Historia de Adrien BERNARD
Via Techno-Science
Las noches, a menudo sinónimo de calma y descanso, también pueden esconder una cara más oscura. Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Arizona se centra en un fenómeno inquietante: ¿por qué algunas horas nocturnas parecen propicias para comportamientos violentos?
Un análisis de 15 años muestra que la vigilia nocturna está asociada con la muerte por suicidio y homicidio. Este estudio realizado por el Departamento de Psiquiatría del College of Medicine de la Universidad de Arizona en Tucson resalta elementos clave.
Journal of Clinical Psychiatry publicó un estudio titulado «El riesgo de suicidio y homicidio alcanza un pico por la noche: resultados del sistema nacional de informe sobre muertes violentas, 35 estados, 2003-2017». La vigilia nocturna, la edad, el consumo de alcohol y los conflictos relacionales son factores contributivos particularmente presentes.
El Dr. Andrew Tubbs, autor principal, explica que el sueño perturbado puede alterar el pensamiento racional y llevar a comportamientos impulsivos en individuos vulnerables. Entre las 2 y las 3 de la madrugada, el riesgo de suicidio se multiplica por cinco y el de homicidio por ocho, teniendo en cuenta el número de personas despiertas y susceptibles de cometer o sufrir estos actos.
La hipótesis de los autores, titulada «la mente después de la medianoche», propone que la vigilia nocturna deteriora las funciones decisionales complejas del cerebro y reduce el pensamiento racional. Esta hipótesis está respaldada por sus resultados. El riesgo nocturno es mayor en adolescentes y jóvenes adultos, personas intoxicadas por alcohol y aquellas que viven conflictos de pareja. Sin embargo, este riesgo no aumenta en consumidores de cannabis o personas actualmente deprimidas.
Los jóvenes de 15 a 24 años tienen un riesgo nocturno de suicidio tres veces mayor, mientras que se ha observado un riesgo inesperado de suicidio en personas mayores a las 6 de la mañana. Los jóvenes adultos representan más de la mitad de las víctimas de homicidio.
El Dr. Tubbs destaca que pocos estudios han examinado las tendencias horarias de los crímenes violentos. Investigaciones futuras podrían aclarar lo que sucede en el cerebro para predisponer a los individuos a estos riesgos y si estrategias basadas en evidencia para mejorar el sueño y reducir la vigilia nocturna pueden ayudar a prevenir estas tragedias.
Fuente: Journal of Clinical Psychiatry