atraídos por el lado oscuro de los villanos debido a que, consciente o inconscientemente, sospechamos que tienen una cualidad redentora. Les contamos qué onda…
El estudio sobre la atracción por los villanos y sus buenas cualidades
Investigadores de la Universidad de Michigan hicieron un estudio donde determinaron que la gente ve con más frecuencia bondad dentro de los villanos, que malicia dentro de los héroes.
“En otras palabras, las personas creen que hay un desajuste entre los comportamientos externos de un villano y su verdadero yo interior, y esta es una brecha mayor para los villanos que para los héroes”, dice Valerie Umscheid, estudiante de doctorado en Psicología y autora del estudio.
Para su investigación, Umscheid y su equipo realizaron tres pruebas con un grupo de 434 niños (de entre 4 y 12 años) y 277 adultos, a quienes se realizaron diferentes encuestas. El objetivo era establecer cómo perciben las personas los actos cometidos por los villanos y cómo cambiaría el juicio de las personas respecto a diferentes personajes como Úrsula de La Sirenita, el Capitán Garfio de Peter Pan, Spider-Man de Marvel, Woody de Toy Story, entre otros.
La prueba 1 evaluó a los niños y su visión sobre los personajes ‘malos’. El estudio se basó en poner a los villanos en diferentes situaciones donde podrían tener conductas prosociales (es decir, ser buenos) o antisociales hacia otras personas.
Esta primera parte de la investigación, estableció que los menores ya perciben desde temprana edad las acciones y motivaciones de los villanos, encontrándolas especialmente negativas.
La fase 2 y 3 del estudio
Ya con el grupo de adultos incluido, las fases 2 y 3 del estudio analizaron las creencias de los encuestados sobre los villanos y lo héroes, sus acciones, el carácter moral de estos y el ‘verdadero yo’ de los personajes aparentemente malvados.
Es decir, los participantes respondieron sobre si los villanos, a pesar de sus acciones insensatas, podían ser buenos en el interior. Y resultó en la mayoría de los casos que sí. Las preguntas que se hicieron a los encuestados, iban sobre si las acciones de un personaje reflejaban su ‘verdadero yo’ y si el ‘verdadero yo’ de un personaje podría cambiar con el tiempo, entre otras cosas.
¿Los resultados? En primera instancia, como se esperaba, tanto los niños como los adultos creían que el ‘verdadero yo’ de los villanos era abrumadoramente malvado y mucho más negativo que los héroes.
Sin embargo, la investigación también demostró que los villanos tenían muchas más probabilidades que los héroes de tener un verdadero yo distinto de su personalidad en el exterior.
Dicho de otra manera, para la gente es más probable que los villanos sean buenos en el interior y las acciones de maldad que el villano comete, no son un reflejo 100 por ciento fiel de cómo es por dentro. Justo lo que decíamos al inicio: vemos en los ‘malos’ de nuestras películas favoritas alguna cualidad redentora.