Mas allá de la fe ciega
por Paul E. Little
Es imposible para nosotros saber si Dios existe o cómo es, a menos que El decida revelarse a sí mismo.
Debemos buscar en el horizonte de la historia para ver si hay alguna pista acerca de la revelación de Dios. Hay una pista muy clara. En una obscura villa de Palestina, casi 2000 años atrás, un niño nació en un establo. Hoy, el mundo entero sigue celebrando el nacimiento de Jesús.
El vivió en la oscuridad hasta los 30 años, y entonces empezó un clero publico que duró 3 años. Está destinado a cambiar el curso de la historia.
El era una persona excepcional y siempre nos han dicho » La gente común lo ha oído gustosamente.
Y, «El habló como Alguien que tiene autoridad, y no como los maestros de leyes» (Mateo 7:29).
Jesús dijo que El era el hijo de Dios.
Pronto fue evidente, sin embargo, que El estaba haciendo aseveraciones preocupantes acerca de El mismo. El empezó a identificarse como algo superior a un reconocido maestro o un profeta. El empezó a decir claramente que El era Dios. El hizo su identidad el punto central de sus enseñanzas. La pregunta mas importante que El le hizo a sus seguidores fue, «Quién dirías que soy yo?» Cuando Pedro respondió y dijo «Tu eres Cristo, el hijo viviente de Dios» (Mateo 16:15-16, Jesús no estaba en shock, tampoco reprendió a Pedro. Al contrario, El lo alabó.
El hizo la afirmación explícitamente, y sus oyentes tuvieron todo el impacto de sus palabras. Nos dicen «Los Judíos trataron de matarlo arduamente; no solo estaba rompiendo el Sabbath, también estaba llamando a Dios, su propio padre, haciéndose El mismo igual a Dios» (Juan 5:18).
En otra ocasión el dijo, » Yo y el Padre somos uno». Inmediatamente los Judíos quisieron apedrearlo. El les preguntó por cual buen trabajo querían matarlo. Ellos respondieron, «No te estamos apedreando por tus acciones sino por tu blasfemia, por que tú, un simple hombre, reclama ser Dios» (Juan 5:18).
Jesús claramente reclama atributos que solo Dios tiene. Cuando un hombre paralítico fue bajado del techo deseoso de ser curado por El, El dijo, «Hijo, tus pecados te han sido perdonados». Esto causó una gran conmoción entre los maestros religiosos, quienes decían en sus corazones, «¿Por qué El habla así?» El esta blasfemando! ¿Quién puede perdonar los pecados sino solo Dios?».
En el momento crítico en el que Su vida estaba al filo de la muerte, el sacerdote más alto le preguntó a El directamente: «Eres tú Cristo, el hijo del Bendecido».
«Yo soy», dijo Jesús. «Y tu verás al hijo del hombre sentado a la derecha del Omnipotente y viniendo de las nubes del cielo.»
El sacerdote desgarró sus ropas. «Por qué necesitamos mas testigos?» El pregunto.»Ustedes han oído la blasfemia» (Marcos 14:61-64).
Tan cercana era la conexión con Dios que adecuó una actitud para El mismo con la actitud que tomaba para con Dios. Por lo tanto, conocerse era conocer a Dios (Juan 12:45, 14:9). Creer en El era creer en Dios (Juan 12:44, 14:1). Recibirlo era recibir a Dios (Marcos 9:37). Odiarlo era odiar a Dios (Juan 15:23). Y honorarlo era honorar a Dios (Juan 5:23).
Hablar es fácil. Cualquiera puede reclamar algo…
Pero para Jesús de Nazareth, no fue tan simple.
El tuvo las pruebas que respaldaron sus aseveraciones.
Solo 4 posibilidades.
Cuando encaramos las aseveraciones de Cristo, solo hay 4 posibilidades. El era un mentiroso, un lunático, una leyenda o la verdad. Si decimos que El no era la verdad, estamos automáticamente afirmando una de las 3 posibilidades restantes, nos demos o no nos demos cuenta.
