La columna
POR CARLOS JARAMILLO VELA
· Mario Mata: en pos de la gubernatura de Chihuahua.
· El discurso de odio carcome a México.
El diputado federal por el PAN, y Director Ejecutivo de la Junta Central de Agua y Saneamiento de Chihuahua, Mario Mata Carrasco, se halla enfocado en dar continuidad a la preparación de su camino hacia la gubernatura de Chihuahua, esto luego de que en la pasada elección suspendiera su proyecto político ante la decisión de su partido para postular como candidata a la actual gobernadora y ex alcaldesa de la capital, María Eugenia Campos Galván. Hoy las condiciones son distintas para Mata Carrasco, quien en virtud de su paciente disciplina, así como al haber pasado por la Presidencia de la Junta Municipal de Agua y Saneamiento de Chihuahua, y ocupar ahora la titularidad de todos los Organismos Operadores de Agua en el Estado, se halla en una franca posición para concitar el respaldo de sus correligionarios políticos, en pos de su postulación como candidato a la titularidad del Poder Ejecutivo del Estado de Chihuahua.
Además de haber sido electo diputado federal en dos ocasiones después de su gestión como alcalde de Delicias, Mario Mata ha ocupado cargos directivos en organismos empresariales y organizaciones de la sociedad civil. Tales antecedentes le dan un perfil polivalente en virtud de su formación plural en los campos social, empresarial y político. Al interior del PAN Mata Carrasco es en la actualidad uno de los actores políticos con importante presencia local y nacional, lo cual no pasa desapercibido para la gobernadora Campos ni para las dirigencias estatal y nacional de su partido.
La circunstancial coyuntura política que hoy se vive en Chihuahua y el país, derivada de la polarización instigada por el mismo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha dado origen a la alianza opositora PRI-PAN-PRD; ante tal escenario es posible que dicho bloque opositor se unifique para postular candidata o candidato común a la elección de gobernador de Chihuahua en el año 2027. Aunque aún no se manejan los nombres de otros aspirantes al Gobierno del Estado, resulta evidente que Mario Mata es, desde ahora, uno de los potenciales abanderados para contender bajo las siglas del PAN, o en su caso, de la alianza opositora.
La quema de la efigie de la ministra Norma Piña, Presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), ocurrida durante el mitin que el presidente Andrés Manuel López Obrador encabezó en el zócalo capitalino el pasado sábado 18 de marzo, constituye un acicate adicional al escenario de polarización que desde la cúpula del poder gubernamental, y de manera deliberada y sistemática, se viene alimentando durante el actual sexenio. La SCJN en pleno reaccionó en solidaridad y apoyo a su presidenta, así como también hubo reacciones de una gran parte de la opinión pública conformada por organizaciones civiles, periodistas, líderes de opinión y ciudadanía en general. En su comunicado público de reproche por la
quema de la imagen de la ministra Presidenta, el Poder Judicial manifestó: “La violencia, de cualquier tipo, es un obstáculo para el cumplimiento de los objetivos que nos unen como mexicanas y mexicanos: la salvaguarda de los derechos humanos y del estado de derecho. No más acciones de odio. No más violencia de género. México nos demanda”.
Ante esto, el presidente Andrés Manuel López Obrador se vio obligado a adoptar una postura “políticamente correcta”, y censuró la comisión de tal acto, sin embargo, el daño moral a la sociedad ya estaba hecho. Tal daño moral social es evidente, pues más allá del agravio personal dirigido hacia la ministra Piña, el mensaje del reprobable acto se traduce en un empobrecimiento de la convivencia pública, es decir, constituye un deterioro de la armonía social y la vida política. No existe duda: el discurso de odio continúa carcomiendo a México.