La eficiencia en el gasto público no debe ser motivo de presunción de los buenos gobiernos, es una necesidad, y hasta podríamos decir, una obligación de los gobiernos responsables, sobre todo en esta etapa de desarrollo y transformación del país, donde no es tolerable el derroche y mucho menos el empleo superfluo de los recursos públicos; entiéndase mejor, del dinero de los ciudadanos.
Cosa distinta es hablar de la información objetiva y transparente sobre cómo se manejan los presupuestos y que difundida oportunamente genera la confianza en los ciudadanos, quienes a su vez confían en las autoridades por ellos electas para que se realice un manejo adecuado, procurando siempre el bienestar del pueblo.
Quizá el primer aspecto relevante para considerar que la administración pública es realmente eficiente, o por lo menos que hace el esfuerzo por lograr la eficiencia, es cuando disminuye su gasto corriente y aumenta las oportunidades del desarrollo de su jurisdicción, municipal, estatal o federal a través de la inversión.
Quienes saben de negocios recomiendan siempre que a mayor gasto haya mayor ingreso, y, por lo tanto, los gobiernos (si son responsables) deben incrementar la base de contribuyentes, aplicar estrategias, reducir gastos innecesarios, y no de subir propiamente los impuestos que en principio es la tentación de quienes rehúyen el esfuerzo y renuncian a la creatividad. Por supuesto, hay incrementos naturales por cuestión de inflación o hasta por vigencia en el mercado, pero señalamos aquellos que son por capricho.
Hasta ahí la medida es sana, pero insuficiente. Nosotros aplicamos la máxima de que en el gobierno debe disminuir el gasto corriente, aumentar el ingreso e incentivar en todo momento la inversión pública, para generar la sinergia necesaria para el desarrollo, y que los recursos que cada año recibe la administración pública vía impuestos o servicios no se queden en las manos de los burócratas y en los procesos administrativos, sino que regresen a las calles, convertidos en obras, chicas, medianas y grandes, pero que regresen a los ciudadanos, en calles, alumbrado público, drenaje y agua potable, puentes vehiculares, puentes peatonales, domos en las escuelas, parques y jardines… Así como en mejores servicios y más trabajo en beneficio de los ciudadanos.
Con el presupuesto programado y autorizado por el Honorable Cabildo de Ciudad Juárez para el 2023, estaremos dando un paso muy importante en la búsqueda del equilibrio en el gasto público, que se había extraviado en administraciones anteriores, o simplemente se descuidó en franco perjuicio de los propios juarenses, quienes esperaban más obras, mejores acciones en beneficio de la población, por parte de las autoridades municipales.
En una simple comparativa del presupuesto planteado y ejercido en el 2021, y lo que estamos proyectando para el 2023, podemos darnos cuenta del avance sustantivo que estaremos teniendo el siguiente año, y el que hemos logrado hasta ahorita.
El proyecto presupuestal del 2021 fue de cinco mil 508 millones 699 mil pesos, de los cuales se programaron para gasto corriente cuatro mil 103 millones 113 mil pesos, es decir, el 74 por ciento del total del presupuesto; en tanto que para inversión se destinó mil 405.5 millones de pesos, el 26 por ciento del total de los recursos presupuestados.
Las cifras anteriores generan de entrada la idea de un desequilibro, sobre todo si se considera que aún persistían los estragos por la pandemia y era fundamental que se aplicaran muchos más recursos a los servicios de salud, asistencia social, entre otros. Pero independiente de la pandemia, las dos terceras partes del presupuesto estaba destinado al gasto corriente y aunque esa era la inercia de varios gobiernos nunca se justifica que la inversión esté tan distante del gasto que tienen que hacer los gobiernos para pagar a la burocracia, para contratar servicios y otros gastos que tienen que ver con la administración pública, en este caso municipal.
Para el próximo año, el presupuesto está fijado en los ocho mil 364 millones 182 mil pesos, que debo decir fue calculado considerando un incremento sustancial en la base de contribuyentes del impuesto predial; pero también por un refuerzo considerable de los gobiernos estatal y federal. Como muchos años atrás no sucedía, Ciudad Juárez está considerada en varios proyectos de los gobiernos estatal y federal, en salud, desarrollo social, educación, seguridad, entre muchos otros.
