López Obrador incurre en una batería de delitos al entrometerse en la elección de Nuevo León
Por Froilán Meza Rivera
Desde la mañanera, se aventó el presidente de todos los mexicanos, a dar una vez más “su opinión personal” y, como también gusta decirlo, a ejercer “su derecho de expresión”, como si nadie supiera que no se trata de un indefenso ciudadano desprovisto de los reflectores de una conferencia diaria a la que asiste la prensa nacional. Con todo el poder del Estado mexicano, que no es poco, ni en recursos a su disposición (solamente dispone de todas las secretarías del gobierno, de las diferentes fiscalías, las fuerzas armadas, etcétera), se aventó a atacar a los dos candidatos punteros de la elección por la gubernatura en Nuevo León. Él mismo hizo el trabajo sucio, exhibiendo su poder y el mando que ejerce sobre la Fiscalía de Delitos Electorales, sobre la Fiscalía General de la República, y sobre todas las autoridades que sean necesarias para descarrilar a los dos candidatos que van adelante de su propia candidata con una ventaja mínima de 15 puntos porcentuales en todas las encuestas. El pasado 5 de mayo, dos días después de la desgracia de la Línea 12 del Metro, el presidente denunció públicamente a Adrián de la Garza (candidato del PRI al gobierno de Nuevo León) por ofrecer una tarjeta “con dinero” a cambio de que voten por él. En los días posteriores subió el tono, y aseguró por cuenta propia la culpabilidad del candidato, pero metió en la jugada al otro puntero, el candidato de Movimiento Ciudadano, Samuel García, de quien dijo, asimismo en una de sus “mañaneras”, que él y varios de sus familiares estaban siendo investigados también por otros delitos electorales que, aseveró el mandatario, le podrían costar la candidatura. A ambos los quiere fuera de la elección a como dé lugar, para que brille entonces y sólo así, en ausencia de los más probables ganadores, doña Clara Luz Flores, la candidata de Morena, su candidata, quien cayó hasta el sótano en las preferencias electorales.
Nada más que el señor presidente está incurriendo en diversos delitos con sus intromisiones. Para empezar, Andrés Manuel López Obrador admitió con todas sus letras y sin atenuantes, que sí se está metiendo en la elección de Nuevo León, pero además lo presume: “El presidente Andrés Manuel López Obrador aceptó que ha intervenido en el actual proceso electoral, pero “solo para denunciar posibles fraudes” y actos como la compra de votos. En ese sentido, el mandatario dijo estar de acuerdo con la investigación de la Fiscalía General de la República contra los candidatos a la gubernatura de Nuevo León, Samuel García y Adrián de la Garza, por delitos electorales.” (animalpolitico.com, 11 de mayo 2021).
Según él, es su labor combatir los delitos electorales, pero además de que esto es falso, ya que esa labor es atribución de la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales, es él quien ha violado en reiteradas ocasiones la Ley Federal Electoral, y con cinismo lo sigue haciendo. Al respecto, desde el 1 de mayo pasado, el Consejo General del INE sometió a discusión un acuerdo mediante el cual se “ordena” al presidente de la República abstenerse de hablar en torno a las elecciones en sus conferencias matutinas. “[Lo anterior] toda vez que implican la posible transgresión a los principios de imparcialidad y neutralidad de contenidos, en el artículo 135 constitucional, con la finalidad de resguardar el principio de equidad de los procesos electorales federal y locales en curso”. Con terquedad, el mandatario sigue opinando, ordenando investigaciones, emitiendo condenas desde su tribuna matutina. Su intención nunca confesada, es salvar de la derrota a su partido en tierras neolonesas, donde si sigue como va hasta ahora, Clara Luz Flores Carrales va a quedar en el tercer lugar de la contienda.
¿Y cómo transcurre la elección en el lado morenista en Nuevo León, cuál ha sido el desempeño de la candidata Clara Luz?
¿Recuerda el lector aquel viejo y célebre chistorete, de cuando llega un candidato a aquel pueblo remoto y olvidado? Sin que viniera al caso, pero como recurso para ganarse la simpatía de los rancheros, el candidato les promete, con aire muy serio y voz firme, en tono muy alto, desde el kiosko del lugar que, si votan por él, les va a construir un puente para que puedan cruzar el río. “¡Pero si no tenemos río!”, le replicaron burlones. “Ah, pues les voy a poner un río”, resuelve el marrullero sujeto, todopoderoso en promesas.
Así está con doña Clara Luz, quien hace apenas dos meses tuvo un vergonzoso tropiezo cuando le comprobaron que mentía. En los medios de comunicación se mencionó que Clara Luz habría participado en los rituales de la secta donde se marcaba a las mujeres como si fueran ganado y, en entrevista en Milenio Noticias con Julio Hernández López el 10 de marzo, negó saber qué era NXIVM aunque aceptó haber tomado un curso con ellos. El 24 de marzo, el candidato de la coalición Va Fuerte Por Nuevo León, Adrián de la Garza, difundió un video en el que la candidata sale en una entrevista con el ex líder de la falsa organización de marketing multinivel y secta NXIVM, Keith Raniere, condenado en EEUU a 120 años de prisión por delitos sexuales; así se confirmó que ella sí fue miembro de dicha secta y que sí conoció y trató a este sujeto, contrario a lo que había afirmado antes. Ahora, Clara Luz Flores Carrales, no desde el kiosko del político marrullero, pero sí desde un video que ella difunde, se comprometió con los neoloneses a que va a aplicar “muchos” programas sociales, y que les va a traer, no el río, sino el Metro gratis para todos. Asimismo, la candidata generó controversia la semana pasada, porque en actos de campaña ha pretendido lucrar políticamente con las vacunas contra COVID-19 “conseguidas por el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador”. En recorridos recientes, Flores se ha acercado con los ciudadanos para colgarse la medallita del Plan Nacional de Vacunación de la administración federal, y pedir el voto en su favor y de otros candidatos locales de la alianza encabezada por Morena.
Y la propia Clara Luz, por cierto, le está echando tierra al principal argumento de su protector, López Obrador, quien esgrimió el ataque contra Adrián de la Garza, el candidato del PRI, de que había ofrecido unas tarjetas que se iban a activar después de las elecciones. Pues resulta que Clara Luz Flores está ofreciendo su “tarjeta violeta”. En una publicación desde su cuenta de Twitter, el 8 de marzo, dio a conocer su plan de apoyo a las mujeres de esa entidad; promueve la «Tarjeta Nuevo León», un «programa de apoyo para mujeres en condiciones de vulnerabilidad económica”.
¿En qué delitos está incurriendo Andrés Manuel López Obrador en su defensa de Clara Luz y en el ataque a los candidatos “punteros” de la campaña electoral de Nuevo León?
–Viola el ya mencionado Artículo 135 Constitucional.
–Viola el Artículo 208 del Código Penal del Estado de Nuevo León. Comete el delito de ejercicio ilícito de servicio público o abandono de funciones públicas, el servidor público que incurra en cualquiera de las siguientes conductas: I.- Ejerza las funciones de un empleo, cargo o comisión sin haber tomado posesión legítima.
–Comete Abuso de autoridad, artículo 209 del Código Penal del Estado de Nuevo León.
–Comete Abuso de autoridad, según el artículo 215 del Código Penal Federal.
–Comete Abuso de autoridad. Sancionado según lo establece el artículo 109 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, conforme a la legislación penal como un delito y conforme a la legislación administrativa como una falta.
–Asimismo, el presidente de la república incurre en varios delitos electorales de carácter estatal y federal al entrometerse como funcionario en la elección de Nuevo León.