JIRONES DE NUESTRA HISTORIA
LOS INTENTOS DE FILIBUSTEROS, MERCENARIOS Y AVENTUREROS POR INVADIR BAJA CALIFORNIA Y SONORA; EJÉRCITO Y CAUDILLOS LOCALES LO IMPIDIERON. HISTORIA ESCONDIDA DE MÉXICO.
Por: José Luis Jaramillo Vela
Falta de oportunidades y territorios poco poblados
En 1840, había mucha gente en Estados Unidos que no veía muy claro su futuro, por falta de oportunidades y eso provocaba que no supieran qué hacer para sobrevivir; algunos emigraron hacia el oeste, buscando fortuna en aquellos inmensos territorios desérticos; muchos otros se engancharon en el filibusterismo, que originalmente era una especie de piratería, con la diferencia de que los filibusteros no se adentraban en alta mar, bordeaban los litorales asaltando y saqueando pueblos costeros, principalmente en el Caribe, las Antillas y Centroamérica.
Hacia finales de esa época, se descubren yacimientos de oro en California, originando la fiebre del oro y también la enorme concentración de gente en esa región; no todos tuvieron tanta suerte, al no haber oro para todos, muchos volvieron a quedar igual, sin dinero y sin un trabajo estable ocasionando un gran incremento en la delincuencia al haber oro y dinero circulando.
Muchos de ellos pensaron venir a establecerse en nuestro país, pero las condiciones no eran favorables, México acababa de perder la mitad de su territorio y el sentimiento antiestadounidense era muy fuerte, además el Gobierno Mexicano había decretado que ninguna persona de origen estadounidense podría establecerse en México ni poseer propiedades.
Al Gobierno Mexicano le urgía poblar y colonizar estos territorios, porque ya sabía que la República de Texas (aún no era Estado) y su presidente Samuel Houston tenían en la mira dichos territorios; entonces el General Juan Nepomuceno Almonte (hijo de José María Morelos y uno de los más grandes traidores a la Patria) le presenta a Santa Anna un plan para colonizar esas regiones; Almonte pretendía atraer colonos alemanes, ingleses y franceses ofreciendo oportunidades para establecerse como agricultores, ganaderos, mineros e industriales, pero a Santa Anna no le agradó el plan.
Para 1850 ya había varios “interesados” en invadir Baja California y Sonora, el término filibustero ya había cambiado y ahora se usaba para referirse a quienes iniciaban guerras con ejércitos privados, sin autorización de ningún gobierno constituido legalmente; en la lista ya había cuatro apuntados, aunque cada uno por su cuenta.
Todos ellos siguieron un mismo patrón en cuanto a organización, apoyos, estrategias y fines; empezaron por reclutar personas que habían perdido las esperanzas de hacer fortuna en California; fueron financiados por particulares con la promesa de que una vez concretada la invasión les serían cedidas extensiones de tierras. Otra cosa en común que tenían estos líderes filibusteros era que apoyaban el esclavismo y pretendían implantarlo en Sonora y Baja California.
Joseph Morehead, el primer filibustero en intentarlo en 1851
Este personaje originario de Kentucky, era un veterano de la guerra contra México y al momento de tramar su plan, era el Superintendente del Ejército de Estados Unidos en California, encargado de administrar el armamento, municiones, pertrechos y aprovisionamiento; reclutó a cuatrocientos hombres y a todos los armó y aprovisionó, sustrayendo sin autorización superior, cuatrocientos rifles, revólveres y equipos militares.
El plan de Morehead era atacar a Sonora por tres frentes: una sección llegaría al Puerto de La Paz, para de ahí atacar por Guaymas; otra sección desembarcaría en Mazatlán para desde ahí entrar por el sur de Sonora y otra sección entraría por tierra cruzando la frontera con Arizona, para cerrar la pinza apoderándose de Ures, una vez sometida la capital, todo el Estado estaría en su poder para instaurar la República de Sonora.
Con lo que no contaba Morehead, era que el Ejército de Estados Unidos le imputó una acusación penal por el robo de cuatrocientos equipos militares comprados con dinero público y fue detenido en San Francisco; arregló la devolución de las armas a cambio de su libertad, pero eso ocasionó la deserción de casi todo su ejército; de cuatrocientos que iban a embarcar con él, solo lo hicieron cuarenta, más una pequeña fuerza de 67 hombres que iban a cruzar por tierra.
