La columna
POR CARLOS JARAMILLO VELA
· Migración: Tema de la agenda México-EU, con efecto en estados y municipios.
El flujo migratorio hacia Estados Unidos constituye un fenómeno de naturaleza socioeconómica, que se viene presentando desde hace más de un siglo, pues surgió desde finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX. La razón fundamental de tal desplazamiento humano consiste en el apogeo económico que desde mucho tiempo atrás ha alcanzado ese país, al convertirse en la mayor potencia del mundo. Así, los siglos XIX, XX y XXI han sido testigos de la migración desplegada por miles de personas de diversos países de América y de otros continentes, en busca del llamado “sueño americano”. Tal situación ha adquirido en la época actual el carácter de verdadera crisis humanitaria, pues el número de personas migrantes es cada vez mayor, y el principal motivo que las impulsa a emigrar se deriva de sus grandes carencias económicas; además en los últimos años los gobiernos estadounidenses han endurecido sus medidas de control y bloqueo fronterizo, para evitar el ingreso ilegal de personas a su territorio. Hoy, las noticias migratorias vuelven a ser el encabezado de las primeras planas periodísticas, al generarse el estancamiento de miles de personas varados en la frontera mexicana-estadounidense a raíz de la acción de las corporaciones norteamericanas encargadas de la seguridad fronteriza del país vecino.
En días recientes, la problemática migratoria se ha agudizado en nuestro país, ya que como resultado de la rigidez de las autoridades norteamericanas, en la frontera entre los estados de Coahuila (México) y Texas (EU) se ha acumulado una gran cantidad de migrantes haitianos (más de 10 mil) que han visto frustradas su esperanzas de cruzar hacia el país del norte. Asimismo, durante el mes actual, en la capital del estado de Chihuahua las autoridades de migración detuvieron a 340 personas de origen extranjero, quienes habiendo ingresado ilegalmente a México se encontraban hacinadas en una casa de una colonia de la periferia de la ciudad, con el propósito de ingresar también de modo ilegal a Estados Unidos. Por su parte, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, declaró: “Hay que atender el fondo primero, no queremos que México sea un campamento de migrantes, queremos que se atienda el problema de fondo, que la gente no se vea obligada a migrar, porque sino continuamos con lo mismo, es retenernos, ponerlos en albergues y no resolvemos el problema de fondo”.
Son evidentes las presiones políticas y sociales que la masiva presencia migratoria implica para el gobierno del presidente López Obrador, quien debe aplicar la ley para detener y/o deportar a las personas ilegalmente internadas en territorio mexicano, así como prever e implementar medidas provisionales para brindar albergue, alimentación, salud y seguridad a los transeúntes. Son indiscutibles también los riesgos sociales, sanitarios y de seguridad pública que se pueden generar para la población de las ciudades mexicanas donde se registra la afluencia de cientos o miles de migrantes, quienes viven en situación de calle. Sin duda alguna, la migración es un tema cada vez más importante en las agendas
públicas de México y Estados Unidos, y cobra relevancia también entre las prioridades que deben atender los gobiernos de las entidades y municipios de nuestro país donde se registra con mayor intensidad esta problemática.