No quieren nada regalado, sino que apliquen el presupuesto del pueblo en su beneficio
** “A mi esposo no le dan trabajo porque dicen que está viejo; a mí tampoco, que porque no tengo estudios, porque estoy grande, que porque soy diabética; pero así, diabéticos, también comemos y necesitamos pagar luz, agua, comprar despensa… estamos aquí, reclamando lo que es nuestro”.
Chihuahua, Chih.- Ahorita no estamos todos, porque respetamos la sana distancia y no podemos venir muchos, pero nos estamos turnando para protestar y exigir lo que nos corresponde. Para todos los que hemos estado encerrados por la pandemia, sin trabajo y sin comida, “y porque tenemos necesidad”.
“Estamos aquí, porque ya vimos que no es cierto que el Gobierno ande casa por casa entregando los apoyos que tanto presumen, como sí le hacen cuando andan pidiendo el voto”, expresó María Acacia Palma Vázquez, de la colonia El Divisadero.
Yo me vine de la abrupta Sierra hace 20 años, dijo la mujer, quien participa en los mítines y las cadenas humanas con que cada semana exige el Movimiento Antorchista al Gobierno del Estado que aplique un programa de abasto alimentario a la población más necesitada de la entidad. “Yo me vine por el hambre, pero ahora aquí estamos peor, porque aunque el señor gobernador sí sabe quiénes tenemos hambre, que somos los de las colonias, que somos los de la Sierra, él nos está ignorando, y no sabemos por qué”.
Es el sentir, la impotencia del pueblo humilde, al no sentirse apoyado, protegido, representado, por los gobernantes que, en teoría, en la letra de la Constitución, son sus servidores.
Dionisia Chaparro Flores, por su parte, se presentó ante el público en la Plaza Hidalgo, frente al Palacio de Gobierno de Chihuahua, como “víctima de tanto atropello”. Víctima de tanta injusticia en este estado. “He acudido mucho con el señor gobernador Javier Corral Jurado en busca de apoyo”. Relató un caso que le sucedió en su domicilio y a su familia: el 11 de octubre del año 2019, fueron alrededor de 20 hombres, entre policías y otros que no se identificaron. “Sólo se identificó el actuario Carlos Olivas, me despojaron de mi domicilio, me echaron a la calle, y ¿a quién de las autoridades le ha interesado? Antes, hace 3 años, la despojaron del local en que laboraba y donde tenía más de cinco años trabajando. “También, oídos sordos del gobernador Corral, y desde entonces, he andado tramitando pensión para mis hijos, pero todavía es hora de que ni siquiera me conceden una audiencia”.
Fátima Palma, también de la colonia El Divisadero, expresó su descontento porque el gobernador “nomás no, se hace de la vista gorda y no se da cuenta de nada, nomás cuando les interesa el voto, van colonia por colonia, casa por casa, para ver qué le sacan a una, pero nomás se sientan en el puesto y todo se les olvida”. Y ahorita, con la pandemia, nomás no hay nada, no hay trabajo, no hay empleos, no hay qué comer, nada, y por eso es que venimos a tocar puertas. “Mi esposo tampoco tiene trabajo, ya es muy viejo y no le dan, yo soy diabética y tampoco me quieren emplear, que porque no tengo estudios, que porque ya estoy grande, que porque estoy enferma; y así diabéticos, también comemos y necesitamos comprar medicinas, y pagar luz, agua, comprar despensa… por eso estamos aquí, reclamando lo que es nuestro”.
Las injusticias, entonces, se le cargan al más pobre, de la misma manera como también, dicen, las pulgas se le cargan al perro más flaco.
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No quieren nada regalado, sino que apliquen el presupuesto del pueblo en su beneficio
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