LUIS F. MEDINA G. Y SU PODER EN EL ICATECH: UN CLIMA DE TENSIÓN Y ABUSO DE AUTORIDAD
Ser «malaleche» no es sinónimo de resfrío, ni lo son la presunción o la prepotencia. Tampoco lo es ostentarse como el director de una orquesta sin saber manejar la batuta. El resfriado, generalmente, se alivia con un té de manzanilla, pero los problemas ocasionados por Luis F. Medina G., quien presume ser el coordinador general del ICATECH y asesor cercano del Director General, están generando un trastorno colectivo de estrés psicosocial dentro de la institución.
Medina se jacta abiertamente de su influencia sobre la contratación y despido de personal, lo que ha provocado un ambiente de incertidumbre y temor entre los empleados. En diversas reuniones informales, se le ha escuchado alardear de las nuevas contrataciones que ha realizado dentro del organismo, refiriéndose especialmente a sus colaboradores más cercanos, como Jorge A. García y Eugenia A. Jacinto.
Luis F. Medina, conocido entre sus allegados como «el angel face de Ponce», es quien tiene la última palabra sobre quién forma parte del equipo. Recientemente, su círculo cercano se amplió con la incorporación de César Díaz, quien, en los pasillos del ICATECH, es apodado «el violentador de mujeres». Junto a Eugenia A. Jacinto, quien parece gozar del poder otorgado por su relación cercana con Medina, este grupo se ha vuelto una figura dominante en la toma de decisiones del organismo. Se sabe que Medina G. no solo es secretario y consejero del Director General, sino también su compañero constante en viajes tanto nacionales como internacionales, lo que genera incomodidad y sospechas entre el personal.
Lo que más preocupa a los empleados es el clima de temor que se ha creado en torno a los cambios de humor de Medina, César Díaz y Eugenia Jacinto. La posibilidad de ser víctimas de intrigas o despidos injustificados está latente, ya que cualquier desacuerdo o desacato puede resultar en consecuencias laborales graves. Aquel que se atreva a presentar una queja ante el Director General podría acabar como Ulises Hidalgo y Carlos Durán, quienes fueron removidos de sus puestos simplemente por negarse a adular o justificar gastos personales de Medina G.
En peligro de ser despedido también está Jorge A. García, director administrativo, quien no parece gozar de la confianza de Medina, probablemente por no ceder a las presiones de aceptar pagos injustificados o viáticos sin justificación.
Juzgue usted mismo.
Por «El Chismoso», para Ego Chihuahua.