AFP
La actriz española Marisa Paredes, con una extensa y aplaudida trayectoria donde brillaron varios filmes con Pedro Almodóvar, falleció a los 78 años, informó este martes la Academia española de Cine.
«El cine español se queda sin una de sus actrices más icónicas, Marisa Paredes, que deja tras de sí una larga carrera en la que el público ha podido verla en más de 75 ocasiones en la gran pantalla», indicó la Academia española de Cine en su cuenta de la red social X.
Con una prolífica trayectoria en cine y teatro que arrancó en la adolescencia, Paredes fue una de las grandes damas de la interpretación en España, donde incluso llegó a presidir su Academia de Cine entre 2000 y 2003.
Su carrera alcanzó, sin embargo, una nueva dimensión tras su primera colaboración en 1983 con el por entonces prometedor director Pedro Almódovar, con quien establecería una intensa relación artística desde su participación en «Entre Tinibelas».
Después trabajarían juntos en «Tacones Lejanos», «La flor de mi secreto», así como más tarde en «Todo sobre mi madre», «Hable con ella» y «La piel que habito».
Galardonada entre otros con el Premio Nacional de Cinematografía o el Goya de Honor en 2018, Paredes también participó en producciones internacionales como «La vida es bella», del italiano Roberto Benigni, o «El espinazo del diablo», del mexicano Guillermo del Toro.
«Desolado por la noticia del fallecimiento de Marisa Paredes, una de las actrices más importantes que ha dado nuestro país», escribió el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, en su cuenta de X.
«Su presencia en cine y teatro y su compromiso con la democracia serán un ejemplo para generaciones posteriores», agregó sobre la trayectoria de esta artista muy implicada en causas progresistas.
– «Gran drama» –
Nacida en 1946 el crudo Madrid de la posguerra civil, esta cuarta hija de una familia humilde consiguió convencer finalmente a sus padres que la dejaran ser actriz tras pasar muchas horas delante de los teatros viendo a los actores y esperando una oportunidad.
«Mi vocación nace conmigo (…), pero tuvo mucho que ver el barrio donde vivía», explicó en una reciente entrevista con la Academia española de Cine, en referencia a su infancia en una céntrica plaza de Madrid, próxima a un teatro.
Desde entonces, empezó a fraguarse una carrera cimentada en el teatro y apariciones en el cine que tomaría un nuevo vuelo cuando se cruzó con Almodóvar para «Entre tinieblas».
Después vendrían sus icónicas Becky del Páramo en «Tacones lejanos» y la interpretación de la escritora Amanda Gris de «La flor de mi secreto», por la que optó a un premio Goya a la mejor interpretación.
«Marisa puso en mí una confianza absoluta y me lo dio todo», confesó el propio Almodóvar en una entrevista con el periódico francés Libération en 1995.
La carrera de esta actriz de mirada honda y voz profunda no se limitó, sin embargo, al genial director manchego, sino que también participó en filmes de Agustí Villaronga o Arturo Ripstein.
«A mí siempre me han dado personajes especiales», explicó Paredes en una entrevista con El País en febrero. «He tenido la suerte de que, como no tengo pinta española (…) cuando la televisión era culta y daban teatro, yo hacía todos los dramas de Chéjov, de Dostoievski, de Ibsen. Era el alma rusa. El gran drama», agregaba.
La actriz, que fue presidenta de la Academia de Cine entre 2000 y 2003, recibió el Goya de Honor en 2018 por su sólida y prolongada trayectoria en la gran pantalla, tanto en el ámbito nacional como internacional. «La vida de una actriz es como un tiovivo, como la ruleta de la fortuna«, dijo al recoger este reconocimiento de manos desu hija, la actriz María Isasi, fruto de su relación con el cineasta Antonio Isasi-Isasmendi. «Muchos directores confiaron en mí, y también han tenido la suerte de que yo confiara en ellos», añadió.
Además del Goya de Honor, Marisa Paredes recibió numerosos reconocimientos de la Unión de Actores, del sindicato de Actores, Fotogramas de Plata, Ondas, Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, Biznaga de Plata del festival de cine de Málaga e incluso el premio ACE (de Nueva York).
La última vez que vimos a la actriz ante las cámaras fue el pasado 24 de octubre en la XXVII Edición de los Premios del Club de las 25, que tuvo lugar en el Instituto Cervantes. Marisa Paredes fue la encargada de premiar a la periodista Silvia Intxaurrondo por su firmeza y ética periodística a la hora de denunciar abusos de poder, alzando la voz en contra de las desigualdades hacia las mujeres y usando para ello un valiente discurso en favor de la justicia social.
Un mes antes, la intérprete acudió a la gala de clausura de la 72 edición del Festival de San Sebastián y a principios de año participó en la ceremonia de los Goya con Penélope Cruz, Cecilia Roth, Antonia San Juan y Pedro Almodóvar para rendir homenaje a la película Todo sobre mi madre, del director manchego.
Marisa Paredes, muy comprometida política y socialmente, lidió a lo largo de su vida con problemas de salud mental. Tras la película Tacones lejanos, que la llevó al éxito cuando tenía 18 años, «tuve una depresión, hasta el punto de que me faltaba la energía, estaba cansada, lloraba todo el día, no quería vivir, no quería seguir«, contó en una entrevista concedida a laSexta. En 2020, en plena pandemia, recayó de nuevo. «Pensaron, descubrieron, decidieron que era ciclotímica bipolar… Bueno, una forma de decir que tienes altos y bajos como todo el mundo. A veces más agudos, dada mi sensibilidad y mi temperamento», explicó en El País.
La actriz encontró la máxima felicidad en su trabajo y, sobre todo, en su faceta como abuela, papel que ejercía con orgullo desde 2021. «Soy la abuela más entregada, la más enamorada. A mí la llegada de mi nieta Thelma me ha dado la vida. Estaba en un momento un poco chungo y de repente llegó ella y dije: ‘Qué hago yo aquí con esta persona pequeña que lleva mi sangre’. Es lo más grande», dijo emocionada. «Mi nieta es una joya. Artista no, lo siguiente, como la madre, María Isasi, y como su abuelo. Tiene una gracia. Soy una abuela menos consentidora de lo que me gustaría, porque mi hija es como muy estricta. Es de esas madres modernas… no toma chocolate, no toma no sé qué. Yo le digo que cuando la niña pruebe el chocolate será adicta. Las prohibiciones ya se sabe que son malas», añadió entre risas.
De su unión con el cineasta Antonio Isasi-Isasmendi nació su hija, la también actriz María Isasi.
Además de su prolífica carrera artística, Paredes nunca escondió su ideología progresista y feminista, involucrándose en varias causas. Ella presidía la Academia de Cine durante la reivindicativa gala de los Premios Goya de 2003, marcada por las protestas contra el apoyo de España a la guerra en Irak.
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