“Uso empírico”, es la descripción más utilizada para referirse a una práctica con mucha riqueza y un valor popular milenario en nuestro país: la herbolaria.
En el transcurso de nuestra vida adoptamos, ya se por azares del destino o por decisión propia, el comportamiento de acumuladores. Si por fortuna tenemos visión empresarial, pensaremos en vender o bien intercambiar algo. Según criterios economistas a la acción de intercambiar se le denomina ‘trueque’ y no es más que el canje de bienes o servicios sin la intervención de algún tipo de moneda (dinero).
El trueque como tal es una actividad antiquísima que ejercían los olmecas, teotihuacanos y mayas. Con el crecimiento del poderío militar de los Aztecas, se inicio el desarrollo del Comercio Exterior Mexica. La historia consignó, en la segunda de las Cartas de Relación de Hernán Cortés, la sorpresa generada en los primeros conquistadores que visitaron México-Tenochtitlan guiados por Moctezuma; al “voltear” en una de las calzadas se toparon con la gran plaza del mercado Tlatelolco, quedando estupefactos al ver la masa de personas reunidas, estimada entre 40 mil y 60 mil personas. También causaron fascinación el arreglo de la innumerable mercancía en cada uno de los lotes y el proceso que, a través de litigios entre “vendedores y compradores”, generaba el trueque. En este sentido, México es el centro principal del desarrollo económico a través de los mercados municipales, establecimientos que son una tradición en cada estado, y de la creación del comercio a través del intercambio de mercancías como frijol, maíz, jitomate, chile y plantas medicinales llamadas comúnmente hierbas.
Foto: Food TravelHay centros de comercio local que se convierten en símbolo e identidad de las ciudades. Las urbes cobran vida gracias a la actividad económica que en ellos se gesta. Para ejemplo, los tres mercados principales de la Región Lagunera de Durango y Coahuila.
Del lado duranguense hay dos mercados municipales: el José Ramón Valdez en Gómez Palacio (1950) y el Donato Guerra en Lerdo (1894). Del lado coahuilense está el torreonense mercado Juárez (1907). En su origen está la necesidad de surtir alimentos: frutas, verduras y artículos perecederos como embutidos y carne. Hay otro elemento común a los tres: las hierbas.
El comercio de plantas medicinales en estos inmuebles es una de las prácticas de mayor importancia dentro de la economía local. Además son, en sentido literal, centros del saber. En ellos se concentra todo el conocimiento de las principales plantas nativas medicinales de la región. El respeto mostrado por la gente que utiliza las hierbas para curar una infinidad de padecimientos es mayúsculo, las consideran no una ‘medicina alternativa’ sino la mejor opción para aliviar padecimientos, por encima de los medicamentos de patente. Este conocimiento no sería posible sin los propietarios de estos locales. En lenguaje coloquial son llamados “hierberos”. El término no es despectivo, al contrario, es una forma de reconocerles el gran conocimiento que aportan a la salud de una región.
CONTEXTO MEDICINAL“Uso empírico”, es la descripción más utilizada para referirse a una práctica con mucha riqueza y un valor popular milenario en nuestro país: la herbolaria, el aprovechamiento de extractos de plantas medicinales de una forma sencilla y económica mediante un proceso de decocción que posteriormente se consume como infusión (té). El registro más antiguo para México de una planta con uso medicinal pertenece al epazote. En la nación mexicana hay cerca de 4 mil 500 especies de hierbas medicinales.
Se estima que el 61 por ciento de las 22 mil plantas con flor existentes es utilizado con fines curativos. Más del 80 por ciento de la población a nivel mundial hace uso de la medicina tradicional para atender la necesidad primaria de la salud (Organización Mundial de la Salud). El hecho de que hojas, tallos, pétalos y demás sean utilizadas en mayor proporción para atender padecimientos, nos obliga a introducirnos en el conocimiento de la herbolaria regional, entender el rol de las plantas nativas medicinales y valorar el conocimiento de quienes han estado en contacto con ellas a través de su comercialización en los mercados. Hoy día, en Japón están cultivando la planta de árnica para aprovecharla medicinalmente, sin embargo, sus efectos no serán los mismos. El químico que poseen las plantas de regiones semiáridas en el norte mexicano se potencializa al ser generado en un ambiente desértico de estrés. Por esa razón, las plantas de esta zona geográfica arrojan una mayor eficacia en la curación de los padecimientos.
Foto: Archivo Siglo NuevoMALES Y REMEDIOSUn paisaje impactante por la diversidad de plantas que en él se encuentran, así es el semidesierto. Es sorprendente la cantidad de flora que éste ambiente obsequia. La generosidad es tal que pone en bandeja de plata una inmensa cantidad de remedios herbolarios que sí alivian y no “echan a perder” el estómago, el hígado o el páncreas.
Don Casiano, un viejecito de 85 años de Mapimí, Durango, prefiere la herbolaria regional por encima de los medicamentos de patente: “La medicina rete-cara nomas sirve pa dos cosas, pa matarnos y pa dejarnos las bolsas vacías, yo por eso mis tecitos”.
Visitar los mercados con hierberos es constatar que efectivamente existe una gran diversidad de plantas para curar una lista impresionante de males. En algunos casos la combinación de tres plantas distintas sirve para controlar e incluso curar más de dos enfermedades a la vez. El procedimiento para obtener el remedio no consiste más que en tener agua caliente o hirviendo, agregar la planta correspondiente al padecimiento o malestar por no más de un minuto y beber el té. El tratamiento dura hasta que el paciente sienta mejoría pero, sin sobrepasar los nueve días; esto de acuerdo a la información proporcionada por las personas que manejan la medicina herbolaria.
Al momento se tienen registradas, en los tres mercados municipales referidos, 50 plantas distintas que curan un amplio catálogo de motivos de malestar. En el cuadro que acompaña a este texto se encuentran los de mayor popularidad en relación a la frecuencia de uso en el medio herbolario. La información aquí vertida, recalcamos, es la proporcionada por los expertos en su manejo; su uso o aplicación como medicina alternativa es responsabilidad de quien la aplica.
En los inventarios disponibles se detectaron plantas regionales utilizadas para una de las enfermedades que mayormente afectan la salud humana y que se ubica entre las primeras causas de muerte: la diabetes.
Conocer la diversidad de hierbas y sus propiedades puede permitirnos indagar acerca de formas menos agresivas de atacar este tipo de enfermedades y recordar lo que Don Casiano comenta. Agradecemos a los propietarios de centros herbolarios que amablemente comparten un conocimiento regional cuya difusión es de suma importancia, pues es cultura y diversidad que forma parte de México.
Colaboración de investigadores Jaime Sánchez, Edgar Josué Landeros, Gisela Muro y Jorge Alba de la UJED, Eduardo Estrada, de la UANL y Felipe Ruan, de la UNAM.
Foto: Archivo Siglo Nuevo