CÓDIGO 31000
NO EXISTE INGENIERÍA VIAL EN CHIHUAHUA Y YA PERDIMOS A MARU
Luego de ser una de las más destacadas gobernadoras, tanto por ser mujer, su origen panista y su postura frente al gobierno federal en cuanto a señalar errores de administración o defender la postura de los chihuahuenses en temas como el agua de las presas, o los libros de texto polémicos, Maru Campos queda como otra gobernante más…. Y apenas lleva dos años.
Al parecer su equipo de comunicación Social no lee todas las columnas y noticias, y sólo le pasan en los resúmenes aquellas que tienen halagos o, que cubren con flores los contratos de publicidad, lo que va generando que el periodismo crítico y con argumentos, se quede en el olvido.
Ni modo, así es este oficio, pero sería un error no consignar los detalles que reporteamos en las calles, en este caso, del Código 31000, la ciudad de Chihuahua.
Maru y su gente de Vialidad deberían darse una vuelta por la ciudad, sin escoltas y en un carro normal, para ver que el Jefe de la oficina de Ingeniería Vial, y su equipo, están cobrando sin hacer algo.
Es muy fácil viajar en las camionetotas tipo López Obrador, con escoltas y sus luces o códigos brillando para abrirse paso y pasarse los altos, y no ver que es un caos la vialidad, que no se parece en lo más mínimo de cómo estaba la ciudad en el 2013.
No existen “semáforos sincronizados”, que empezó a poner Víctor Mendoza en el año 2000, y que permiten que recorras sin detenerte, pero a velocidad moderada, una vialidad larga, evitando los altos, enfrenadas, arranques y contaminación.
Peor aún y con alto riesgo, son los semáforos que ya no se controlan por la carga vehicular (chéquense el ejemplo del puente de la vialidad Periférico de la Juventud y Ortiz Mena, junto a las oficinas de Tránsito), debes esperar largos minutos mientras que por la calle de encuentro no pasa un vehículo y por las noches, sólo en esas esquinas sin nada qué hacer.
Parecería sencillo estar diciendo estos comentarios, pero es cuestión de viajar por cualquier avenida primaria y darse cuenta de que Ingeniería Vial NO EXISTE (o sólo cobran), cuando ya deberíamos estar en la modernidad siendo operados los semáforos por Inteligencia Artificial.
O por ese personal de Ingeniería Vial que cobra, mandarlos allí, con un silbato y sus guantes blancos para dar el paso a los carros, en lugar de estar (los pocos que hay) en la oficina con sodas y papitas.
En su próximo viaje en auto por la ciudad, analicen estas observaciones y dense cuenta de que toda la publicidad de Maru va a otros rubros o a manifestaciones contra los libros de la SEP en su pleito con López Obrador, obligando a los burócratas a asistir “con un acompañante”, y no lo dedica a cosas importantes, como la movilidad urbana de la capital de estado.
Si miento, critícame o miéntamela; si batallas para moverte por la ciudad, comparte este artículo.