Una posibilidad es que Jesús mintiera cuando dijo que era Dios – en otras palabras, que El sabia que no era Dios, pero deliberadamente engañó a sus oyentes para darle autoridad a sus enseñanzas. Pocos si no es que nadie, sostuvieron esta posición. Incluso aquellos que niegan Su deidad afirman que El era un gran maestro de la moral. Ellos no pudieron darse cuenta que esas 2 afirmaciones son contradictorias. Jesús difícilmente pudo ser un gran maestro de la moral, en el punto mas crucial de sus enseñanzas – su identidad- el era deliberadamente un mentiroso.
Otra posibilidad es que El haya sido sincero pero se mintiera a sí mismo. Hoy en día tenemos un nombre para las personas que piensan ser Dios. Ese nombre es lunático, y ciertamente ese nombre se aplicaría a Cristo si hubiera sido mentiroso en este tema tan importante. Pero veamos la vida de Cristo, vemos que no hay evidencia de anormalidad o desequilibrio como el que vemos en una persona trastornada. En vez de eso, encontramos la mejor compostura bajo presión.
La tercera alternativa es que todo lo que se habla acerca de sus afirmaciones acerca de ser Dios son una leyenda – o sea, que lo que en verdad pasó fue que sus entusiastas seguidores, en el tercero y cuarto siglo, pusieron palabras en la boca de Jesús, palabras que a El le hubiera trastornado oír. De haber regresado, El hubiera inmediatamente repudiado esas palabras.
La teoría de la leyenda ha sido significativamente repudiada por muchos descubrimientos de la arquitectura moderna. Esto ha mostrado que las 4 biografías de Cristo fueron escritas dentro del tiempo de vida de los contemporáneos de Cristo. Tiempo atrás, el Dr. William F. Albright, famoso arqueólogo ahora retirado de la universidad de Johns Hopkins, dijo que no hay razón para creer que alguno de los evangelios fue escrito después del año 70 después de Cristo. Para una simple leyenda acerca de Cristo, en forma de evangelio, para ganar la circulación y para tener el impacto que tuvo, sin ningún pedazo de papel que lo respaldara, es increíble.
Para que esto pudiera pasar tan fantásticamente para alguien de nuestro tiempo que escribiera una biografía de John F. Kennedy y decir que el afirmó que era Dios, por perdonar los pecados de la gente, y por regresar gente de la muerte. Tal historia es tan extraña que nunca despegaría del suelo porque todavía hay demasiada gente viva que conoció a Kennedy. La teoría de la leyenda no es consistente con la fecha de los manuscritos evangélicos.
La única alternativa es que Jesús haya hablado con la verdad.
Desde mi punto de vista, sin embargo, las afirmaciones no significan mucho. Hablar es barato. Cualquiera puede hacer afirmaciones. Ha habido otros que han afirmado ser Dios. Yo puedo afirmar que soy Dios, y ustedes también pueden, pero la pregunta que todos tenemos que responder es, «Qué pruebas tenemos para respaldar tales afirmaciones?»
En mi caso no te tomaría mas de 5 minutos desaprobar mi afirmación. Y posiblemente no tome mucho tiempo para desacreditar la de cualquier otra persona. Pero tratándose de Jesús de Nazareth no es tan simple. El tenía las pruebas que lo respaldaban. El dijo, «Aunque no me crean, crean la evidencia de los milagros, que ustedes aprendan y entiendan que el Padre esta en mí, y yo soy el Padre» (Juan 10:38).
Las credenciales de Jesús.
Primero, su carácter moral coincidió con sus afirmaciones. Muchos internos en asilos afirman ser celebridades o deidades. Pero sus afirmaciones son creídas por sus caracteres. No fue el caso de Cristo. El fue único – como único es Dios.
Jesucristo no tenía pecados. El calibre de su vida fue tal que podía retar a sus enemigos con la pregunta, «Alguien puede probar que soy culpable de algún pecado?» (Juan 8:46). Fue recibido con el silencio, incluso cuando hizo esta pregunta a aquellos que querían señalar faltas es su carácter.
Hemos leído acerca de las tentaciones de Jesús, pero nunca hemos oído de confesiones de pecados por su parte. El nunca pidió perdón, a pesar de que pidió a sus seguidores que lo hicieran. Esta ausencia de cualquier falta moral por parte de Jesús es impresionante.
