Martín Gálvez Piqueras
Nicole Kidman no se alegró ni se sintió especialmente aliviada cuando firmó los papeles de su divorcio con Tom Cruise hace más de dos décadas, algo que muchos creían hasta ahora. Ha sido la propia estrella de Hollywood la que por fin ha arrojado luz sobre esa icónica foto donde se la ve sola, entusiasmada y festejando algo con los brazos abiertos en plena calle, lo que hasta ahora se atribuía a su estado de ánimo tras volver a la soltería.
Preguntada por si conocía dicha imagen y la repercusión que ha tenido la misma a lo largo del tiempo, la actriz australiana ha respondido afirmativamente y sin perder la sonrisa en un entrevista para GQ. Seguidamente, aclaraba que esa situación captada por un fotógrafo en 2001 no se correspondía en absoluto con un momento de su vida privada, puesto que “esa no era yo, era de una película, no era la vida real”.
De esta forma, la protagonista de Moulin Rouge y Los Otros explicaba que esa instantánea se tomó durante un rodaje y, por lo tanto, estaba interpretando un papel. Durante años, dicha escena se convirtió en un popular meme de las redes sociales, con el que los usuarios simbolizaban que alguien había triunfado y estaba en éxtasis. «Sé tan feliz como cuando Nicole Kidman salió del despacho de su abogado tras divorciarse de Tom Cruise”, se decía con humor a propósito de la foto.
Si algo que no tenía precisamente la actriz durante aquella época era calma ni ganas de celebrar nada, tal y como ha confirmado el cineasta Stephen Daldry. Él fue quien precisamente la dirigió a principios de este siglo en la aclamada Las Horas, cinta que además le valió un Oscar a la intérprete por su personaje de la escritora Virginia Woolf. “Uno de los desafíos que tuvo entonces es que estaba en medio de un trauma emocional”, ha señalado el director al citado medio.
«Era muy vulnerable y eso la disponía emocionalmente; por lo que emprendió un verdadero viaje conmigo. Creo que una de las formas en que sobrevivió a ese proceso fue sumergirse en el mundo de su personaje y volcarse en el trabajo. Fue una forma de borrar las consecuencias de esa ruptura en su vida privada, invirtiendo toda su energía y dolor en el papel”, apostilla Daldry.
Cruise y Kidman estuvieron casados entre los años 1990 y 2001 hasta que decidieron poner fin a su matrimonio. Durante ese tiempo adoptaron a dos hijos, después de que la actriz se sometiera sin éxito a numerosos tratamientos de fertilidad. Así, Bella llegó a sus vidas en 1992, mientras que Connor lo hizo dos años después. Tras su ruptura, los dos jóvenes se mantuvieron leales a su padre y criándose en la polémica Iglesia de la Cienciología, lo que provocó el distanciamiento con su madre que dura hasta el día de hoy.