El 8 de mayo de 1851, Joseph Morehead llega al Puerto de La Paz, pero no pudo desembarcar, ya lo esperaba el Ejército Mexicano, avisados por el Consulado de México en San Francisco. Morehead decide seguir con el plan y se dirige con sus cuarenta hombres hacia Mazatlán, en donde el Gobierno Federal les permite desembarcar solamente para reabastecer provisiones y ser deportados de nuevo a San Francisco; mientras que los 67 hombres que cruzaron por tierra fueron detenidos en la Guarnición Militar de Santa Cruz, Sonora y entregados a las autoridades de Tucson, Arizona. Este fue el primer filibustero gringo que trató de apoderarse de Sonora y se llevó un sonoro fracaso.
El Conde Gastón de Raousset-Boulbon, el segundo filibustero en intentarlo en 1852
Un aristócrata francés venido a menos y caído en desgracia al dilapidar su fortuna en el juego, las mujeres y las trasnochadas, al no ser aceptado ya por la aristocracia francesa, se traslada a San Francisco a probar fortuna; ahí se entera de que su compatriota Charles de Pindray había establecido una colonia en Sonora y se dedicaban a la minería, eso despertó el interés de Raousset por Sonora, aunque con otras intenciones.
Gastón de Raousset consigue un permiso de explotación de la Mina “La Arizona” en Sáric, Sonora; el 1 de junio de 1852 desembarca con 250 hombres en Guaymas, donde ya lo espera el General Manuel María Jiménez, representante de la minera para llevarlos a Sáric; pero también estaba el General Miguel Blanco Múzquiz, jefe de la Guarnición Militar de Guaymas y quería saber quienes estaban llegando; Blanco le da la orden de ir bordeando el Río Sonora y le ordena esperarlo en Arizpe para revisar las credenciales de todos sus hombres.
De Raousset se da cuenta de que si se va a Arizpe, en la revisión, el General Blanco les va a encontrar las armas que traían escondidas entre los equipos de minería y decide irse directo a Sáric, entonces Blanco le envía un emisario con una nota que le reclama su proceder y le exige registrar a su gente; de Raousset vuelve a desobedecer a Blanco y ordena a sus hombres tomar el pueblo de Sáric e instalar una bandera con la leyenda “Independencia de Sonora”;
después de ahí se marchó a Hermosillo y tomó la ciudad por la fuerza, pero un ataque de disentería los obliga a moverse hacia Guaymas, donde el General Blanco ya los esperaba con 800 hombres y son expulsados de México.
William Walker, el tercer filibustero en intentarlo en 1853
Este vivales, originario de Nashville, Tennessee y de familias acomodadas, era un tipo demasiado inquieto, con ambiciones desmedidas y además de filibustero, era también un verdadero embustero; Walker de manera abierta expuso sus proyectos de invadir a Sonora y Baja California con “fines humanitarios” ya que aseguraba que el fin de ocupar Sonora era para proteger a los pobladores de los ataques de los apaches.
Pero Walker cometió un “pequeño” error, invitó al General José Antonio Castro a unirse a su ejército de norteamericanos para invadir Sonora y sublevarse contra el Gobierno Mexicano, desconociendo Walker que Castro había sido Gobernador de California, pero seguía conservando su ciudadanía mexicana; el General Castro se rehusó de manera tajante y no solo eso, además su patriotismo y su honor militar le hicieron emitir una notificación al Gobierno Mexicano sobre las intenciones de Walker.
El 3 de noviembre de 1853, William Walker y 230 mercenarios desembarcan y toman la localidad de La Paz, Baja California Sur, en donde iza la bandera de la República de Baja California con dos franjas rojas y en medio una color naranja y en el extremo izquierdo un recuadro blanco con una estrella azul; proclama a la República de Baja California como “una nación soberana e independiente” y se autonombra como Presidente; luego se regresa por donde vino, hasta el Puerto de Ensenada, para de ahí iniciar la travesía por tierra para ocupar Sonora.
Walker y su gente someten a la gente de Ensenada y los hacen jurar lealtad a la nueva república y avanza hacia Sonora, pero el desconocimiento del terreno les juega muy rudo, la Sierra de La Rumorosa fue inclemente con ellos, cuando por fin logran cruzar La Rumorosa, para su desgracia los recibe el enorme e inhóspito Desierto de Altar, a donde llegaron en unas condiciones deplorables y quisieron someter al poblado de San Luis Río Colorado, Sonora donde izaron la bandera con dos franjas rojas, una blanca y dos estrellas que era la bandera de la República de Baja California y Sonora.