Cuanto más se acercan hombres y mujeres a Dios, más agobiados están con sus propias faltas, corrupciones y defectos. Entre más cerca se esté de una brillante luz, más nos damos cuenta que necesitamos un baño. Esto es cierto también para mortales ordinarios.
Es también abrumador que Juan, Pablo y Pedro, los cuales fueron entrenados desde la infancia a creer en la universalidad del pecado, todos hablaron de la ausencia de pecado en Cristo: «El no cometió ninguna falta, y ninguna mentira fue encontrada en su boca» (1 Pedro 2:22).
Pilatos, enemigo de Jesús, dijo, «Qué demonios ha hecho él?» El implícitamente reconoció la inocencia de Cristo. Y el centurión romano que presenció la muerte de Cristo dijo, «Seguramente él fue el hijo de Dios» (Mateo, 27:54).
Cristo demostró poder sobre las fuerzas naturales las cuales solo podían pertenecer a Dios, el Autor de esas fuerzas.
El calmó una tormenta de viento y olas en el mar de Galilea. Al hacer esto, el provocó en la gente de la balsa la pregunta: «Quién es El? Hasta el viento y las olas lo obedecen!» (Marcos 4:41) El transformó agua en vino, alimentó a 5000 personas con 5 panes y 2 pescados, dio a una pobre viuda de regreso a su hijo desde la muerte, y trajo de vuelta a la hija muerta de un padre. A un viejo amigo el dijo: «Lázaro, regresa!» y dramáticamente volvió a la vida. Significativamente sus enemigos no negaron este milagro. Sin embargo, trataron de matarlo. «Si dejamos que siga así» ellos dijeron «todos van a creerle» (Juan 11:48).
Jesús demostró el poder del creador por encima de la enfermedad y la muerte. El hizo que el inválido caminara, que el mudo hablara, y que el ciego viera. Algunas de sus curaciones fueron de problemas congénitos no susceptibles a cura psicosomática. La mas impresionante fue la del ciego la cual está descrita en Juan 9. Aunque el hombre no pudo contestarle a sus especuladores cuestionadores, su experiencia fue suficiente para convencerlo. «Una cosa que se es, yo era ciego y ahora puedo ver!» declaró. El estaba impresionado que sus amigos no reconocieran a este curador como el hijo de Dios. «Nadie ha oído de alguien que abriera los ojos de un hombre que nació ciego», el dijo (Juan 9:25, 32). Para El la evidencia era obvia.
La mejor credencial de Jesús para autentificar sus afirmaciones de deidad fue la resurrección de la muerte. Cinco veces en el curso de su vida el predijo que moriría y que 3 días después El regresaría de entre los muertos y se aparecería ante sus discípulos.
Seguramente ésta fue la prueba mas grande. Fue una afirmación que era fácil de verificar. Eso iba o no a pasar.
Amigos y enemigos de la fe cristiana han reconocido la resurrección de Cristo como la base de la fe. Pablo, el gran apóstol, escribió, «Si Cristo no hubiera resucitado nuestras plegarias serían inútiles y también la fe» (1 Corintios 15:14). Pablo dejó todo el caso en la sola resurrección de Cristo. El resucitó o no. Si lo hizo, fue el evento más sensacional de todos los tiempos.
Si cristo resucitó, sabemos con seguridad que Dios existe, cómo es y cómo podemos conocerlo en una experiencia personal.
Solo una pieza de museo?
Por otro lado, si Cristo no resucitó, el cristianismo es una interesante pieza de museo – nada más. No tiene validez objetiva o realidad. Solo es un bonito pensamiento, ciertamente no vale la pena involucrarse mucho en esto. Los mártires que fueron cantando hacia los leones, y misioneros contemporáneos quienes han dado la vida en el Ecuador y el Congo llevando este mensaje a otros, han sido unos pobres engañados.
El ataque de la cristiandad por sus enemigos se ha concentrado en la resurrección porque claramente se ve que éste evento es crucial en el asunto. Un ataque sobresaliente fue uno contemplado en la década de los 30 por un joven abogado Británico. El estaba convencido que la resurrección era inventada y era solo fantasía. Teniendo en cuenta que esa era la base de la fe cristiana, el decidió hacerle un favor al mundo exponiendo este fraude y superstición. Como abogado, él sintió que tenía las facultades para mostrar la evidencia y no admitir evidencia que no cumpla con los criterios para ser admitido en una corte de hoy en día.
