Caroline Sundbaum, de 35 años, que se encontraba esquiando con su esposo el viernes pasado en el monte Hood, en Oregón, Estados Unidos, un volcán considerado potencialmente activo, cayó en una grieta de más de 4.5 metros de profundidad.
El respiradero volcánico se hallaba escondido debajo de la nieve, según informó la policía del condado de Clackamas. Afortunadamente, Caroline fue rescatada sana y salva; excepto por un hombro dislocado.
«La sensación fue como si alguien quitara una silla de debajo. Estaba aterrorizada, muy preocupada de que la nieve me cayera encima y me asfixiara», relató la mujer durante el programa Good Morning America.
Un hombre que presenció la caída llamó a emergencias y se apresuró a sacarla, usando una cuerda que llevaba consigo. «Es una suerte que otra persona presenciara el incidente, de lo contrario, habría sido extremadamente difícil localizar a Sundbaum», dijeron las autoridades. «El aire dentro de las fumarolas puede ser tóxico y potencialmente mortal», agregó la policía.