El tráiler de la tercera temporada choca con la urgencia superficial que despliega
El tráiler de la tercera temporada nos muestra cómo Luke jugará el papel de Celestino en la vida de Penélope, entrenándola y ayudándola en su búsqueda de marido, aunque ella lleva toda su vida enamorada de él. El tercer hijo de los Bridgerton sigue viéndola como una amiga, al menos al principio, porque cuando Penélope (o la verdadera Lady Whistledown) pasa por un make over con la clásica entrada triunfal en escaleras, el joven comenzaría a verla con otros ojos, sintiendo celos y dudando de sus sentimientos, que según deja entrever el tráiler, serviría de colofón para despertar el amor.
Una estrategia que salta a la vista
Los responsables de la serie de Netflix no esconden la maniobra y por partida doble. Primero presentando a un Colin físicamente renovado. El joven ha vuelto de sus aventuras ‘embellecido’ con nuevo corte de pelo, más delgado, luciendo músculos y un estilo similar al de los héroes románticos anteriores -Regé-Jean Page y Jonathan Bailey- a través de primeros planos que se centran en enfocar la atención en la belleza y miradas seductoras.
Como si el personaje de Colin, que hasta ahora servía como hermano secundario sin ningun interés romántico a su favor (estuvo enamorado de Marina Thompson pero no fue correspondido), necesitara de esta transformación para ser un héroe romántico creíble. A todo esto se suma la transformación de Penélope que, aparentemente cansada de pasar desapercibida, opta por su propio make over de película.
“Al parecer cada Bridgerton nació para llamar la atención. Para algunas de nosotras, la atención es escasa”, se lamenta la nueva protagonista. Y entonces toma la sartén por el mango.
Un vestido de brillos, joyas y maquillaje la ayudan a deslumbrar en una fiesta, bajando las escaleras bajo la atenta mirada de la alta sociedad. Colin incluido. Según el tráiler, ese sería el momento en que la ecuación cambia con una Penélope que, apoyada en el deslumbramiento superficial, finalmente capta la atención de un posible marido. Pero, también, la atención inesperada de su amigo, que al fin empezaría a verla como algo más.
En principio, esta transformación tan evidente en ambos personajes no debería chocarnos tanto. Después de todo, es la misma estrategia que el género romántico impone desde hace décadas y la misma que la serie utilizó a la hora de elevar las historias de amor de Daphne (Phoebe Dynevor) con el Duque de Hastings (Regé-Jean Page) y Anthony (Bailey) con Kate (Simone Ashley). Sin embargo, resulta imposible que no salte a la vista de manera exagerada.
Básicamente porque se trata de personajes que forman parte de la historia desde la primera temporada, pero bajo la lupa constante del rol secundario. Al tratarse de figuras que complementaban cada historia pero sin imponerse como protagonistas principales, el embellecimiento romántico estaba centrado en las otras dos parejas que lideraron cada temporada (no solo superficial, de vestuario, luces o maquillaje, sino también en los primeros planos de miradas seductoras). Pero ahora que les toca ser ellos los que llevan la batuta de la trama, de repente, toca enviarlo a Colin al gimnasio y darle el make over clásico a la chica de la historia para que, por fin, llame la atención.
Si bien la superficialidad es la moneda de cambio más recurrente del género, en este caso resulta demasiado evidente.
La imposición eterna de Cenicienta
Las historias románticas llevan décadas apoyándose en la táctica de embellecer a los héroes protagonistas. Como si para encontrar el amor o el protagonismo estelar fuera necesario pasar por un ‘make over’ primero. Lo vimos en el cuento del patito feo, en la historia masculina de La bella y la bestia con su transformación final, en El diario de la princesa, Ni idea, Mujer bonita, Ella es así, Sueño de amor, Sabrina y la típica escena de la protagonista bajando la escalera. Y por supuesto, en la reina de los make overs románticos, Cenicienta. Es una maniobra de rigor en el género de Cupido. Para sentir el flechazo definitivo hay que forzar la belleza exterior para que la interior finalmente se note.
Por lo general suele aplicarse a los personajes femeninos, un ejemplo más de las presiones y prejuicios sobre los estándares de la belleza de la mujer, pero esa es otra conversación más extensa y profunda. Sin embargo, en el caso de Los Bridgerton, la serie fuerza la estrategia sobre ambos protagonistas. Dos roles que hasta ahora jugaban en ligas secundarias pero que, al tomar el relevo como pareja principal de la temporada, toca embellecerlos para elevar su historia de amor, añadiendo una urgencia superficial que choca.
Porque no es que no fueran atractivos pero ahora que son personajes románticos parece que hace falta exagerar sus apariencias para imponerlos como héroes románticos de la historia. Confieso que, en principio me parece una oportunidad perdida para ensalzar el amor nacido de la amistad, manteniéndolos a ambos con la imagen que tuvieron desde el principio en lugar de darles sus respectivas transformaciones. En el caso de Colin, elevándolo como héroe guapo del amor. En el de Penélope, con un make over para que la noten de una vez por todas. Pero, ¿acaso el romance está ligado a los estándares de belleza sociales? El mundo real sabe que no. Que si bien la atracción es subjetiva, el amor nace a partir de infinidad de factores.
Es cierto que en todo esto el público tiene parte de culpa. Después de todo se trata de una estrategia que Hollywood impuso desde hace décadas en el género y que los espectadores reconocemos como eslabón para dejarnos emocionar con una historia de amor en pantalla. Es decir, protagonistas atractivos, músculos heroicos y momentos de transformación superficial para elevar la valía romántica de la figura femenina. De esta manera el público suspira, se engancha y se deja llevar por la historia de amor entre dos figuras embellecidas. Cuando el amor no surge así y siempre en la vida real. Lo que nos lleva a la conclusión de que por mucho que estemos avanzando como sociedad, la imposición superficial sigue latente.
Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.