Del 74 por ciento destinado en el 2021 al gasto corriente, en el 2023 estaremos bajándolo al 58 por ciento, un avance sustancial de 16 puntos porcentuales. Lo mejor de todo es que la inversión sube, el próximo año la inversión municipal será de 3 mil, 492 millones, 800 mil pesos, hablamos de un 42 por ciento del total del presupuesto. En términos de presupuesto hablamos de casi tres veces más que en el 2021. Con el apoyo de los gobiernos estatal y federal estaremos dando un paso importante en obra pública para nuestra ciudad, principalmente para abatir el rezago en pavimentación y construcción de nuevas vialidades, pero también muchísimas obras que vienen a atemperar la idea del atraso que nos acarreó la pandemia y otros fenómenos que coincidieron en el quinquenio anterior.
Claro está, falta mucho más apoyo a nuestra frontera; que regrese la parte justa de todo lo que produce la ciudad, para que se le haga justicia en diferentes rubros, como en la obra pública, seguridad, educación, entre otros. Pero también es innegable que nuestra frontera participa ahora en los debates nacionales y estatales por el tema de los presupuestos, que se están desarrollando obras que nomás figuraban en los discursos oficiales de los gobiernos anteriores como el Hospital Regional del Instituto Mexicano del Seguro Social. Hay un apoyo decidido en el tema fiscal para los habitantes de la frontera, la homologación de las gasolinas y un programa social que está haciendo justicia a nuestra gente a través de las becas y apoyos Bienestar, etcétera.
La Ley de Ingresos del 2023 plantea una recaudación efectiva de 1 mil 400 millones de pesos de cobro del predial, y gracias a la reducción en el gasto corriente se proyecta un incremento de un 43 por ciento en la inversión municipal respecto de este 2022. Lo cual nos permitirá incrementar el número de obras, adquisiciones de patrullas, vehículos de servicio y servicios para la ciudad, entre otros.
Tendremos inversiones interesantes, como el proyecto de Museo Casa Juan Gabriel, la construcción del parque Suroriente y el Estadio Deportivo 8 de Diciembre; vamos a brindar mucho apoyo a escuelas de toda la ciudad, nos vamos a abocar a la limpieza de diques y arroyos, a la rehabilitación de infraestructura deportiva y parques. Daremos seguimiento a los proyectos «Accesibilidad Universal» y de «Rehabilitación y embellecimiento de Camellones». El programa de bacheo no termina, al contrario, lo intensificamos, daremos mantenimiento de vialidades (fresado) y nivelación de calles.
En seguridad, vamos a continuar con la adquisición de patrullas (antes se rentaban, prácticamente no había patrullas propias del Municipio), así como la formación y profesionalización de elementos, compra de equipo para el sistema de vigilancia y equipo de protección personal para el área operativa.
En servicios públicos contemplamos la instalación de alumbrado público nuevo y mantenimiento al existente; vamos a comprar contenedores de basura para espacios públicos, adquirir servicios de barredoras mecánicas y recolección de basura, así como la construcción de Rastro Tipo Inspección Federal (TIF).
En Educación, vamos a emprender la rehabilitación de las Bibliotecas Públicas Municipales, vamos a remodelar el Biblioavión con malla sombra, domo y mural; seguiremos con la entrega de kits escolares, la implementación del proyecto «Mi Patria Inicia en Mi Escuela» y el Programa de Becas Escolares y Universitarias, con lo que atendemos un aspecto sustancial del desarrollo de nuestra frontera.
Vamos a continuar con la política de austeridad, que elimina viáticos, gastos innecesarios, no vamos a comprar camionetas nuevas para los directores ni para el presidente, vamos a seguir trabajando con las que nos dejaron de la pasada administración. Vamos a seguir haciendo un intenso trabajo en cada área de la administración, pero sin derroche, procurando siempre la atención de las áreas sensibles y las que presentan mayor rezago.
Hacer más con menos, hacerlo bien y con intensidad es la dinámica que hemos implementado y que nos está dando resultados.
¡Feliz Navidad!, les desea de todo corazón un servidor, mi esposa Rubí y toda nuestra familia.