El Universal
(EL UNIVERSAL).- María Raquenel Porillo, conocida anteriormente como «Mary Boquitas», habló acerca del momento en que la hija de Gloria Trevi, Ana Dalay, perdió la vida, cuando ambas se encontraban escondidas en Brasil, a lado de Sergio Andrade, y otras jóvenes que vivieron en carne viva los abusos del productor musical, luego de que hablara como nunca antes lo había hecho de la primogénita de la cantante a través de su podcast «En boca cerrada».
De acuerdo con el recuerdo de María Raquenel, era noviembre de 1999, y ella como Trevi, Andrade y otras jóvenes como las hermanas de la Cuesta, Karina Yapor y Liliana Regueiro se encontraban alojadas, con los visas vencidas, en dos departamentos en algún lugar de Brasil, país al que viajaron para evitar el asedio de la prensa mexicana, luego de que la publicación del libro de Aline Hernández, «La gloria por el infierno», y las denuncias de la familia de Yapor produjera que la policía los comenzara a buscar.
En esa época, algunas de ellas ya habían dado a luz a los hijos que esperaban de Andrade, mientras que otras, como era el caso de Gloria estaban a poco de que sus hijos nacieran, por lo que Portillo cuantificó que era seis de ellas las que estaban en esa situación; sin embargo, la predilección que el productor sentía por «la Trevi» quedaba en evidencia, ya que ellos dos vivían en un departamento aparte.
Según lo dicho en su podcast, Andrade vivía con Trevi por separado como una petición que la cantante de «Todos me miran» le hizo al productor, ya que al quedar embarazada sus deseos de formar una familia convencional a lado del músico crecieron, por lo que él comenzó a separarse del grupo de jóvenes para complacerla momentáneamente, pues Raquenel asegura que él nunca pensó en dejar a todas ellas, sobre todo, luego que había logrado manipularlas y tenerlas sometidas psicológicamente.
Fue cuestión de días para que la bebé de Gloria y Sergio naciera, la cual describió como una «muñequita», la que causó el encandilamiento no sólo de la madre, sino de Andrade, al rememorar que nunca lo había visto tan feliz, desde que se casó con Aline Hernández, y aunque la cantante le solicitó al productor que la llevaran a una iglesia a bautizarla bajo el nombre de Ana Dalay, tuvieron que improvisar una ceremonia en uno de los departamentos por miedo a ser descubiertos al exponerse públicamente.
Portillo fue a la que la madre y el padre eligieron como madrina, lo que fue un gran honor para María Raquenel, la que recuerda haber pensado que si no pudo llegar a ser madre, esa felicidad la viviría velando por el bienestar de Ana Dalay. En el bautizo improvisado, para el que algunas de las muchachas tomaron agua bendita de la iglesia en botellas de agua, nadie más que Gloria vistió apropiadamente, pues recuerda que usó un vestido largo azul, mientras que ella sólo tuvo tiempo de quitarse el delantal y esconderlo cerca para lucir lo más presentable posible.
Pero fue cuestión de días para que sucediera uno de los momentos que ella definió como los más terribles de su vida, el deceso de la recién nacida. Portillo dijo que, mientras llevaban a cabo las actividades diarias, los seis bebés eran acomodados en una cama, y a su alrededor, colocaban almohadas para que los neonatos no fueran a rodar o caer al suelo. Y en uno de esos días, Andrade le dio dinero para que fuera a comprar pollo rostizado para que comieran; a su regreso, preparó la mesa y comenzaron a comer; sin embargo, el momento se tornó pesado cuando el productor comenzó a discutir con una de las hermanas de la Cuesta.
Mientras la discusión se producía -recordó-, Gloria comenzó a inquietarse y le solicitó a Andrade que la permitiese ir a ver a su bebé; sin embargo, el siguió debatiendo con la otra joven, hasta que 20 minutos más tarde, pidió a Karla de la Cuesta que fuera por Ana Dalay, en búsqueda de que la cantante recobrara la calma, pero cuando la joven fue a la habitación demoró en regresar al cuarto donde todas estaban comiendo y al volver, su cara preocupó a todo el resto del grupo.
Raquenel cuenta que Andrade le pidió que quitara la cara de angustia que tenía, que hacía pensar que había visto un muerto, lo que produjo un silencio en la joven, que mostró el cuerpo de Ana, ya sin claros signos vitales, lo que produjo que Trevi gritara aterrorizada y se dejara caer al suelo, mientras que Reiguero tomó a la bebé en brazos y trató de reanimarla con respiración boca a boca, la cual también trató de ejecutar Portillo, sin que ninguna de las dos tuviera éxito.
Al día siguiente, hicieron una oración entre todas, en la que Gloria le decía a la Virgen que le entregaba a su bebé y , posteriormente, algunas de las jóvenes por mandato de Sergio, se llevaron el cuerpo de la bebé en una bolsa para enterrarlo en las orillas de un parque, cerca de un lago, aunque asegura que nunca supo sí esto se cumplió verdaderamente, pues el productor les hizo jurar a quienes se encargaron de su encomienda que no se volviera a hablar del tema.