YOHAN URIBE
Como cada fin de año, en diferentes medios de comunicación críticos, comentaristas, periodistas y especialistas, se encargan de elaborar las listas de los libros, que desde diferentes géneros, tienen una relevancia importante durante el año.
Durante el año que llega a su fin, la industria editorial comprobó, de nueva cuenta, que la vigencia del libro impreso sigue y seguirá por muchos años, alimentando la curiosidad y el placer de millones de lectores en todo el mundo.
Para está lista, El Siglo de Torreón, consulta diferentes portales de internet como www.quelibroleo.com alimentado por editoriales, lectores y autores, o, www.abc.es ofrecen su propia lista, al igual que revistas culturales, algunos periódicos, e incluso blogs que se encargan de hacer numerosas listas, de la que compartimos algunas.
Pelea de gallos, de María Fernanda Ampuero
Un libro que narra desde diferentes voces el hogar, ese espacio que construye, o destruye, a las personas, aborda los vínculos familiares y sus códigos secretos, las relaciones de poder, el afecto, los silencios, la solidaridad, el abuso… Es decir, todos los horrores y maravillas que se encierran entre las cuatro paredes de una casa: el espanto y la gloria de nuestras vidas cotidianas. Con una gran técnica y una forma singular de abordar a sus personajes, la escritora ecuatoriana recurre a la soledad, el miedo, el amor y el deseo, para narrar la vida misma.
Kentukis, de Samanta Schweblin
Casi siempre comienza en los hogares. Ya se registran miles de casos en Vancouver, Hong Kong, Tel Aviv, Barcelona, Oaxaca… y se está propagando rápidamente a todos los rincones del mundo. No son mascotas, ni fantasmas, ni robots. Son ciudadanos reales. Los personajes de esta novela encarnan el costado más real, y a la vez imprevisible, de la compleja relación que tenemos con la tecnología, renovando la noción del vouyerismo y exponiendo al lector a los límites del prejuicio, el cuidado de los otros, la intimidad, el deseo y las buenas intenciones de los anónimos.
Lincoln en el Bardo, de George Saunders
Febrero de 1862. En medio de la sangrienta guerra civil que divide al país en dos, el hijo de doce años del presidente Lincoln está gravemente enfermo. En cuestión de pocos días, el pequeño Willie muere y su cuerpo es trasladado hasta un cementerio en Georgetown. Los periódicos de la época recogen a un Lincoln deshecho por la pena que visita la tumba en varias ocasiones para guardar el cuerpo de su hijo. A partir de este hecho histórico, Saunders despliega una historia inolvidable sobre el amor y la pérdida que se adentra en el territorio de lo sobrenatural.
Ahora me rindo y eso es todo, de Álvaro Enrigue
Esta novela descomunal arranca con una vindicación de la escritura y la construcción de un paisaje. Ese paisaje es fronterizo, entre México y Estados Unidos, y en él irán apareciendo personajes, del pasado y del presente. Asoman misioneros, colonos y también los otros, los indios de las tribus ya civilizadas, o aún salvajes. Asoma una mujer, Camila, que huye por el desierto, y un hombre, el teniente coronel José María Zuloaga, que persigue por ese desierto a unos indios que han robado ganado. Y también el mito de Gerónimo, el apache rebelde.
Prestigio, de Rachel Cusk
En un avión, una mujer escucha a su vecino de vuelo contarle la historia de su vida: su trabajo, su matrimonio y la horrible noche que acaba de pasar enterrando al perro de la familia. Esta mujer es Faye, una escritora que viaja a Europa para promocionar el libro que acaba de publicar. Ya en su destino, sus conversaciones con la gente que se encuentra le revelan al lector las más profundas inquietudes humanas sobre la familia, el amor, la política, el arte, o la justicia y la injusticia. La tensión entre lo que sus interlocutores son y lo que dicen ser se acrecienta a medida que la narración avanza.
