Los olvidados de la “barandilla”
Observando el inspirador discurso pronunciado por nuestra alcaldesa María Eugenia Campos Galván, del pasado día 30 de mayo del año en curso, en el cual refiere que un día antes, nuestro gobernador había presentado el semáforo para el reinicio de actividades con motivo de la pandemia del Covid-19, señalando que el mismo continuaba en rojo, lo que significaba un alto riesgo de contagio, instándonos a seguir extremando cuidados y a no bajar la guardia; señalando que a partir del 1º de junio, no íbamos a regresar a nuestras actividades “normales”, sino que debíamos continuar con los cuidados preventivos, la sana distancia, la restricción de actividades y de movilidad y que solo seguirían operando las actividades esenciales, a las que se suman algunas otras áreas, siguiendo ciertos protocolos.
Enfatiza la alcaldesa muy sonriente en que continuemos cuidándonos, a salir de casa lo menos posible, a lavarnos las manos “obsesivamente”, usar cubre bocas, guardar distancia mínima de metro y medio y evitar las conglomeraciones, manifestando estar segura de que los chihuahuenses tenemos la resilencia, responsabilidad y solidaridad para hacer frente a la crisis de la que vamos a salir adelante juntos.
Sin duda un discurso muy positivo y muy emotivo, pero a la vez lleno de hipocresía y de doble moral por parte de la señora, con el respeto que me merece.
Hemos oído hablar del personal de salud y de los elementos policiacos, entre otros, como “los héroes sin capa”, al continuar cumpliendo con sus nobles labores en estos tiempos pandémicos y efectivamente muy loables sus labores y muy merecido el mote, por lo que toca a cada uno de ellos. Pero la famosa área llamada “barandilla” ubicada en cada una de las comandancias de la D.S.P.M., sin duda es de las áreas más olvidadas del Municipio y particularmente de las más olvidadas por la señora alcaldesa.
Porque mientras que en la mayoría de las áreas de trabajo del Municipio, que no son áreas esenciales, se está trabajando a través del llamado “home office”, o bien por medio de guardias reducidas en días determinados, para evitar el contacto con el público, entre otras medidas y por supuesto, respetando en todas ellas las restricciones dadas a nivel municipal, nacional e incluso internacional, retirando al personal “vulnerable”, es decir, a todos esos empleados que son adultos mayores, mujeres embarazada y personas que padecen enfermedades crónicas degenerativas. Pero en la famosa y olvidada “barandilla” esto no sucede; pues es sabido que de dicha área únicamente se cumplió con el protocolo de enviar a guardar cuarentena a sus casas a los empleados que entran en la categoría de adultos mayores y mujeres embarazadas, pero nada más, existiendo no uno, sino diversos empleados que padecen dichas enfermedades crónico-degenerativas y que aun así han permanecido laborando, acatando las instrucciones de sus superiores, pues únicamente serían enviados a sus casas a guardar cuarentena, en el caso de que sus enfermedades no se encontraran “controladas”.
Por otro lado, fue conocido que las estadísticas en cuanto a las detenciones realizadas por los elementos preventivos de la D.S.P.M. disminuyeron al menos durante un breve lapso de tiempo, precisamente como una de las medidas preventivas que se tomaron con motivo de la pandemia por Covid-19 que estamos viviendo, así pues se limitaron dichas detenciones a casos verdaderamente relevantes y aplicando de manera efectiva el Reglamento de Justicia Cívica, implementándose la actuación “in situ” de los elementos preventivos.
Sin embargo, poco duro lo anterior, pues es sabido que los elementos tienen de nueva cuenta instrucciones superiores de llenar cierta “cuota” diaria de detenciones, lo que conlleva a muchas detenciones arbitrarias, carentes de justificación así como de fundamentación o motivación e incluso inventadas, todo con el fin de cumplir con los números que se les exige, justificando muchas veces su actuar precisamente en las llamadas “órdenes superiores”.
Y así, siendo completamente negligentes, se dedican a abarrotar de personas detenidas ambas comandancias, muchas veces injustificadamente y otras tantas innecesariamente, al ignorar el deber ser de su actuación “in situ”, así como el propósito para el cual fue creado el Reglamento de Justicia Cívica, respecto del cual y siendo sinceros, muchos de ellos ignoran, pues ni siquiera lo han leído, aumentando irresponsable y negligentemente el riesgo de contagio para ellos mismos, para los detenidos y para el olvidado personal que labora en dicho lugar. Esto a pesar de que fue la misma alcaldesa quien en ese inspirador discurso del 30 de mayo instó a la ciudadanía a evitar las conglomeraciones, a no bajar la guardia, a cuidarnos y protegernos, pero son sus mismos elementos quienes ignoran sus recomendaciones, incluso enfadándose cuando dichos detenidos son puestos en libertad “demasiado pronto” según sus apreciaciones particulares, ya sea porque al momento de ingresar presentaron algún síntoma de Covid-19 a consideración del médico de turno, o bien por alguna otra circunstancia.
Por último y no menos importante es la información en cuanto a la existencia actual de un caso positivo de Covid-19 y uno más sospechoso, de entre esos mismos empleados olvidados de la “barandilla”, continuando el resto de ellos trabajando, aguantando y esperando, ya sea a que la señora Alcaldesa se acuerde de ellos, o a contagiarse de Covid-19.
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Los olvidados de la “barandilla” Es de un anónimo de la Comandancia dicen que está duro el ambiente
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