El 21 de marzo de 1806 nació en el pueblo de San Pablo Guelatao, Oaxaca, Benito Pablo Juárez García, hijo de los indígenas zapotecos Marcelino Juárez y Brígida García, quienes fallecieron cuando Benito tenía solo tres años de edad. El también conocido como “Benemérito de las Américas”, actualmente figura en billetes, monedas, pinturas y monumentos. Sin embargo, su biografía está rodeada de mitos que han trascendido a lo largo de la historia de México.
Juárez abandonó su pueblo natal a la edad de 12 años y se trasladó a la ciudad de Oaxaca, donde recibió la protección del fraile Antonio Salanueva, quien le ofreció trabajo y también lo impulsó a asistir a la escuela para que aprendiera a leer y escribir. Para 1821, Juárez ingresó al Seminario de Santa Cruz, donde estudió latín, teología, moral y filosofía. En 1831 se graduó como abogado en el Instituto de Ciencias y Artes y, en ese mismo año, comenzó su carrera política como regidor del Ayuntamiento de Oaxaca.
Juárez es mayormente reconocido por haber participado en el Plan de Ayutla de 1854, el cual tuvo como objetivo dar fin al mandato de Antonio López de Santa Anna. Un año después, se proclamó la Ley Juárez, encargada de suprimir los fueros eclesiásticos y militares. Además de esta ley, a partir de 1855 y hasta 1863, se promulgaron las Leyes de Reforma, las cuales tenían como objetivo separar la Iglesia del Estado y también eliminar sus privilegios.Juárez es mayormente reconocido por haber participado en el Plan de Ayutla de 1854, el cual tuvo como objetivo dar fin al mandato de Antonio López de Santa Anna (Foto: INAH)
De acuerdo con el historiador Pedro Salmerón Sanginés, Juárez García fue acusado de haber solicitado al gobierno de EE.UU. un general yanqui que dirigiera a todo el ejército de la república; de haber ofrecido parte del territorio nacional a EE.UU. a cambio de su ayuda en términos materiales para luchar contra los conservadores y el Imperio de Maximiliano. Además, también lo señalaron por, presuntamente, alentar la intervención de las fuerzas de la marina estadounidense en las contiendas internas. Sin embargo, Salmerón afirmó, en un artículo publicado por la revista Relatos e Historias de México, que “los dos primeros cargos son totalmente falsos y no tienen ningún sustento (…) las acusaciones de traición a la patria no tienen ningún sustento real”.
Benito Juárez es “un referente, un ideal, lo que siempre debe inspirar a un buen gobierno”, incluso, propone a la figura del expresidente de México que sostuvo el mandato por más de 10 años, como un ejemplo a seguir en cuanto a la “austeridad republicana”.Esther Acevedo aseguró que, el hijo de Juárez García era “un júnior, como los que podemos ver ahora, sin oficio ni beneficio» (Foto: INAH)
No obstante, una investigación realizada por el periodista Pablo Majluf revela que las propiedades que Juárez García poseyó durante su gobierno, actualmente están valuadas en 64 millones de pesos, aproximadamente. En su texto publicado en Letras Libres, Majluf menciona algunas de sus casas, como la de Portal de Mercaderes, cuyo costo actual oscilaría en 12 millones 600 mil; la de San Francisco, con un costo aproximado de 14 millones 100 mil pesos, y de Tiburcio, que costaría alrededor de 12 millones 200 mil.
Además del costo de las propiedades de Juárez, la investigadora y autora de la obra titulada Por ser hijo del Benemérito, Una historia fragmentada. Benito Juárez Maza, 1852-1912, Esther Acevedo aseguró en entrevista con el diario La Jornada que, el hijo de Juárez García era “un júnior, como los que podemos ver ahora, sin oficio ni beneficio más que usar el nombre del padre, pues no le salió nada en la vida, ni los negocios ni tuvo familia. No fue un buen gobernador de Oaxaca y quedó totalmente endeudado. Era un hombre que vivía de las apariencias”.
El mito de la oveja perdida
Tras quedar huérfano, Benito Juárez fue a vivir con su tío Bernardino, en Ixtlán, también en el estado de Oaxaca. Ahí, cuidaba su rebaño de ovejas, mientras él aprendía a hablar español, ya que solo se comunicaba en zapoteco.
Así pasó sus primeros años, hasta que un día se escapó de la casa de su tío. La leyenda cuenta que un día a Benito, que tocaba supuestamente gustaba de tocar la flauta mientras cuidaba a los animales, se le perdió una oveja. Aterrorizado, huyó para escapar de la ira de su tío.