Sin embargo, mientras Frank Morrison estaba haciendo su investigación, algo sorprendente pasó. El caso no era tan fácil como lo supuso. Como resultado, el primer capítulo de su libro, Quién movió la piedra? se titula, «El libro que se rehusó ser escrito». En él, él describe cómo, al examinar la evidencia, empezó a persuadirse en contra de este deseo, por el hecho de la resurrección de Cristo.
Muerte y entierro de Jesús.
La muerte de Jesús fue una ejecución pública en una cruz. El gobierno dijo que era por blasfemia. Jesús dijo que iba a pagar por nuestros pecados. Después de ser severamente torturado, las muñecas y los pies de Jesús fueron clavados en una cruz donde quedó colgado, eventualmente muriendo lentamente sofocado. Una espada fue enterrada en un costado para confirmar Su muerte.
El cuerpo de Jesús fue envuelto en lino cubierto por aproximadamente 100 libras de especies húmedas. Su cuerpo fue puesto en una tumba de roca sólida, y un rodado de 2 toneladas fue expandido para asegurar su entrada. Debido a que Jesús había dicho públicamente que iba a regresar de la muerte en 3 días, un guardia de soldados romanos se estacionó en la tumba. Y un letrero oficial romano fue puesto en la entrada de la tumba declarándola como propiedad gubernamental.
A pesar de esto, 3 días después el cuerpo había desaparecido. Solo quedaron los linos, en la forma del cuerpo. El rodado que sellaba la tumba fue encontrado cierta distancia lejos de la tumba.
La tumba vacía
La primera explicación que circulaba era que los discípulos robaron el cuerpo. En Mateo 28:11-15, tenemos el registro de la reacción del sacerdote principal y los ancianos cuando los guardias les dieron las misteriosas noticias de que el cuerpo había desaparecido. Ellos le dieron dinero a los soldados pidiéndoles que dijeran que el cuerpo fue robado por los discípulos que vinieron en la noche mientras los soldados dormían. Esa historia fue tan falsa que Mateo ni siquiera se molestó en refutarla. Qué jurado te escucharía si dijeras que mientras dormías tu sabías que tu vecino vino a tu casa y robó tu televisión? Quién sabe que está pasando cuando se está dormido? Testimonios como éste serían el hazme reír de toda corte.
Además, nos estamos encarando a una imposibilidad ética y psicológica. Robar el cuerpo de Cristo es algo totalmente ajeno al carácter de los discípulos y de todo lo que sabemos de ellos. Querría decir que ellos fueron unos perpetradores de una deliberada mentira la cual fue responsable de la decepción y muerte de miles de personas. Es inconcebible que, siquiera algunos de los discípulos hayan conspirado y llevado a cabo este robo, nunca le hubieran dicho a los demás.
Cada uno de los discípulos encaró la prueba de la tortura y el martirio por sus declaraciones y creencias. Hombres morirán por lo que creen que es cierto, aunque esto pueda parecer falso. Ellos no, sin embargo, murieron por algo que sabían que era una mentira. Si alguna vez un hombre dice la verdad, es en su lecho de muerte. Y si los discípulos tomaron el cuerpo, y Cristo todavía estaba muerto, nosotros tendríamos todavía el problema de explicar sus apariciones.
Una segunda hipótesis es que las autoridades, Judías o Romanas, hayan movido el cuerpo. Pero para qué? Poniendo guardias en la tumba, cual era la razón para mover el cuerpo? También, qué hay acerca del silencio de las autoridades acerca de las oraciones de los apóstoles acerca de la resurrección en Jerusalem? Los líderes eclesiásticos estaban plantando la rabia, y hacían todo lo posible para prevenir la expansión del mensaje que Jesús trajo de la muerte. Ellos arrestaron a Pedro y a Juan y los golpearon y amenazaron, en un intento de cerrar sus bocas.
Pero había una simple solución a sus problemas. Si tenían el cuerpo de Cristo, habían podido hacer un desfile con él por las calles de Jerusalem. Ellos no hicieron eso simplemente porque no tenían el cuerpo.
