‘Adiós, FLACO’
Muere César Luis Menotti, uno de los técnicos más influyentes del balompié argentino AP
El carismático técnico, que llevó a Argentina a conquistar su primera Copa Mundial en 1978, ha fallecido, informó el domingo la Asociación del Fútbol Argentino. Tenía 85 años.
En un comunicado difundido en sus redes sociales, la AFA dijo que «lamenta informar con enorme tristeza el fallecimiento de César Luis Menotti». La nota no precisó las causas del deceso. ¡Hasta siempre, Flaco querido!», añadió el comunicado al aludir al apodo del entrenador.
ARGENTINA LE LLORA
El anuncio de la AFA tuvo lugar mientras se disputaba la final de la Copa de la Liga de Argentina entre Estudiantes de La Plata y Vélez Sarsfield en Santiago del Estero. Antes del inicio del segundo tiempo en el estadio Madre de Ciudades se realizó un minuto de silencio en homenaje, mientras en la pantalla gigante se reproducían algunas imágenes de Menotti.
Según informaron medios locales, Menotti fue ingresado en una clínica en marzo debido a un cuadro severo de anemia. De acuerdo a tales reportes, Menotti fue intervenido por flebitis en abril y posteriormente regresó a su hogar para proseguir con la rehabilitación.
Messi, el capitán de la selección que conquistó la tercera estrella para Argentina en el Mundial de 2022, expresó sus condolencias en una historia de Instagram:
«Nos dejó uno de los grandes referentes de nuestro futbol. Condolencias a su familia y seres queridos». Menotti y Messi se conocieron recién a mediados de 2019. Eso fue poco antes de una Copa América, con Menotti diciendo que la «Pulga» ya entraba entre los cinco más grandes futbolistas de la historia, junto a Pelé, Maradona, Alfredo Di Stéfano y Johan Cruyff.
Lionel Scaloni, el técnico de los reinantes campeones del mundo, también reaccionó en Instagram, indicando que «se nos fue un Maestro del futbol, gracias por esas charlas entrañables en las que nos dejaste huella».
La obra cumbre de Menotti fue cuando dirigió al equipo argentino que ganó el Mundial en casa, en una recordada final 3-1 ante Holanda, con un doblete de Mario Kempes y un tanto de Daniel Bertoni, en el estadio Monumental de Buenos Aires.
APRENDIÓ LO QUE ES LA VIDA
Nacido el 5 de noviembre de 1938 en Rosario, Menotti también tuvo una carrera como delantero en varios clubes de su país natal. Aparte de las selecciones de Argentina y México, condujo a los clubes españoles Barcelona y Atlético de Madrid.
Indudable que de futbol Menotti sabía, y mucho, en una carrera que como jugador la inició en el club de sus amores, Rosario Central (1960-63 y 1967); Racing Club (1964); Boca Juniors (1965-66), todos ellos de Argentina; The Generals, Estados Unidos (1967) y en los brasileños Santos (1968) y Juventus (1969-70).
En Santos, tuvo de compañero a Pelé.
Menotti fue nombrado entrenador de la «Albiceleste» en 1974. Con una visión de juego vistoso, se le señaló como el principal responsable de sentar las bases de los éxitos obtenidos por la selección argentina a lo largo de las últimas décadas. Todo comenzó en 1978, el primero de los tres mundiales ganados por Argentina hasta ahora.
Menotti fue un convencido que el equipo de 1978 no tuvo el reconocimiento que se merecía porque ese Mundial se ganó bajo una dictadura militar que habría aprovechado esa fiesta para mostrar que Argentina era un país pujante, y a la vez aprovechar la efervescencia popular para minimizar las denuncias sobre violaciones a los derechos humanos.
Organizaciones humanitarias dicen que bajo ese régimen (1976-83) unas 30mil personas murieron o desaparecieron por el terrorismo de estado. Aún hoy, en el plano deportivo se cuestiona un partido contra Perú en el que Argentina necesitaba ganar por 4-0 para avanzar en ese Mundial, pero finalmente goleó 6-0 en medio de versiones no confirmadas de que el régimen militar habría influido en ese resultado con un soborno a jugadores peruanos.
«La manera de jugar de la Selección del 78 era realmente subversiva», destacó Menotti. «Mientras otros se iban del país, yo prefería luchar contra la dictadura desde adentro, y los exiliados siempre me han acusado injustamente por eso. Todavía hoy me siguen acusando, como he podido corroborar al cruzarme con la colonia montonera (una ex organización guerrillera de izquierda) de argentinos en España».
Sus detractores suelen recordar una foto en la que Menotti, tras la consagración en el Mundial, se da un apretón de mano con el exgeneral Jorge Rafael Videla, el jefe de un triunvirato militar que gobernaba al país.
SU RELACIÓN CON MARADONA
En vísperas de ese Mundial, el «Flaco» dejó fuera del plantel nada menos que a Maradona, que con 17 años ya brillaba en Argentinos Juniors, aunque para el Mundial de España en 1982 lo convocó y le dio la titularidad.
«No me arrepentí de esa decisión porque fuimos campeones», subrayó Menotti al recordar aquel episodio con Maradona, quien en México 1986 fue la gran figura de ese Mundial que ganó Argentina por segunda vez, en este caso bajo la conducción de Carlos Bilardo.
Pero Menotti solía decir que Maradona siempre le recriminó haberlo dejado afuera del Mundial de Argentina.
«Diego no te lo perdona más. No te perdona eso ni que lo saques en un partido», señaló Menotti a la revista El Gráfico en diciembre de 2014. Además de dirigir a la selección de Argentina, Menotti también fue técnico de México en 1991-92 y entre otros equipos condujo al Barcelona español (1983-84), donde también tuvo a Maradona bajo su mando; Atlético de Madrid (1987-88); Peñarol de Uruguay (1990-91); Sampdoria de Italia (1997) y Tecos de México (2007), cuando fue la última vez que estuvo en acción como timonel.
Su debut como técnico fue en Newell’s Old Boys en 1970-71, y además en Argentina dirigió a Rosario Central, Huracán (donde fue campeón en 1973); River Plate, Boca e Independiente. También dirigió a Argentina cuando se proclamó campeón Mundial Sub20 en Japón, en un equipo en el que se destacaron sus atacantes Maradona y Ramón Díaz.
Menotti no le tenía miedo a la muerte. «Lo que me molesta a veces es jugar al básquet con mis nietos y que el físico no me responda», destacó en 2014. «Además, es lo único de lo que estoy seguro: no conozco a nadie que no se haya muerto en algún momento».