Ahí en San Luis Río Colorado, son atacados y derrotados por el caudillo de origen Cucapá, Antonio María Melendrez Ceseña, quien en Ensenada había formado un grupo para la defensa de la región y los fueron siguiendo sin que pudieran darse cuenta, hasta que les cayeron y los derrotaron; William Walker y 140 de sus hombres son hechos prisioneros y llevados por Melendrez a la pequeña Ranchería de la Tía Juana (actual Tijuana); ahí Walker recibe otra demoledora sorpresa, resulta que el General José Antonio Castro era el nuevo Gobernador de la Península de Baja California, designado por Santa Anna. Finalmente, Castro los entrega a las autoridades estadounidenses en San Diego, California.
Conde Gastón de Raousset-Boulbon, ataca de nuevo en 1854
Este redomado bribón de siete suelas no aprendió a la primera y vuelve a reunir hombres para intentar de nuevo quedarse con Sonora; en San Francisco reúne a 400 mercenarios y se hace a la mar rumbo a Guaymas; mientras, el Consulado de México en San Francisco notifica al Gobierno Mexicano que de Raousset va de nuevo a atacar a Guaymas; el General José María Yáñez Carrillo quien era Gobernador de Sinaloa, recibe una notificación de Santa Anna donde lo designa también como Gobernador de Sonora, con la orden de trasladarse a Guaymas para la defensa del puerto.
En Guaymas el Gobernador del Estado, General José María Yáñez y el General Ignacio Alatorre envían un mensaje a La Paz, exigiéndole a de Raousset que desista y se regrese a Estados Unidos, la respuesta fue negativa y el 13 de julio de 1854, el Conde Gastón de Raousset desembarca en Guaymas con cuatrocientos mercenarios dispuestos a
quitarle el Estado de Sonora a México, mientras que las tropas de Yáñez y Alatorre apenas sumaban unos 250 soldados mexicanos.
De pronto, como caído del cielo, surge la figura de otro caudillo, el Indio Cajeme al frente de más de trescientos bravos guerreros Yaquis que llegaron en apoyo a las tropas federales en contra del invasor; cuando los mercenarios del Conde de Raousset vieron que era imposible ganar la batalla, muchos huyeron y desertaron, otros permanecieron pero fueron derrotados y obligados a rendirse; el Conde Gastón de Raousset terminó escondiéndose en el Consulado de Francia en Guaymas y hasta ahí fue el Indio Cajeme a sacarlo para entregarlo a los militares.
Tras ser enjuiciado por un Consejo de Guerra, es encontrado culpable de todos los cargos y es sentenciado a la pena de muerte por fusilamiento. Finalmente, al amanecer del 12 de agosto de 1854, en la plaza del muelle de Guaymas, es fusilado el Conde Gastón de Raousset-Boulbon.
Henry Alexander Crabb, el cuarto filibustero en intentarlo en 1857
También originario de Nashville, Tennessee y amigo de William Walker, pues estudiaron juntos la carrera de Derecho, este fue quizá el más peligroso y el más decidido de estos cuatro rufianes filibusteros; abiertamente reconocía que su intención era anexar Baja California y Sonora a Estados Unidos; este tipo era un maestro de la intriga, el engaño y la manipulación.
El método que utilizó Crabb, su modus operandi, fue la intriga, sembró discordias y creó un caos entre los políticos, ricachones y ciudadanía, además tenía mucha atención de la prensa estadounidense que le generaba una opinión pública favorable para sus pretensiones de intervención, separación y anexión de territorios extranjeros; pero ¿cómo fue realmente que operó Crabb?.
Lo que hizo Crabb, fue apoyarse en Agustín Ainza, cuya familia de empresarios había llegado de España y se habían asentado en Sonora, después en Filipinas y por último en California, por lo que los Ainza tenían muchos contactos en Sonora; aprovecharon que, en ese momento entre algunos políticos y algunos personajes pudientes, existía un sentimiento de rechazo hacia el gobierno centralista de México y por ahí se metieron y fueron abriendo camino.
