Muere el artista plástico Francisco Toledo, símbolo de Oaxaca y México
El artista mexicano a los 11 años vivía en Oaxaca, donde cursó la secundaria y estudió grabado con Arturo García Bustos y Rina Lazo; a los 17 viajó a la Ciudad de México, pero el periodo de inscripciones en las escuelas de San Carlos y la Esmeralda había cerrado, quedándole la opción de ingresar a la Escuela de Diseños y Artesanías, donde los pintores Castelar, Dosamantes y Silva Santamaría serían sus maestros.
Toledo se asumió pintor desde sus muy tempranos inicios, pero le interesaba dominar técnicas de grabado sobre linóleo, madera y metal, y de relieve como la litografía.
En 1960, con 20 años, viajó a París para ingresar al taller de S.W Hayter. Allá conoció a Rufino Tamayo y Octavio Paz. Estableció estrecho contacto con los talleres de grabado Murlot y Bramsen & Clot. Permaneció ahí cinco años, en los cuales frecuentó galerías y museos y diversificó su cultura plástica. Después viajó a Nueva York para exponer obra gráfica realizada en el taller de Kahlil. Luego, en México, trabajó en el taller de Mario Reyes.
En México, afirmó su necesidad de vincularse más orgánicamente a su primera cultura, con viajes frecuentes a Juchitán y Oaxaca. Regresó con una técnica pictórica depurada que no dejaría de enriquecer, así como con la influencia de ideas plásticas de artistas de distintas escuelas europeas, como Alberto Durero, Paul Klee o Marc Chagall.
Toledo recuperó técnicas antiguas e investigó otras nuevas, tanto en la pintura como en la escultura y la cerámica. Diseñó tapices que realizaba con los artesanos de Teotitlán del Valle.
Con información de la Secretaría de Cultura.