- Otra teoría popular ha sido que las mujeres, desconsoladas y abrumadas por el sufrimiento, se perdieron en el camino en la oscuridad de la mañana y fueron a la tumba equivocada.
En su angustia ellas imaginaron que Cristo había resucitado porque la tumba estaba vacía. Sin embargo, esta teoría cae ante el mismo hecho que destruye el punto anterior. Si las mujeres fueron a la tumba equivocada, entonces por qué los sacerdotes y otros enemigos de la fe no fueron a la tumba correcta y obtuvieron el cuerpo? Es mas, es inconcebible que Pedro y Juan sucumbieron en el mismo error, y ciertamente José de Arimatea, dueño de la tumba, hubiera resuelto el problema. En suma, debe recordarse que éste era un cementerio privado, no un panteón público. No había otra tumba cercana que les permitiera hacer ese error.
- La teoría del desmayo ha sido un avance que explica la tumba vacía.En este punto de vista, Cristo no murió exactamente. El fue erróneamente reportado como muerto, pero se había desmayado por estar exhausto por el dolor y la pérdida de sangre. Cuando lo acostaron en la tumba fresca, El revivió. El salió de la tumba y se les apareció a sus discípulos, quienes equivocadamente pensaron que había resucitado de los muertos.
Esta es una teoría de construcción moderna. Primero apareció a finales del siglo XVIII. Es significativo que ninguna sugerencia de este tipo ha venido de la antigüedad entre los violentos ataques que se han hecho a la Cristiandad. Todos los records anteriores son enfáticos acerca de la muerte de Jesús.
Pero vamos a asumir por un momento que Cristo fue sepultado vivo y desmayado. Es posible creer que El hubiera sobrevivido tres días en una tumba húmeda sin comida ni agua ni ninguna clase de atención? Hubiera tenido la fuerza para quitarse las ropas de la sepultura, mover la pesada piedra de la entrada a la tumba, sobrepasar a los guardias y caminar varias millas con los pies heridos por los clavos? Tal creencia es más fantástica que el simple hecho de la Resurrección misma.
Aún el crítico Alemán David Strauss, quien por ningún motivo cree en la Resurrección rechazó ésta idea como increíble. El dijo:
Es imposible que Uno que hubiera venido de la tumba, medio muerto, débil y enfermo, quien estaba en necesidad de un tratamiento médico, de vendajes, de cuidados tiernos, quien por fin sucumbió al sufrimiento, pudiera haber dado la impresión a sus discípulos que El era un conquistador de la muerte y de la sepultura; que El era el Príncipe de la Vida.
Finalmente, si esta teoría es correcta, Cristo mismo estuvo involucrado en flagrantes mentiras. Sus discípulos creyeron y predicaron que El había muerto pero revivió de nuevo. Jesús no hizo nada para desmentir esta creencia, sino más bien la impulsó.
La única teoría que adecuadamente explica la tumba vacía es la resurrección de Jesucristo de la muerte.
Un Dios que puede ser conocido.
Si Jesucristo regresó de entre los muertos, probando que es Dios, El está vivo hoy en día. El esta deseando más que ser adorado. El esta deseando ser conocido y entrar en nuestras vidas.
Jesús dijo, «Aguanta, Yo estoy en la puerta (de tu corazón) y toco; si alguien oye mi voz y abre la puerta, entraré en él» (Apocalipsis 3:20).
Carl Gustav Jung dijo, «La neurosis central de nuestro tiempo es el vacío». Todos nosotros tenemos un gran sentimiento de que nuestra vida tiene significado y profundidad. Jesús nos ofrece una vida con mas significado, abundante el cual viene mediante la relación con El. Jesús dijo, «Yo vine para que tengan vida, y la tengan en abundancia» (Juan 10:10).
Debido a que Jesús murió en la cruz, tomando con El todos los pecados humanos, El ahora nos ofrece perdón, aceptación y una relación genuina con El.
Ahora tú puedes invitar a Jesucristo a entrar en tu vida. Tu puedes decirle algo como: «Jesús, gracias por morir en la cruz por mis pecados. Te pido que me perdones y que entres a mi vida en este momento. Gracias por darme esta relación contigo».
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