Crabb se encargó de los políticos y militares y Agustín Ainza se encargó de la gente de poder económico; el Gobernador Ignacio Pesqueira recibió a Crabb en Ures, que en ese momento era la Capital de Sonora, ahí Crabb le planteó la separación de Sonora, Pesqueira lo escuchó y le respondió que sí había diferencias con la Federación, como la tenían otros Estados, pero no era nada que no se pudiera solucionar y Crabb le comentó que tenía ya el apoyo del General Manuel María Gándara, jefe de operaciones militares en Sonora; a su vez, Crabb le comentó a Gándara que el Gobernador Pesqueira estaba de acuerdo en apoyar la separación de Sonora.
Por su parte, Agustín Ainza se encargó de promover y propagar entre la élite sonorense, la idea de la separación de Sonora del resto de México y por supuesto, les dijo que los políticos y militares estaban de acuerdo en apoyar el movimiento separatista; esto generó la reacción inmediata del Gobierno Federal, el Gobernador Pesqueira y el Jefe Militar Gándara negaron haber ofrecido ningún apoyo a Crabb y lo tacharon de mentiroso.
Al estallar la bomba, Crabb cambió su discurso y se volvió muy agresivo, amenazante y altanero hacia las autoridades de Sonora y de México y fue muy claro al decir que iba a tomar el control de Sonora y Baja California. El General José María Yáñez, que para ese momento era el Jefe de Operaciones Militares en Jalisco, recibe la orden de movilizarse hacia Caborca, Sonora, en el camino se le unirían tropas en Tepic, Nayarit y Culiacán, Sinaloa.
Crabb cruzó la frontera por Lukeville, Arizona y Sonoyta, Sonora con doscientos hombres muy bien armados, equipados y pertrechados, por su parte, de San Francisco había zarpado un barco con mil mercenarios igualmente bien armados, que desembarcarían en Puerto Lobos, Sonora; la intención de Crabb era ocupar Caborca para desde
ahí poder operar la ocupación a Sonora y a Baja California; en Quitovac les hizo frente un grupo de unos cuarenta civiles armados, a los que derrotaron fácilmente y siguieron rumbo a Caborca, donde se supone que ya los debían estar esperando otros mil hombres que desembarcarían en Puerto Lobos.
Puerto Lobos está a 80 kms. de Caborca, pero ahí no desembarcó nadie, mucho menos mil mercenarios norteamericanos, lo único que se sabe es que zarparon de San Francisco pero nunca llegaron a su destino, tampoco se sabe que hayan naufragado y no se reporta que se haya visto ese barco, tampoco regresó ni desembarcó en ningún lado. Sin el apoyo de esos mil mercenarios, el 6 de abril de 1857, Crabb llega a Caborca, Sonora solo para ser derrotado por el General José María Yáñez, quien lo obligó a rendirse.
Al día siguiente, 7 de abril por la mañana, Crabb y 70 prisioneros fueron llevados al cementerio y ahí fueron fusilados todos en grupos de diez, solo respetaron la vida de un jovencito de 17 años, por ser menor de edad; a Crabb se le permitió escribir una carta para su esposa y se le otorgó la gracia de ser fusilado en solitario.
* El General José María Yáñez, es el único mexicano en la historia que ha sido Gobernador de dos Estados al mismo tiempo (Sinaloa y Sonora).
* El caudillo Yaqui, Indio Cajeme en Sonora, se llamó José María Leyva Pérez y el caudillo Cucapá, en Baja California Antonio María Melendrez Ceseña, ayudaron a sacar a estos invasores de nuestro territorio.
* El filibustero William Walker fue encarcelado por el Gobierno de Estados Unidos por atacar a México; al salir de prisión, forma otro ejército de mercenarios y se dirige a Nicaragua, sometiendo al país, apoderándose de su territorio y nombrándose Presidente.
* Del barco que zarpó de San Francisco, California rumbo a Puerto Lobos, Sonora, con mil mercenarios a bordo, nunca se supo de ellos; lo más probable es que hayan naufragado, aunque son aguas con mucha navegación, nadie reportó haberlos visto.
Fuentes Bibliográficas:
+ mexicoarmado.com
+ memoriapoliticademexico.org
+ históricas.unam.mx
+ mexicodesconocido.com.mx
+ cipes.gob.mx
+ lhistoria.com
+ es.wikipedia.org