Ana Dorado
Las estrellas de la gran pantalla están acostumbradas a estar en el foco mediático y ponerse en la piel de cientos de personajes. Una experiencia que hace que normalmente se expongan ante las cámaras con aplomo. Sin embargo, esto no significa que no tengan inseguridades, como cualquier otra persona anónima. La última en confesar uno de sus ‘miedos’ ha sido Nicole Kidman.
Para conocer esta historia hay que remontarse a la gala de los premios Oscar de 2017. Cuando Charlize Theron se subió al escenario del Teatro Dolby de Los Ángeles para entregar una de las estatuillas doradas, la protagonista de Moulin Rouge, de 57 años, comenzó a aplaudir. Un gesto que se hizo viral en el mundo virtual en cuestión de segundos. “Aplaude como una foca”, señalaban los internautas. Unas palabras que hicieron que la actriz se sintiese abochornada.
La oscarizada artista confesó en una entrevista con el programa de radio australiano Kyle & Jackie que había aplaudido de manera tan extraña y exagerada puesto que aquella noche llevaba unas joyas de brillantes que eran prestadas y tenía miedo de arañarlas. “Fue realmente difícil porque tenía un anillo enorme que no era mío. Era precioso y tenía miedo de dañarlo”.
Pese a todo, la intérprete de Los otros ha intentado suavizar sus maneras y aplaudir de manera más delicada, tan solo juntando los dedos con la palma de la mano, tal y como ha explicado en un reciente reportaje con la revista Vanity Fair. “Fue muy incómodo. Me han ridiculizado por eso”.
El dulce momento profesional de Nicole Kidman
Nicole Kidman está de estreno. El próximo 22 de noviembre estará disponible en la plataforma de streaming Netflix la película de animación Hechizados. Un filme en el que la intérprete pone voz a la reina Ellsmere y en la que también han participado Javier Bardem y Rachel Zegler. Así mismo, en enero de 2025 llegará a las salas de cine de España Babygirl, un thriller con toques eróticos en el que Kidman ha trabajado mano a mano con Antonio Banderas.
En lo referido a lo personal, la actriz sufrió la triste e inesperada pérdida de su madre, Janelle Ann, a principios del mes de septiembre. Una etapa delicada en la que ha encontrado refugio en los que más quiere, su marido Keith Urban, con quién pasó por el altar en 2006; y sus dos hijas Sunday Rose (16), que está dando sus primeros pasos como modelo, y Faith Margaret (14).
De la misma manera, sus dos hijos mayores, Bella (31) y Connor (23), a los que adoptó durante su matrimonio con Tom Cruise, se pusieron en contacto con ella para enviarle una carta lamentando el fallecimiento de su abuela. Cabe recordar que Nicole apenas tiene relación con los jóvenes y la última vez que se los vio juntos fue hace casi ya dos décadas, concretamente en marzo de 2007.