“Las situaciones que se han presentado no son socavones. Los socavones son de abajo hacia arriba”, especialista de la UACh
Paloma Sánchez | El Heraldo de Chihuahua
El maestro Rodrigo de la Garza, catedrático e investigador de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Chihuahua, quien es especialista en Geología y Vías Terrestres, explicó que los hundimientos en carreteras como en San Buenaventura y Villa Ahumada son provocadas por erosiones a consecuencia de afluentes de agua superficial y una mala planeación del caudal pluvial que puede transitar por el tramo, por lluvias extraordinarias.
“Las situaciones que se han presentado son erosiones y no socavones. Los socavones son de abajo hacia arriba, y están relacionados con el agua, que viene ‘socavando’, como lo describe la acción, porque encuentra estratos que no están consolidados, afectados por corrientes subterráneas”, aclaró.
Así mismo, señaló que de acuerdo con el material fotográfico que se ha publicado en diversas redes y medios, el caso ocurrido en Flores Magón parece ser un tramo donde hay un pequeño puente o canal, porque hay un desfogue de agua.
“Se hacen estudios para medir la cuenca o la subcuenca para realizar carreteras; se tiene que conocer de los que llueve, que viene y choca aquí, a veces hay tramos de la carretera que no se calcula bien, no se les da mantenimiento a los desfogues y se tapan. Lo que veo en las fotografías es que en el tramo hubo una erosión, que sucede cuando llueve mucho, ahí la estructura, hicieron un puentecito, pero no fue suficiente, con las lluvias topó el agua y se tapó y eso erosionó la parte superior, y veo que se hizo como remolino, se ve material, grava, arena, boleó hasta de 10 centímetros, es tramo que es un arroyo, y no se le dio la importancia necesaria para que pasara por debajo”, afirmó el investigador, catedrático especialista en Vías Terrestres.
Así mismo, se refirió al caso de la carretera que conduce de Ciudad Juárez a Villa Ahumada, donde a través de fotografías pudo observar que se trata de erosiones que se encauzan porque no se les da el desfogue natural a los tamaños de los cauces; y no se respeta los metros cúbicos por segundo que pueden desfogar en caso de lluvias.
“En los estudios de microcuenca se estudia en una lluvia extraordinaria, se calcula una cantidad de agua y con base en ese dato se diseñan los canales de desvío, los canales, por debajo de la carretera de qué dimensión va a ser el canal para que desfogue”, refirió.
En ese sentido, señaló que es común que durante la construcción de obras se omitan los detalles y estudios referente a los caudales eventuales, justificando la poca o nula ocurrencia de precipitaciones, no obstante, cuando se presentan, es cuando suceden las afectaciones en carreteras, que pueden llegar a causar accidentes automovilísticos.
“No se le da la importancia suficiente y necesaria para poder seguir construyendo y seguir respetando el caudal de los arroyos y ríos. Es pecado construir en los cauces de los ríos, pero la gente dice ‘como nunca llueve’”, acotó.
En ambos casos hizo observaciones similares de huellas de erosión, que suceden por las precipitaciones de las últimas semanas y subrayó que cuando se trata de un socavón, aparece independientemente de las lluvias, pues se generan por corrientes subterráneas de agua, de abajo hacia arriba.
“Se tiene que ampliar el canal para que el agua pueda desfogarse por ahí, y tenerle en mantenimiento, que es muy importante darle mantenimiento a las obras de este tipo, porque el ser humano tiramos la basura, me da mucha tristeza que tiran la basura afuera de los pueblos, a veces coincide que lo hacen en canales y es cuando se presentan los taponamientos”, finalizó.