Una tradición llena de arte magia y cultura.
CUITLÁHUAC, Ver. – En el inicio de la Semana Santa de este año, del 14 al 20 de abril, Los Judas de Cuitláhuac una tradición que se compone de una comparsa de más de 300 personas, harán su aparición por las principales calles de esta ciudad, concentrándose en la plaza principal, una tradición de aproximadamente 136 años. Los Judas de Cuitláhuac están divididos en tres clases de personajes: judíos, reyes y diablos; 420 judas, 120 reyes y 30 diablos, en total son aproximadamente 570 personas de diferentes edades que cada año participan en esta festividad.
El sonido de los cascabeles y los chicotazos, son la esencia cuitlahuense Semana Santa.
Los judíos tienen un atuendo muy alegre, con pantalones hasta las rodillas de diversos colores, adornados con cascabeles, una camisa de manga corta de cualquier tono y una máscara blanca que es sostenida por un sombrero cubierto de flores de papel, además cuentan con una garrocha adornada con tiras de papel de diversos colores simulando una lanza, que agitan en sus múltiples recorridos por la ciudad. Dichos personajes encarnan al pueblo judío y son la alegría dentro de la comparsa.
Si hablamos de los reyes, estos usan una túnica hasta las rodillas y una capa que puede ser bordada o pintada por artesanos del municipio; una máscara blanca y una corona adornada con espejos y cascabeles. El chicote o chicotillo, consiste en una correa de cuero sostenida por un trozo de madera. Estos personajes encarnan al rey Herodes, Pilatos, Caifás, Barrabas y Rey de Varas. Son los encargados de guiar y mantener el orden dentro de la comparsa en base a las melodías de un tamborcillo ejecutadas por el rey Herodes.
Si hablamos de maldad, entonces tenemos a los diablos quienes utilizan colores rojos, negro, amarillo y gris, que lucen un sombrero de tenate que sujeta unos cuernos de madera, largos bigotes y mascara; así mismo, utilizan huaraches y calcetas del mismo color de su atuendo. Como arma para imponer miedo y respeto, usan un látigo o chirrión elaborado con una reata a la que sostiene una correa de cuero. Los diablos grises encarnan a Judas, los rojos representan la maldad que se apoderó del pueblo, los amarillos a Judas Iscariote después de su traición.
La tradición comienza con la bendición de palmas en domingo de ramos, y culmina con la quema de judas el sábado de gloria, que se lleva a cabo a partir de las 11 de la noche con la persecución del Judas Gris, quien escapa a toda carrera, pero lo atrapan y con ello es mostrado a la población que pide sea quemado. El muñeco con figura de diablo gris comienza a explotar, los actores danzan y agitan sus garrochas y chirriones.000