Siete cuentos morales, de Coetzee
Cada cuento funciona como un rompecabezas, un objeto hipnotizante que parece llevarnos a otra parte pero termina por reubicarnos frente a nuestra propia realidad. Nos proponen nada menos que repensar cómo interpretamos las consecuencias de nuestras decisiones cotidianas. Hay algo en este libro que recuerda la antigua, perenne ley del budismo: compasión hacia todo ser viviente. Una ficción didáctica, pero a su vez los relatos sorprenden por su capacidad de convocarnos a reflexionar sobre los desafíos que compartimos y que van más allá de lo individual.
El orden del día, de Éric Vuillard
Esta novela desvela los mercadeos y vulgares intereses comunes, las falsedades y posverdades, que hicieron posible el ascenso del nazismo y su dominio en Europa hasta la Segunda Guerra Mundial, con las consecuencias de todos conocidas. El orden del día narra de un modo trepidante y muy novedoso, en escenas memorables, las bambalinas del ascenso de Hitler al poder, en una lección de literatura, historia y moral política. Recuerda que en febrero de 1933, en el Reichstag tuvo lugar una reunión secreta, que no estaba en el orden del día, con los industriales alemanes.
Chica de campo, de Edna O’Brien
La primera novela de Edna O’Brien, se publicó en 1960 y escandalizó tanto a la gente de su pueblo que el libro fue quemado en público en la plaza mayor. Hay en estas páginas mucho de acción y de reflexión, y una personalidad singularísima: conventos de monjas, fugas, divorcios, maternidad… incluso locas fiestas en el Londres de los años sesenta y encuentros con gigantes de Hollywood. Y también, de manera central, amor. Mucho amor: feliz en alguna ocasión y, sobre todo, no correspondido. Una narración embriagadora, mucho más apasionante que cualquier novela.
Otras listas
Otras listas que reconocen los libros más destacados del año son la de.
El País
– El libro de Tamar, de Tamara Kamenszain.
– Fractura, de Andrés Neuman.
– Visión binocular, de Edith Pearlman.
– Filek, de Ignacio Martínez Pisón.
– Lo que más me gusta son los monstruos, de Emil Ferris.
Quelibroleo.com
– Trilogía de Auschwitz, de Primo Levi.´
– Patria, de Ferando Aramburu.´
– Caballo de fuego, de Florencia Bonelli.´
– El color de la leche, de Nell Leyshon.´
– Voto a brios, de Terry Pratchett.
En los blog
– Ordesa, de Manuel Vilas.
– Un andar solitario entre la gente, de Antonio Muñoz.´
– La desaparición de stephanie mailer, de Joël Dicker.´
– Las posesiones, de Llucia Ramis.
– La mujer singular y la ciudad, de Vivian Gornick.
– Los perros duros no bailan, de Arturo Pérez-Reverte.
– Estamos todas bien, de Ana Penyas.
Arcadia
– Vertigo, de Joanna Walsh.
– Donde nadie me espere, Piedad Bonnett.
– Cicatrices, de Juan José Naer.
– El olor de las almendras amargas, de Nelson Ricardo Téllez.
Amazon
– Destroza este diario, de Keri Smith.
– Memorias de una salvaje, de Srta. Bebi.
– Yo, Julia, de Santiago Posteguillo.
Destape
La revelación literaria argentina según The Wall Street Journal, el escritor argentino Kike Ferrari, presentó este año Que de lejos parecen moscas. Este argentino, que comenzó su trabajo hace cuatro años en la estación Pasteur-Amia del metro de Buenos Aires, donde se dedica a limpiar las instalaciones, combina baldazos de agua y el recambio de bolsas de basura con bolígrafos y papel. El señor Machi es el perfecto reflejo del éxito y del desprecio. Dueño de un pequeño imperio en Argentina, hizo su fortuna bajo la dictadura militar y luego la afianzó bajo los dos primeros gobiernos de la democracia casándose con una mujer de doble apellido, hija de un terrateniente. Lo que no le impide rodearse de bellas mujeres que obedecen a todos sus caprichos. Tiene un BMW, una colección de trescientas corbatas y diez millones de dólares en el banco. La cocaína y la pastilla azul, le permiten distraerse de las quejas de su esposa por sus infidelidades y de las debilidades de sus hijos, tan distintos a él, pero sobre todo lo ayudan a ignorar a sus muchos enemigos.