El Triásico tardío fue también importante para el surgimiento de los grupos de las coníferas modernas
EFE
La aparición de los dinosaurios coincidió con los cambios medioambientales que provocaron grandes erupciones volcánicas en el Triásico tardío, hace más de 230 millones de años, asegura un estudio que publica PNAS.
Aquel periodo de la historia de la Tierra fue también importante para el surgimiento de los grupos de las coníferas modernas y tuvo un gran impacto en la evolución de los ecosistemas terrestres y la vida animal, desde helechos a cocodrilos pasando por tortugas, insectos y los primeros mamíferos.
El equipo investigador analizó sedimentos y registros de plantas fósiles de un lago de la cuenca de Jiyuan, en el norte de China, y estableció una correspondencia entre los pulsos de actividad volcánica y los cambios medioambientales significativos, como el Episodio Pluvial del Triásico Tardío (EPT), hace entre 234 y 232 millones de años.
Ese periodo relativamente largo de actividad volcánica y cambio ambiental habría tenido consecuencias considerables para los animales terrestres.
En aquella época los dinosaurios acababan de empezar a diversificarse y «es probable que, sin este acontecimiento, nunca hubieran alcanzado el dominio ecológico que observamos durante los siguientes 150 millones de años», según Emma Dunne, de la Universidad de Birmingham y una de las autoras del estudio
La investigación revela cuatro episodios de actividad volcánica durante ese periodo, cuyo origen más probable son las grandes erupciones volcánicas de la Gran Provincia Ígnea de Wrangellia, cuyos restos se conservan en el oeste de Norteamérica.
Durante dos millones de años, la vida experimentó importantes cambios, «incluyendo extinciones selectivas en el ámbito marino y la diversificación de grupos de plantas y animales en tierra», lo que coincide con el EPT, destacó Janson Carniano, de la Universidad de Birmingham.
El científico señaló que un registro detallado del lago chino indica que este período puede deberse, en realidad, a cuatro eventos distintos, «cada uno de ellos impulsado por pulsos discretos de poderosa actividad volcánica asociados con enormes emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera», que desencadenaron un aumento de la temperatura y la humedad globales.
Cada fase de erupción volcánica coincidió con una gran perturbación del ciclo global del carbono e importantes cambios climáticos hacia condiciones más húmedas, así como la profundización del lago con la correspondiente disminución de oxígeno y vida animal.
El estudio agrega que eventos geológicos de un marco temporal similar en Europa Central, Groenlandia Oriental, Marruecos, América del Norte y Argentina, entre otros lugares, indican que el aumento de las precipitaciones dio lugar a una expansión generalizada de las cuencas de drenaje que convergen en lagos o pantanos, en lugar de ríos u océanos.
Las grandes erupciones volcánicas «pueden producirse en pulsos múltiples y discretos, lo que demuestra su poderosa capacidad para alterar el ciclo global del carbono, causar trastornos climáticos e hidrológicos e impulsar procesos evolutivos», destacó otra de las autoras Sarah Greene, también de la Universidad de Birmingham.