Sin embargo, esto no ocurrió. Ni consta que Juárez tocara la flauta, ni que se fuera por temor. Más bien, el niño de 12 años se cansó de la pobreza y por la promesa incumplida de su tío de llevarlo a la ciudad de Oaxaca. Esto lo sabemos por los apuntes autobiográficos que dejó Benito.
Su esposa e hijos
Benito Juárez se casó con Margarita Maza, hija adoptiva del genovés Antonio Maza y Petra Parada. Era veinte años menor que Juárez. Contrajeron nupcias cuando él ya era un prominente abogado. Ella tenía 17 años. Él 37.
Tuvieron un total de 12 hijos: nueve mujeres y tres hombres. Perdieron a cinco de ellos a temprana edad.
No todo está en la altura
De acuerdo con el historiador Gustavo Vázquez Lozano, Benito Juárez es, probablemente, el presidente más “chaparrito” en la historia de México.
Y es que Juárez medía 1.37 metros de altura. Se dice que esto le generó un complejo, sobre con Maximiliano de Habsburgo, que medía casi 1.90. Reportan los libros que cuando vio el cadáver del otrora emperador mexicano, expresó:
“Era alto este hombre; pero no tenía buen cuerpo: tenía las piernas muy largas y desproporcionadas”.
¿Conoció a Maximiliano?
Hablando del Segundo Imperio Mexicano, se dice que alguna vez hubo una reunión secreta entre Benito Juárez y Maximiliano. También se ha dicho que intercambiaron correspondencia.
No obstante, no hay evidencia de que esto haya ocurrido. De lo que sí tenemos constancia, de acuerdo con el historiador Alejandro Rosas, es que Juárez vio a Maximiliano por primera vez luego de que fuera fusilado en el Cerro de las Campanas el 19 de junio de 1867.
Benito Juárez y los indígenas
Este punto ha generado controversia por muchos años, considerando que Benito Juárez era indígena. Se le acusa de atentar contra sus tierras y no haber impulsado leyes que los favorecieran.
Juárez buscó facilitar el acceso a la educación y la organización de las comunidades indígenas. Buscaba integrarlos. Incluso trató de proteger las tierras comunales de los pueblos originarios de Oaxaca de la conocida Ley Lerdo, porque su promotor fue Miguel Lerdo de Tejada, quien era Ministro de Hacienda.
Esta ley tenía como finalidad incentivar la pequeña propiedad y limitar la capacidad patrimonial de la Iglesia. Sin embargo, a pesar de que buscaban incluir a los indígenas, esta ley causó el despojo de su tierras y propiedades. Benito Juárez trató de evitar que esta ley fuera aplicada tan a rajatabla cuando fue gobernador de Oaxaca. Sin embargo, queda la sensación de que pudo haber hecho más por ellos.
¿Cedió territorio nacional a Estados Unidos?
Se ha dicho que Benito Juárez quiso vender parte del territorio nacional a Estados Unidos. También que buscaba cederles el Istmo de Tehuantepec. A cambio, el gobierno de Juárez recibiría cuatro millones de dólares para financiar la lucha contra los conservadores en la Guerra de Reforma.
Esto es parcialmente cierto y para ello tenemos que recordar el tratado McLane – Ocampo.
Benito Juárez autorizó la firma del tratado en 1859. Este acuerdo concedía el paso a perpetuidad de los estadounidenses por el Istmo de Tehuantepec.
Por si fuera poco, también otorgaba el libre tráfico a Estados Unidos por algunas poblaciones de Veracruz y Oaxaca.
¿Y por qué no se materializó? Porque el Congreso de Estados Unidos no lo ratificó, ya que temían encrudecer el conflicto de la Guerra de Secesión con este tratado, consolidando la postura separatista de los estados del sur de la Unión Americana.
¿Plagió a Kant?
“Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”. Esta frase la pronunció Benito Juárez en un discurso, el 15 de julio de 1867, luego del fusilamiento de Maximiliano y su entrada triunfal a la Ciudad de México.
Sin embargo, hay algunos historiadores que aseguran que plagió al filósofo Immanuel Kant. En su ensayo, “La Paz Perpetua“, el filósofo alemán escribió:
“…la injusticia cometida se ejerce únicamente en el sentido de que no respetan el concepto del derecho, único principio posible de la paz perpetua”.
Si bien hay similitudes, creemos que es un poquito exagerado hablar de plagio. Más bien, podríamos decir que se inspiró en Kant.