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Arantxa Chávez y Paola Pineda ganaron ayer medalla de oro en trampolín sincronizado de tres metros, Randal Willars le siguió con una de idéntico color en la plataforma de 10 metros y México redondeó una dominante actuación en la fosa de clavados de los Juegos Panamericanos de Santiago 2023.
Chávez y Pineda Chávez totalizaron 285.48 puntos y conquistaron la medalla de oro en el trampolín sincronizado de tres metros donde se impusieron sobre la dupla canadiense de Pamela Ware y Mia Valleé que sumaron 280.65 y se quedaron con la plata.
Las estadounidenses Jordan Skilken y Hailey Hernandez lograron el bronce con 279.06.
Willars realizó un gran salto final y terminó con 479.40 puntos para quedar primero por encima del canadiense Nathan Zsombor Murray, quien estuvo en punta toda la competencia y acabó con la plata con 476.15.
El bronce fue para el mexicano Kenny Zamudio con 415.60.
Con las dos medallas del miércoles, los mexicanos finalizaron con ocho en los clavados de Santiago 2023. Se trata de la mejor actuación de una delegación azteca en una justa continental desde Guadalajara 2011, cuando tuvieron la misma cantidad de oros.
Cuando fueron anfitriones, los mexicanos tuvieron además tres platas y un bronce. Ahora fueron dos platas y un bronce.
En Toronto 2015 la delegación mexicana ganó cinco medallas de oro y en Lima 2019 cuatro.
«Es bonito ser parte de este nuevo logro para México, ahora debemos seguir preparándonos porque lo que queremos es una medalla olímpica», dijo Pineda.
En los últimos meses la pareja de mujeres se abstuvieron de opinar sobre el conflicto entre dirigentes que las dejó sin apoyos económicos para prepararse hacia los Juegos Panamericanos de Santiago 2023. En lugar de eso dejaron que sus acciones en la fosa hablaran por ellas.
Los logros de la delegación mexicana en la fosa de clavados contrastan con lo que sucede fuera de ella. El pleito entre la Conade, el órgano del gobierno de México que controla los recursos económicos, y World Aquatics dejó sin becas a los atletas de deportes acuáticos desde enero.
«Nosotros preferimos hablar en la alberca, si nos enfocamos en temas de federación nos íbamos a perder de lo que es lo nuestro», dijo Chávez. «A nosotros nos corresponde estar en la alberca y entrenar y esos son los resultados».
Otros competidores de deportes acuáticos levantaron reclamos más fuertes molestos por la falta de apoyo. El equipo de natación artística fue el más combativo en redes sociales e incluso logró ganar un amparo que les restituyó sus becas.
«Algunos compañeros también tuvieron que vender cosas buscando la forma de que se les apoye. A nosotros nuestro estado nos ha apoyado, pero también lo han hecho nuestros papás que son nuestros patrocinadores oficiales», dijo Chávez. «Yo creo que tenemos lo más importante que es una piscina y a nuestro entrenador y dijimos ‘con eso hay que salir adelante'».
Willars y Zamudio, al igual que Pineda, son parte de una generación de clavadistas con la que México espera llegar pisando fuerte a los Juegos Olímpicos de París.
«Como equipo de clavados mostramos que tenemos nivel, ya lo habíamos demostrado en el Mundial y aquí lo volvemos a hacer. La idea es reflejarlo ahora en los Juegos Olímpicos», dijo Willars, quien tiene 21 años y ganó una medalla de bronce y una de plata en el campeonato del mundo de este año.
Zamudio, quien había destacado en competencias nacionales y recibió su primera oportunidad en un evento internacional de primera fuerza, no decepcionó.
«Para mí era importante el llevarme una medalla en mi primera competencia internacional», dijo Zamudio, quien entrena en Guadalajara, en el occidente mexicano al lado de otras figuras de la delegación como Alejandro Orozco y Alejandra Agúndez. «Yo como ellas quería comenzar mi propia historia y ser parte del legado de este deporte».