Al inaugurar la IV Bienal, que reunirá hasta el próximo domingo a 31 autores de Iberoamérica en mesas guiadas por el lema “La literatura, último refugio de la libertad”, el novelista y ensayista anunció la “remodelación” de la Cátedra que lleva su nombreVIRGINIA BAUTISTA
GUADALAJARA. “En los países verdaderamente libres, la literatura no parece tener una función política, sino que se entiende como un entretenimiento”, afirmó ayer el escritor peruano-español Mario Vargas Llosa (1936).
Sin embargo, agregó, “basta que en un país se recorten las libertades, se reduzca ese margen para criticar a los gobiernos o a las instituciones, para que la literatura se vaya cargando inmediatamente de una cierta vivacidad crítica”.
Y, entonces, añadió el Nobel de Literatura 2010, “los libros se empiezan a leer de otra manera que en las sociedades libres. Se leen buscando aquello que no dicen los diarios, la radio o la televisión, porque los libros empiezan a representar esa libertad que está mediatizada o perdida. Nos gustaría contribuir a que esa lectura fuera más rica, más interesante, más profunda”.
Al inaugurar la IV Bienal de Novela Mario Vargas Llosa, que reunirá hasta el próximo domingo a 31 autores de Iberoamérica en ocho mesas guiadas por el lema “La literatura, último refugio de la libertad”, el novelista y ensayista anunció la “remodelación” de la Cátedra que lleva su nombre –que tendrá no uno, sino tres directores– y la incorporación a la Bienal del encuentro que los últimos dos años se ha realizado un día antes, con lo que ésta crecería a cinco días.
Una de las razones centrales por las que existe esta Fundación Internacional de la Libertad es acercar a los países que tenemos la suerte de hablar español”, explicó el narrador en alusión al organismo que patrocina tanto la Cátedra como la Bienal.
Con este idioma ha sucedido algo extraordinario: sin que ningún gobierno apoyara, el español ha seguido creciendo en todos estos años y ahora es, después del inglés, la lengua que tiene más predicamento en el mundo entero.
Queremos que el mundo de la lengua española, que es el nuestro, enlace no sólo a España y a América Latina, sino que lleve a las personas a leer buena literatura. No es verdad que cualquier clase de lectura vale lo mismo. Leer mala literatura puede tener consecuencias muy malas para los lectores”, advirtió.
El autor de unas 20 novelas y tres libros de cuentos indicó que “una de las razones de ser de la Cátedra es enseñar a leer bien o mejor de lo que leen las personas. Y este año vamos a inaugurar una serie de conferencias que tengan este objetivo: mostrar ciertos mecanismos de la literatura que enriquecen la lectura, de los que podemos sacar mucho provecho, por ejemplo, defender la libertad”.
El encuentro comenzó con la evocación que hizo Ricardo Villanueva, rector de la Universidad de Guadalajara, del escritor nicaragüense Sergio Ramírez, “quien es víctima de una persecución política en su país y ha recibido un trato atroz. Esto es un atentado contra la libertad y la literatura. Nos solidarizamos con él y exigimos que se pare la persecución en su contra”, indicó.
Después de la ceremonia de apertura, en el Conjunto Santander de Artes Escénicas, se realizó la primera mesa, en la que participaron los cinco finalistas del Premio de Novela, dotado con cien mil dólares, cuyo fallo se dará a conocer el domingo 26 de septiembre.
La española Rosa Montero habló de su novela La buena suerte, el colombiano Juan Gabriel Vásquez de Volver la vista atrás, el chileno Alejandro Zambra de Poeta chileno y la mexicana Carmen Boullosa, de El libro de Eva; y la argentina Selva Almada reflexionó sobre No es un río, aunque de forma virtual, pues tuvo problemas para viajar y se espera que hoy se incorpore al encuentro.
Sobre estas obras, Boullosa destacó que “cada novela es diferente, cada una tiene una maquinaria distinta, son una muestra de la fuerza y la vitalidad extraordinaria de la literatura de nuestra lengua”.
Hoy continúa la Bienal con tres mesas, en las que participan escritores como Alberto Ruy Sánchez, Rodrigo Blanco, Carlos Franz, Pedro Llosa, Ana García Bergua, Santiago Roncagliolo y Gabriela Cabezón Cámara.
Los tres directores de la Cátedra serán el peruano Raúl Tola, el español Ramiro Villapadierna y el argentino Darío Lopérfido.