El regiomontano logró la mejor posición en la historia para un mexicano en esta legendaria prueba
Enrique Cavazos Solís
Agencia Reforma
Ciudad de México— Patricio O’Ward demostró este domingo que aún no conoce límites al finalizar cuarto en las 500 Millas de Indianápolis y lograr la mejor posición en la historia para un mexicano en esta legendaria prueba, lo que él mismo había conseguido en 2020.
El piloto regiomontano, quien cerró sexto en el 2020, trabajó impecable una carrera limpia que no se caracterizó por accidentes y que terminó conquistando el brasileño Helio Castroneves al ganarle una auténtica guerra en la agonía del evento al español Álex Palou. Ésta fue la cuarta victoria en la Indy 500 para Helio.
Las últimas vueltas fueron de alarido gracias al intercambio de la cima entre el sudamericano de 46 años y el europeo de 24. Fue faltando dos giros cuando sucedió el rebase final.
También fue en el último tramo de la contienda que Pato perdió el podio a manos del francés Simon Pagenaud.
Pato, quien había largado desde la posición 12, estuvo incluso al frente del pelotón sobre el óvalo de Indiana, que recibió a cerca de 135 mil espectadores. Y su liderato no fue sólo en momentos de visitas a pits de los punteros.
El inicio de la prueba fue emocionante, principalmente en la parte alta, pues apenas en la primera vuelta Colton Herta atacó al pole sitter Scot Dixon y le arrebató el liderato, pero eso le duró apenas un giro, pues después Rinus VeeKay pasó al estadounidense.
En un óvalo en el cual la velocidad promedio ronda las 223 millas por hora y los accidentes se asoman en cualquier segundo, fue la zona de pits la que más dolores de cabeza causó.
Primero fue Stefan Wilson, quien en la vuelta 32, al entrar a alta velocidad, tuvo un desliz y terminó impactándose contra el muro. Una bandera de precaución que trajo más fallas de los pensados.
En medio de la pausa, los competidores ingresaron a pits y dos figuras, Scott Dixon y Will Power, tuvieron problemas con sus autos y perdieron una vuelta completa.
Y el momento quizá de mayor tensión fue cuando a Graham Rahal, quien había mostrado un buen manejo y tenía prometedoras posibilidades de un buen lugar final, no le ajustron bien un neumático y al dejar los pits su llanta salió disparada, lo que ocasionó que estrellara el muro con el muro exterior ya de la pista.
Fue una auténtica fiesta en el Indianapolis Motor Speedway, que volvió a tener a sus eufóricos aficionados luego de que el año pasado el evento fuera a puerta cerrada por la pandemia. Una celebración ideal para el «Memorial Day Weekend» en Estados Unidos en memoria de sus soldados que murieron en combate.
Durante la carrera Pato protagonizó varios piques con distintos pilotos, iniciando con Ryan Hunter-Reay tras la primera amarilla, pasando por otros como Takuma Sato y terminando con el ibérico Palou.
O’Ward ya había registrado el año pasado el mejor resultado para un mexicano en las 500 Millas de Indianápolis, al terminar sexto, pero ahora rompió una barrera aún más grande al finalizar cuarto.
Tiene 46 años, es uno de los pilotos más experimentados de la IndyCar, pero Castroneves festejó como aquel joven que toca por primera vez la gloria. Gritó, recibió abrazos de su equipo y rivales y hasta escaló una valla que divide la pista y gradas.
«You deserve it! (¡Te lo mereces!)», le gritaba uno de los suyos cuando el brasileño todavía tenía su casco puesto. Así se festeja un cuarto triunfo (había ganado en el 2001, 2002 y 2009) en una legendaria prueba.