LA NACION
Un hecho curioso se vivió en la noche del viernes, cuando ya finalizaba el encuentro entre Fluminense y Gremio, en la apertura de la fecha 32 del torneo Brasileirao. El equipo carioca, que hacía de local en el estadio Maracaná, vencía por 2 a 1, y transcurría el último de tiempo reglamentario. Restaba saber cuánto tiempo agregaría Matheus Delgado, pero para ganar algo de segundos y darle aire a su equipo, el entrenador de Flu, Mano Menezes, decidió realizar un par de modificaciones. Uno de los elegidos para ingresar era nada menos que Marcelo, una leyenda del fútbol brasileño, multicampeón con Real Madrid durante 16 temporadas, que decidió regresar en 2023 al club que lo vio nacer futbolísticamente.
Marcelo, de 36 años y campeón de la Copa Libertadores del año último, en aquella recordada final ante Boca, se acercó a la línea para entrar, mientras su entrenador le daba las últimas indicaciones. Pero hubo un comentario del lateral que al DT lo sacó de eje. Menezes se fastidió, empujó a Marcelo y lo mandó a sentarse. La leyenda no iba a tener minutos en un partido que luego tendría casi 10 minutos de tiempo agregado y que en el 90+9 vio el salvador gol del empate para Gremio, gracias a un penal de Reinaldo, en una acción en la terminó expulsado Felipe Melo.
El momento del incidente
Si bien no detalló qué fue lo que el lateral le dijo para enfurecerlo tanto, Mano Menezes no esquivó la cuestión durante la conferencia de prensa posterior al partido: “Iba a poner a Marcelo, pero hubo una cosa que no me gustó y cambié de opinión. Entonces, puse a John Kennedy”, fue la prágmática y sucinta explicación del entrenador de Fluminense.
Fluminense y Gremio están realizando una campaña bastante deslucida y ambos luchan en la mitad de la tabla por el ingreso a la Copa Sudamericana del año próximo. Gremio tiene 39 puntos, mientras que los de Río de Janeiro lo siguen con 37, aunque en esta jornada, si se dan algunos resultados, podrían quedar fuera de esa zona.